¿Por qué elegí esta ilustración?

Ilustracion: Georges de La Tour Magdalena Penitente 1625-1650 Metropolitan Museum Nueva York

¿Por qué elegi esta ilustración?

Una habitación a oscuras, una única fuente de luz, una gran figura que llena todo el cuadro. Una mujer sentada. Aún es joven, ni su rostro que apenas vemos, ni su cuello y escote, ni sus manos delatan todavía la huella destructiva del tiempo. Solo tres colores, los más antiguos, los que han acompañado a los humanos desde la remota prehistoria: el blanco, la luz, el rojo, la vida, el negro, la muerte.
Georges de La Tour (1593 – 1652), pintor lorenés, hijo de un albañil, casado con una mujer de la nobleza, con ínfulas de noble y odioso a sus vecinos, famosísimo en vida. Habitante del terrible siglo XVII, en una tierra disputada entre el Imperio y el rey de Francia. Georges de La Tour no existía, de su producción de casi quinientos cuadros, quedaron veintitrés originales. Georges de La Tour volverá existir a partir de 1932, cuando la Europa del siglo XX, que ya olvidaba lo que era la oscuridad pronto conocerá las tinieblas.
Los cuadros de Georges de La Tour no tienen título, es decir su título original se ha perdido y el que tienen es posterior al redescubrimiento del pintor. Volvamos al cuadro. ¿Esta mujer es María Magdalena? María Magdalena, santa muy popular en la Edad Media, fue un motivo muy repetido desde el Renacimiento, pues en un cuadro de temática religiosa es posible pintar a una hermosa mujer, poder exhibir ricos ropajes, desnudez femenina sin que hubiera censura. Magdalena a partir del Renacimiento es casi siempre rubia, de larga y rizada cabellera. Incluso o sobre todo, cuando de trata de Magdalena penitente, es posible apreciar la sensualidad del personaje. María Magdalena siempre fue una santa incómoda, ambigua, turbadora. No era virgen, no era esposa, no era madre, pero es una de las valientes mujeres que asiste a la Crucifixión y el primer testigo de la Resurrección. La Iglesia no tuvo más remedio que tolerarla.
Magdalena está sola en una habitación despojada como una celda, mira hacia el espejo aunque no vemos su reflejo ¿se ve ella misma? Quizá se mira por última vez. Quizá nunca más volverá a ver su rostro iluminado intensamente por la única fuente luz, ese candelabro con esa vela lujosa de cera, en ese espejo de marco tallado. Ha dejado el collar de perlas sobre la mesa, las perlas que en el siglo XVII indican liviandad, se asocian con las cortesanas y la prostitución. En el suelo hay otras joyas. Magdalena se está despidiendo, en silencio, en soledad absoluta. Pero Magdalena aún es quien ha sido, la mujer que ha conocido el placer y la libertad. Aún calza lujosamente y su falda roja como los zapatos es de rico tejido. Ese color rojo que lleva siglos tiñendo los vestidos de novia, los vestidos de fiesta, los vestidos de las prostitutas. Es cierto que lleva una sencilla camisa, la camisa es esa época una prenda interior, pero su larga melena, no rubia ni rizada, sino oscura y lisa, está cepillada como la de una dama de la época Heian. Y en otras o posterioresversiones, Magdalena, que ya ha renunciado, que ya no se ilumina con velas sino con candiles de aceite, que ya es penitente, mantendrá esa lisa y perfecta cabellera de dama japonesa.
Un universo casi monócromo, una austeridad total, habitaciones despojadas, personas humildes, nada bellas, unos volúmenes geométricos, incluso en los rostros. El ser humano solo, ante sí mismo, a la luz de una vela, de un candil, de una llama. En nuestro mundo de hoy hace mucho que perdimos la oscuridad. No podemos imaginar lo que es vivir solo a la luz de día, que luminarias como candiles, velas, antorchas, solo eran algo para hacer el tránsito a la noche, a la oscuridad total. Dije más arriba que cuando se redescubrió a Georges de La Tour en 1932 Europa estaba a punto de recordar las tinieblas. No las tinieblas metafóricas de vivir una era de guerra como la que vivió el pintor, sino las reales. Durante los años de la Segunda Guerra Mundial la mayoría de las ciudades europeas bajo la amenaza de la destrucción de los bombardeos aéreos, volvieron a ser lo que habían sido durante siglos: lugares de oscuridad, incertidumbre y miedo.
Magdalena, seria, sola en esa habitación desnuda, con los restos de su pasado, con el espejo que el que no se volverá a mirar, rozando con sus dedos el cráneo amarillento de frente huidiza que tiene en el regazo pero al que no mira todavía. Magdalena es la imagen de la melancolía, muy parecida a la deDomenico Fetti, contemporánea suya. La melancolía de quien sabe que no volverá a haber amores, ni fiestas, ni alegría, ni belleza, porque todo es pasajero. Cuando Magdalena apague esa vela y se haga la oscuridad total en la habitación para el sueño de la noche, ese sueño será el hermano de la muerte que están acariciando sus dedos.

martes, 7 de enero de 2014

Relaciones humanas, por el Maestro Hilarión (IV)

18. LOS DAÑOS EN LA PSIQUIS DEL YO.

Como ustedes recordaran, hemos hablado de la calidad de energía con que los hombres interaccionan entre ellos. Hemos mencionado que esta calidad es determinada por las creencias que se tienen acerca de si mismo, por el amor que el ser humano despliega hacia su persona, hacia su ser interior.

Necesidad de una reeducación.

Mencionamos que el trabajo sobre el campo social puede darse a través de una reeducación, pero que cuando las anomalías provenían del espacio vital, se requería de una terapia psicológica mas profunda, en donde se buscara trasplantar creencias positivas eliminando las negativas, y dijimos, que cuando las deficiencias provienen del campo de la psiquis del yo, las terapias son aún más complicadas y requieren de técnicas de tipo iniciático.
Los daños en este nivel son tan profundos, que las enfermedades son vistas por los seres humanos como incurables, las manifestaciones conductuales de las enfermedades que provienen del campo de la psiquis del yo, llegan a ser tan variadas que incluso se les ha catalogado como diferentes por la psicología moderna, sin entender que la raíz sigue siendo una sola.
La ignorancia acerca de los cuerpos superiores del hombre, de la fisiología entre los diferentes órganos de estos cuerpos, impide una comprensión exacta acerca de las enfermedades de los seres humanos. Cuando se estudian las anormalidades en el funcionamiento cerebral, las deficiencias hormonales y todos aquellos síntomas que caracterizan a alguna enfermedad mental, en realidad lo que se esta haciendo es observando los efectos, mientras que la causa de todos ellos proviene de las alteraciones de los flujos energéticos entre los cuerpos superiores y los inferiores. Cuando esto sea comprendido en mayor grado, será posible establecer curas permanentes para las personas que sufren este tipo de desordenes.

Terapias para los enfermos mentales.

Entre algunas terapias que podrían funcionar para los enfermos mentales se encuentran las siguientes: Primeramente, cuando la anormalidad se debe a una interrupción de los flujos de energía provenientes del cuerpo mental, que da lugar a una alteración del campo áurico en el cual se crean hoyos, los estímulos provenientes del medio ambiente estimulan las fibrillas del asiento de conciencia, desplazándolo hacia otras regiones en donde se puede perder el control del cuerpo físico, o bien, se perciben nuevas realidades. En estos casos, el comportamiento aberrante del individuo se debe a que esta siendo sometido a estímulos totalmente diferentes a los de una persona normal.
Tal como lo explico el Hermano Josué en sesiones anteriores, los seres humanos normales no se ven afectados por otros estímulos, debido a que su asiento de la conciencia ha permanecido inmóvil en una cierta localización del capullo astral, que le permite convivir en armonía y responder a estímulos comunes con el resto de los seres humanos, pero basta un ligero desplazamiento para que las fibrillas que son activadas sean otras; y una nueva y totalmente diferente panorámica acerca del universo y del mundo exterior, es percibida.

Restablecimiento de la armonía áurica.

En estos casos, se debe buscar el restablecimiento de la armonía áurica, cerrar los huecos que se han abierto, cortar ese tipo de estímulos y restablecer la localización original del asiento de conciencia. Mantener a la persona enterrada e inmóvil, dejando únicamente su cabeza por fuera, puede, en ciertos casos, restablecer el equilibrio áurico.
Los periodos de terapia deben ser largos, deben durar varias horas, en diferentes momentos del día y del mes, es decir, las corrientes energéticas que circulan por dentro de la tierra tienen variaciones horarias dependiendo de la posición del sol, esto se debe a que el sol polariza la tierra de acuerdo a la inclinación de los rayos solares sobre su superficie; por ejemplo, la tierra tomara una polaridad negativa cuando el sol esta incidiendo totalmente sobre ella, mientras que cuando el sol se encuentra en la parte opuesta del planeta, la región se cargara con iones positivos, las corrientes fluirán internamente dentro del cuerpo de la tierra, localizando una mayor cantidad de iones positivos en la parte obscura que es la parte positiva. Aquellas regiones del planeta en donde el sol nunca alcanza el cenit, mantendrán un equilibrio entre las cargas positivas y las negativas, lo cual hará que las terapias sean mas efectivas en estas regiones.
Ahora bien, una persona que manifiesta anormalidades de tipo violento negativo, requerirá una mayor cantidad de iones positivos, por lo cual las terapias deberán ser nocturnas, mientras que otras cuya anormalidad consiste en la total ausencia de actividad, requerirán una mayor cantidad de iones negativos, por lo cual las terapias deberán ser durante el día.

Reforzamiento del asiento de conciencia.

Esto restablecerá el equilibrio armónico en los campos áuricos, sin embargo, el asiento de conciencia de ninguna manera buscara la localización que nosotros deseamos, a menos que a la persona se le este dando simultáneamente una reeducación, es decir, a la persona se le deberá estar estimulando, hablándole de su familia, de su casa, del entorno en el que vive, esto llamara su atención lentamente hacia aquellas cosas que son comunes a su vida cotidiana y de las cuales recibe estímulos, aunque no lo suficientemente fuertes como para mantener su asiento de conciencia en el lugar adecuado, es por eso que se requiere la retroalimentacion. Las terapias deberán funcionar al cabo de un cierto periodo de tiempo, pero es muy probable que sufra recaídas, por lo que una segunda etapa en la terapia, que tiene que ver con el reforzamiento del asiento de conciencia, debe ser llevada a cabo.
La terapia de reforzamiento del asiento de conciencia consiste en sobrestimular al individuo con recuerdos, anécdotas, lecturas, una convivencia total, permanente, hablándole continuamente, llamándole su atención acerca de las cosas que le rodean, de su familia y de todo aquello que para el resulta familiar. Se debe evitar que la persona permanezca en soledad, es preciso que su mente no trabaje en soledad, es preciso estarle hablando continuamente, y si no es posible, se debe recurrir a medios como la televisión, el radio, o grabaciones hechas por los mismos miembros de la familia; se debe mantener su mente ocupada la mayor parte del tiempo y únicamente dejarle descansar cuando este durmiendo. Al momento de despertar, es el momento mas propenso para sufrir las recaídas, así que el despertar debe ser también provocado e inmediatamente estimulado hacia las situaciones de la vida diaria. Conforme pasa el tiempo, esta terapia podrá ir disminuyendo su intensidad para observar que tan estable se mantiene el asiento de conciencia.
Pues bien, esto que hoy hemos incluido dentro de esta serie, deberá servirles como parte de sus investigaciones posteriores, sin embargo, es tan solo un paréntesis dentro del tema de las relaciones humanas. Dejo aquí mis palabras, con el deseo de que sirvan para dar mayor iluminación a la humanidad y estimular el deseo de servir a sus semejantes.

19. OBJETIVO DE LA VIDA: LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD.

Habíamos comentado que el ser humano debe identificar sus creencias personales conscientes e inconscientes, dado que son estas las que condicionan su conducta y su disposición a ser feliz o a vivir llenos de conflictos. Mencionamos igualmente, que es preciso hacer una transfusión de creencias en aquellos casos en los que se detecte una baja autoestima, o bien creencias profundamente arraigadas que obligan al individuo a renunciar a su felicidad personal.

Los sentimientos de culpa.

Generalmente los sentimientos de culpa producen tendencias al autocastigo, es preciso entonces identificar aquellas razones por las cuales el ser se siente culpable y extraerlas de raíz, mientras se van sembrando los pensamientos que permiten al ser humano entender que su destino en la tierra es llegar a ser feliz. Explicamos someramente la terapia que podría, en un momento dado, identificar sus creencias negativas para poder cambiarlas por otras positivas, sin embargo, es el momento de ir mas allá.

Las razones de los sentimientos de culpa.

Dijimos que la naturaleza o la calidad de las creencias acerca de uno mismo, determina la calidad de nuestras relaciones con los demás, esto significa, que cada uno de los seres humanos debe mantener atentamente vigilada su imagen de si mismo, respetarla, amarla, y tratar de valorarla adecuadamente, perdonar sus culpas, alabar sus virtudes y trabajar en esa imagen a través de una conducta intachable. Su concepto del bien y del mal, de lo correcto e incorrecto, son generalmente las razones de los sentimientos de culpa, reestructurar sus valores del bien y del mal, de lo correcto e incorrecto, es una estrategia, que a nivel de terapia, funciona con resultados sorprendentes. Sin embargo, antes de intentar cambiar estos conceptos, es preciso detectar las áreas débiles del individuo, sus tendencias naturales; un ser que manifiesta agresividad en sus patologías es probable que sus conceptos del bien y del mal se encuentren desfigurados, y a la vez, su seguridad personal no la adquiere sino a través de infundir temor a las personas que lo rodean, en esos casos se debe trabajar detectando las fuentes de inseguridad personal.

Fortalecer la autoestima.

Por otra parte, en aquellos individuos que son incapaces de tomar iniciativas que los lleven a un cambio en su vida y prefieren vivir eternamente perdidos en la multitud, totalmente mediocres en todas las áreas de su actividad, en estos casos se debe incrementar la autoconfianza y sembrar la semilla de una vida mejor, de la posibilidad de vivir totalmente diferente, lleno de satisfacciones y en completa y total armonía. Una persona apática es alguien que se ha aceptado tal como es, tal vez temeroso de cambiar, tal vez incapacitado para afrontar nuevos retos; fortalecer su autoestima y hacerle ver lo insignificante de su existencia, puede llegar a ser la formula que saque a un individuo de esa apatía.
En resumen, la labor sobre uno mismo consiste en identificar las creencias, trabajarlas, sembrar nuevas, y lanzarse por el mundo en búsqueda de la felicidad, tal vez sea este el objetivo mas preciado en nuestras vidas, la búsqueda de la felicidad.

20. LA SUPREMA FELICIDAD DE SER.

Habíamos comentado que en los seres humanos, la calidad de las creencias sobre su persona son determinantes para el triunfo o el fracaso de sus relaciones personales. Habíamos dicho igualmente, que como parte de las terapias de aquellas personas que son incapaces de relacionarse armónicamente, se encuentra la transfusión de creencias, suplantar las creencias negativas, por otras que incrementen la autoestima del individuo.

Estado de paz y armonía.

Hagamos un alto en este análisis y pensemos que es lo que determina en una persona, que pueda experimentar un estado de paz y armonía con todo lo externo.
En ciertos momentos de la vida, los seres humanos parecieran entrar en un estado de profunda armonía y de comunión con el universo, y esto es independientemente de los compromisos contraídos del pasado que hayan vivido, de los conflictos que en esos momentos estén sufriendo. Hay ciertos estados de armonía y éxtasis espiritual que el ser humano tiene por instantes, pero que sin poderlos controlar, se le escapan, y únicamente dejan un agradable sabor en sus recuerdos, es como si la mente de pronto decidiera tomarse un descanso, olvidarse de todo lo que esta viviendo, vivir el presente, ignorando las cadenas que lo atan a un pasado y negando las incertidumbres del futuro, se vive el presente, y en esos momentos se alcanza aunque sea por un instante, la paz.
¿Qué ocurre en esos instantes, que es lo que determina que el hombre, sin ninguna razón aparente, alcance un estado de paz y de armonía por unos breves momentos?
Si somos lo suficientemente observadores, notaremos que las continuas tensiones sufridas por el individuo, en cierta forma, agota la capacidad de lucha de una persona, llega un momento que se aceptan todos los conflictos, llega un momento en que el ser humano dice: basta, abre sus ojos, observa al mundo que le rodea, ve al sol, respira el aire, oye el canto de los pájaros, el ruido tal vez de los automóviles afuera, pero hace una comunión con la naturaleza, sus procesos mentales permanentemente dedicados a imaginar soluciones a todos sus problemas que no son del presente sino del pasado o del futuro, todo se detiene, la mente deja de funcionar y únicamente queda la percepción de los sentidos y un algo misterioso que es propio de todos los seres y que grita internamente, quiero ser feliz. Durante esos breves instantes, pareciera que el tiempo se detiene, pareciera que la vida nos dice: mírame, te has perdido de todo esto durante mucho tiempo, esta es la verdad, esta es la realidad y tu permaneces ajeno a ella. El individuo descansa psíquicamente, sus tensiones son liberadas momentáneamente, se pierde en una contemplación que no tiene tiempo, que no tiene motivo, que no busca nada, simplemente experimenta la suprema felicidad de ser.
Sin embargo, estos momentos pasan, y nuevamente, la mente racional dicta lo que el hombre debe hacer y los procesos mentales se reavivan, los conflictos nuevamente llegan, las tensiones hacen su aparición, el individuo se enfrasca nuevamente en su lucha personal en la búsqueda de una felicidad que nunca encuentra, porque no es allí, y no es esa la manera de lograrla. Su mente busca afanosamente resolver sus problemas pensando que algún día se acabaran, pensando en que el día que tenga todos sus problemas resueltos la felicidad llegara, buscando afanosamente un día en el que pueda decir, estoy libre de problemas, estoy libre de conflictos, estoy libre de todo aquello que yo pienso me roba la felicidad. Pero los días transcurren uno tras otro en una cadena interminable y el hombre gasta su vida esperando un mañana que nunca llegara, porque la verdadera vida esta en el presente, en el momento actual, fundiéndose con todos sus conflictos, con todos sus problemas, con todos los hechos que viven en su presente no en el pasado.

Vivir el presente es la solución de nuestros problemas.

Entender que todo lo que acontece en el presente no constituye un problema, entender que los problemas no son otra cosa que la interpretación de hechos pasados, entender que la mente queda atrapada en la maraña de pensamientos que no son otra cosa que las interpretaciones, deducciones, y de la manera personal de ver las cosas, es una de las claves que deben asimilarse para entender las relaciones humanas.
El hombre no ve a las personas que lo rodean, ve a los recuerdos que tiene asociados con ellas; el hombre no ve la cara sonriente que le ofrece un amigo, ve todo el historial de relaciones y experiencias pasadas con el; el hombre ve a la vida asomándose al pasado, sin percibir el presente, y en ese proceso pierde la oportunidad de ser feliz, de experimentar el ahora y de lanzarse a ese viaje permanente, sin tiempo, que lo llevaría a la felicidad.

21. LA LIBERTAD. LEER EN LA NATURALEZA.

Continuemos con nuestras lecciones de La Ecología del Hombre en las Relaciones Humanas. El hombre pierde la dirección en que sus pasos deben caminar para la búsqueda de la felicidad y de las correctas relaciones humanas, porque su búsqueda se basa en sus experiencias personales; el hombre aprende en base a sus recuerdos, en base a todas aquellas experiencias que va acumulando a lo largo de su vida, sin entender que cada una de ellas lo va enriqueciendo, no precisamente por el hecho de haber acumulado una experiencia mas, sino por el hecho que cada una de ellas lo va acercando a su contacto con su Yo superior.

La influencia de los recuerdos.

El hombre vive la vida basado en sus recuerdos, sin entender que el verdadero secreto de la felicidad, radica en ese contacto intimo que puede alcanzar con su Yo superior, con su amada presencia. Cada vez que una lección es asimilada en su vida, la luz que dejan las experiencias lo van acercando a su contacto interior. El hombre se encadena mas cada día que vive, porque acumula responsabilidades, acumula experiencias, y estas van formando alrededor de el una cadena que condiciona cada uno de sus actos futuros; sin embargo, cuando el hombre entiende que las experiencias deben dejarle una sensación de frescura, una sensación de aprendizaje para llegar a contactar su maestro interior, en ese momento sus cadenas se van rompiendo, sus lastres se van haciendo cada vez mas ligeros, y su vida va tomando los aires de libertad que deben tener todos los seres humanos.

Atreverse a ser libre.

El hombre debe atreverse a ser libre, debe aprender a mirar a las personas, no basado en sus recuerdos, sino como seres nuevos capaces de cambiar de un instante a otro, capaces de ofrecer su amistad, su amor, su comprensión, a cada momento. El hombre debe viajar por el mundo dándose nuevo a cada momento, olvidando el pasado y sintiendo el placer de vivir cada instante, gozando del aire que respira, del sol que lo alumbra, de la vida que lo rodea.
Un hombre libre respira un aire de felicidad, mientras que un hombre oprimido por el peso de las responsabilidades, vaga por el mundo en completa obscuridad, incapaz de observar la vida a su alrededor y sintiendo el peso de su pasado, de sus recuerdos, de sus expectativas que obscurecen el horizonte y solo le permiten ver sombras a su paso. Los seres humanos deben aprender que por mas pesada que sea la carga, por mas grande que sea la cruz, el sol seguirá saliendo, el mar seguirá haciendo sus olas, el viento seguirá soplando y los pájaros seguirán cantando, su vista regresara al día siguiente a ver la luz del sol, sus oídos volverán a escuchar el rumor del viento cuando se filtre entre las hojas de los arboles, sus pasos volverán a hollar el sendero y todos esos problemas que abrumaron durante días, o tal vez meses, su vida, pasaran como pasan las nubes de las tormentas, el sol saldrá cada mañana sin importarle si el hombre puede o no verlo.

La influencia de la libertad.

El hombre debe entender esas cosas, el hombre debe comprender que su vida no debe desperdiciarla ensimismado en sus problemas incapaz de resolverlos, porque una mente que no respira el aire fresco de la vida se envicia en los propios pensamientos y degenera sus emociones, cuando se alimenta exclusivamente de los recuerdos pasados. La libertad del hombre reside en la capacidad que tiene de poder percibir la vida a cada instante como un ser nuevo, aprendan a desligarse, a desdoblarse, y dejen que la personalidad inmersa en los conflictos se ocupe de resolverlos, mientras su ser interior disfruta del placer de ser, y lleva esa energía fresca a esa personalidad llena de conflictos que parece regocijarse cada vez que los recuerda.
Aprendan a no pensar en esos conflictos, aprendan a escuchar el canto de los pájaros aun en medio de las horas mas pesadas de su vida; aprendan a agradecer al sol que los alumbra aun en los momentos mas dolorosos; aprendan a respetar a todos los seres humanos que son capaces de sonreír aun cuando carecen de todo; aprendan a valorar a las madres, que cargando con la cruz de sus familias, siguen caminando por la vida pensando no en ellas, sino en sus hijos.

Aprender a leer el libro siempre abierto de la naturaleza.

La vida esta llena de ejemplos, heroicos unos, maravillosos otros. Aprender a leer la naturaleza para extraer de ella los ejemplos que pueden inspirar nuestras vidas, es una de las grandes metas que todos deberían tener. La vida es un libro abierto para todo aquel que decida buscarlo, sumérjanse entre sus hojas y aprendan a leer ese lenguaje misterioso de las aves, de los niños, de las montañas, respiren el aire de la libertad y su vida cambiara, enriqueciéndola, para beneficio de ustedes y de todos los que los rodean.

22. EL AMOR Y EL SERVICIO.

En los últimos capítulos observaron un cambio en la exposición, un cambio en la forma como estabamos presentando los conceptos, esto fue necesario para poder despertar en nuestros lectores las áreas de su ser interior, que una vez que hacen contacto con la parte intelectual de la personalidad, le permiten descubrir esa unión, que aun cuando esta presente en todo momento, el ser humano pareciera olvidarlo. Hemos querido despertar al Yo interior de los lectores, moviendo aquellas fibras que lo ponen en contacto con las incongruencias que el ser humano mantiene en su conducta habitual.

El concepto de responsabilidad en el ser humano está limitado.

Ahora bien, es el momento de retomar otro de los grandes principios que en capítulos anteriores mencionáramos. Dijimos que el circulo de acción que un ser humano despliega en la sociedad, esta limitado por el concepto que tiene de cuales son sus responsabilidades como ser humano. Es perfectamente normal que una persona crezca pensando que su total responsabilidad consiste exclusivamente en casarse, tener hijos y dar a estos el sostén, la educación y el patrimonio que les permitan, a su debido tiempo, hacer lo mismo que ellos hicieron por ellos.
Un ser humano piensa que su responsabilidad termina al atender a cada uno de los miembros de su familia y tal vez a un pequeño circulo de amistades; si ese fuera el caso, la humanidad nunca avanzaría hacia el mejoramiento, hacia nuevas formas de convivencia, es preciso entender que todo ser humano mantiene tres funciones básicas, que a nivel psicológico, le permiten una realización total y completa.

Funciones básicas del ser humano.

1a. Amor a sí mismo.

La primera de ellas tal vez sea la atención hacia si mismo, el ser humano debe amarse a si mismo para poder mantenerse erguido en el sentido psicológico, el amor propio es lo que le da la fuerza para levantarse cada vez que los problemas de la vida lo inclinan o lo obligan a tropezar, ese amor propio es lo que permite cargar a cuestas una cruz.

2a. Amor hacia alguien.

Después viene el amor hacia alguien, el amor hacia otras personas, a su esposo, esposa, a sus hijos, a sus padres. El amor familiar le permite al hombre en los niveles psicológicos, sentirse útil, sentir que alguien lo necesita, a su vez, lo empuja a proteger a aquellos a quienes ama y de esta manera, la célula familiar se transforma en el sostén de la sociedad.

3a. Amor hacia la humanidad.

Existe una tercera que es el deseo de servicio, el amor hacia la humanidad, esto le da al hombre dimensiones gigantescas; cuando el ser ofrece un servicio a la sociedad por el servicio mismo, en ese momento el ser alcanza proporciones gigantescas y su espíritu crece para abarcar dentro de su aura de servicio o de protección, a una gran colectividad de personas.
Es interesante observar que estos tres niveles psicológicos se van desarrollando con la edad física. En primer termino aparece en los niños el amor propio; cuando el ser tiene la edad suficiente, siente el impulso de formar la familia, y el amor familiar, antes manifestado como amor a sus padres tal vez, ahora se ensancha para abarcar a su propia familia, y cuando el hombre alcanza la madurez total, empieza a sentir la necesidad de crecer aun mas y hacer algo por la sociedad, en ese momento el ser se convierte en un servidor publico, aunque tal vez usando estas palabras en un sentido completamente altruista, su evolución espiritual consecuentemente se agranda y su realización personal empieza a ser evidente al enfrentarse a problemas que antes no sospechaba que existieran, es un nuevo horizonte el que se abre a sus ojos.

El servicio a la sociedad.

El servir a los demás no es una tarea hecha para todo el mundo, porque no todos tienen la estatura para realizarla, requiere antes de un crecimiento interior, requiere antes de un trabajo arduo sobre si mismo, requiere antes una preparación con el objeto de que las fuerzas a las que va a enfrentarse no lo dobleguen antes de que los primeros frutos empiecen a ser cosechados. La labor de servicio a la sociedad es un trabajo que no tiene marcha atrás, una vez que se ha aprendido a escuchar las voces de ayuda dentro del corazón no es posible acallarlas, permanecerán allí presentes, porque existen mas personas necesitadas en el mundo que las horas del día que puedan tenerse para ofrecérselas, es una labor que lejos de angustiar al servidor, debe llenarlo de una paz interna infinita.
Entender que el no esta solo ante el trabajo del mundo, entender que el sufrimiento es una escuela para los seres humanos, entender que el es el instrumento de la justicia divina y del amor divino, para hacer llegar exclusivamente a aquellos a quienes su balance de karma y dharma se los permite; el servicio es justamente entender que el servidor representa las manos de Dios trabajando en la tierra y que si alguien no alcanza ese servicio, es porque todavía le falta aprender algo mas.
Crecer en el servicio representa acercarse a Dios, experimentar ese deseo de servicio y a la vez recibir el agradecimiento correspondiente de parte de los hermanos, es una de las mayores dichas que puede un ser humano experimentar en la tierra. El servidor debe aprender a dejar a un lado su personalidad y saber que ese agradecimiento no va dirigido a su persona, sino a la fuerza que actúa a través de el; debe aprender igualmente, que el servicio lo esta ejecutando Dios mismo a través de sus manos y de sus palabras, y que el solo es un instrumento. Tal vez estas claves permitan clarificar algunos conceptos que sumergen en conflictos a los servidores.

Resumen.

Resumiendo entonces, dijimos que un principio fundamental para alcanzar la armonía interior era el meditar sobre si mismo; después dijimos que esta meditación acrecentaba la energía disponible para el trabajo en sociedad.
Mencionamos como un segundo principio, que la calidad de las creencias hacia uno mismo, determinaba igualmente la calidad de la energía que nosotros disponíamos para el trabajo hacia los demás, que era el amor a uno mismo lo que permite amar a los demás.
Ahora empezamos a ver el tercer principio: los limites que un ser humano se impone en su trabajo en sociedad, están determinados por sus creencias personales acerca de cuales son sus responsabilidades como ser humano, por esta razón, es preciso entender, que el ser humano debe desarrollar estos tres niveles de actividad psicológica para poder alcanzar su completa realización.

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