¿Por qué elegí esta ilustración?

Ilustracion: Georges de La Tour Magdalena Penitente 1625-1650 Metropolitan Museum Nueva York

¿Por qué elegi esta ilustración?

Una habitación a oscuras, una única fuente de luz, una gran figura que llena todo el cuadro. Una mujer sentada. Aún es joven, ni su rostro que apenas vemos, ni su cuello y escote, ni sus manos delatan todavía la huella destructiva del tiempo. Solo tres colores, los más antiguos, los que han acompañado a los humanos desde la remota prehistoria: el blanco, la luz, el rojo, la vida, el negro, la muerte.
Georges de La Tour (1593 – 1652), pintor lorenés, hijo de un albañil, casado con una mujer de la nobleza, con ínfulas de noble y odioso a sus vecinos, famosísimo en vida. Habitante del terrible siglo XVII, en una tierra disputada entre el Imperio y el rey de Francia. Georges de La Tour no existía, de su producción de casi quinientos cuadros, quedaron veintitrés originales. Georges de La Tour volverá existir a partir de 1932, cuando la Europa del siglo XX, que ya olvidaba lo que era la oscuridad pronto conocerá las tinieblas.
Los cuadros de Georges de La Tour no tienen título, es decir su título original se ha perdido y el que tienen es posterior al redescubrimiento del pintor. Volvamos al cuadro. ¿Esta mujer es María Magdalena? María Magdalena, santa muy popular en la Edad Media, fue un motivo muy repetido desde el Renacimiento, pues en un cuadro de temática religiosa es posible pintar a una hermosa mujer, poder exhibir ricos ropajes, desnudez femenina sin que hubiera censura. Magdalena a partir del Renacimiento es casi siempre rubia, de larga y rizada cabellera. Incluso o sobre todo, cuando de trata de Magdalena penitente, es posible apreciar la sensualidad del personaje. María Magdalena siempre fue una santa incómoda, ambigua, turbadora. No era virgen, no era esposa, no era madre, pero es una de las valientes mujeres que asiste a la Crucifixión y el primer testigo de la Resurrección. La Iglesia no tuvo más remedio que tolerarla.
Magdalena está sola en una habitación despojada como una celda, mira hacia el espejo aunque no vemos su reflejo ¿se ve ella misma? Quizá se mira por última vez. Quizá nunca más volverá a ver su rostro iluminado intensamente por la única fuente luz, ese candelabro con esa vela lujosa de cera, en ese espejo de marco tallado. Ha dejado el collar de perlas sobre la mesa, las perlas que en el siglo XVII indican liviandad, se asocian con las cortesanas y la prostitución. En el suelo hay otras joyas. Magdalena se está despidiendo, en silencio, en soledad absoluta. Pero Magdalena aún es quien ha sido, la mujer que ha conocido el placer y la libertad. Aún calza lujosamente y su falda roja como los zapatos es de rico tejido. Ese color rojo que lleva siglos tiñendo los vestidos de novia, los vestidos de fiesta, los vestidos de las prostitutas. Es cierto que lleva una sencilla camisa, la camisa es esa época una prenda interior, pero su larga melena, no rubia ni rizada, sino oscura y lisa, está cepillada como la de una dama de la época Heian. Y en otras o posterioresversiones, Magdalena, que ya ha renunciado, que ya no se ilumina con velas sino con candiles de aceite, que ya es penitente, mantendrá esa lisa y perfecta cabellera de dama japonesa.
Un universo casi monócromo, una austeridad total, habitaciones despojadas, personas humildes, nada bellas, unos volúmenes geométricos, incluso en los rostros. El ser humano solo, ante sí mismo, a la luz de una vela, de un candil, de una llama. En nuestro mundo de hoy hace mucho que perdimos la oscuridad. No podemos imaginar lo que es vivir solo a la luz de día, que luminarias como candiles, velas, antorchas, solo eran algo para hacer el tránsito a la noche, a la oscuridad total. Dije más arriba que cuando se redescubrió a Georges de La Tour en 1932 Europa estaba a punto de recordar las tinieblas. No las tinieblas metafóricas de vivir una era de guerra como la que vivió el pintor, sino las reales. Durante los años de la Segunda Guerra Mundial la mayoría de las ciudades europeas bajo la amenaza de la destrucción de los bombardeos aéreos, volvieron a ser lo que habían sido durante siglos: lugares de oscuridad, incertidumbre y miedo.
Magdalena, seria, sola en esa habitación desnuda, con los restos de su pasado, con el espejo que el que no se volverá a mirar, rozando con sus dedos el cráneo amarillento de frente huidiza que tiene en el regazo pero al que no mira todavía. Magdalena es la imagen de la melancolía, muy parecida a la deDomenico Fetti, contemporánea suya. La melancolía de quien sabe que no volverá a haber amores, ni fiestas, ni alegría, ni belleza, porque todo es pasajero. Cuando Magdalena apague esa vela y se haga la oscuridad total en la habitación para el sueño de la noche, ese sueño será el hermano de la muerte que están acariciando sus dedos.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

¿Qué dice la carta natal del papa Francisco? mar 14, 2013

¿Qué dice la carta natal del papa Francisco?

Getty Images
Los tránsitos planetarios sugieren un hombre de firmes convicciones religiosas y solidez moral, conservador, pero al mismo tiempo abierto al estudio y al análisis, con una actitud equilibrada entre teología y ciencia, la religión y la sociología.
¡Habemus Papam! La esperada frase por millones de católicos en todo el mundo se escuchó el 13 de marzo del 2013 en la Plaza San Pedro de Roma cuando se supo que los cardenales, encerrados en Cónclave (Conclaue, o con llave, en latín), habían elegido al sucesor de Benedicto XVI, ahora Papa Emérito.
El nuevo papa, que escogió para su papado el nombre de Francisco, uno de los santos más queridos dentro del santoral católico por su historial de humildad, amor y sacrificio, así como su dedicación a la protección de los animales, nació como Jorge Mario Bergoglio, de nacionalidad argentina, en Buenos Aires, el 17 de diciembre de 1936. De padres italianos, es el número 266 de la Iglesia Católica, Bergoglio fue nombrado jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano.
Se trata del primer pontífice latinoamericano, y el primero no europeo desde el año 741, año en el que falleció Gregorio III, que era de origen sirio. Además es el primer papa perteneciente a la Compañía de Jesús, o sea jesuita.
Datos natales, astrológicos y numerológicos
Con estos datos pasamos a revisar su Carta Natal y numerológica que como sabemos según la Astrología y la Numerología expresan perfiles y potencialidades, rasgos de carácter y otras cualidades de la personalidad asociadas a los tránsitos planetarios presentes en el momento del nacimiento.
El papa Francisco nació bajo el signo Sagitario, y en un año que numerológicamente suma uno (1936=1+9+3+6=19=1+9=10=1) pues en Numerología todos los dígitos en una cantidad se reducen a una sola cifra del 1 al 9 sumándolos entre sí. Esta es una combinación estupenda puesto que denota una mente clara, brillante, un deseo de renovar y el inicio de una etapa diferente en todo lo que sus nativos se propongan realizar.

Carta Natal
En su Carta Natal aparecen los siguientes planetas, así como el Sol y la Luna en estos tránsitos:
El signo solar Sagitario, el noveno signo del zodíaco. Los nativos de este signo se caracterizan, en su aspecto positivo por el optimismo, el amor a la libertad, al estudio, a la filosofía, la espontaneidad y sinceridad, la jovialidad y el bueno humor, la honestidad y ser muy directo en sus cosas. Esto último, si no se canaliza inteligentemente puede causar problemas al confundir la llamada franqueza con la falta de tacto, un problema que generalmente afecta a muchos sagitarianos, pero que se puede superar cuando existen otros factores de equilibrio como veremos a continuación.
La Luna en tránsito por Acuario confiere originalidad, inventiva, necesidad de servir a la comunidad, cualidades estas necesarias para quien tendrá a su cargo la dirección espiritual de millones de personas en todo el mundo.
Mercurio, planeta de las comunicaciones, en Capricornio en una Carta Natal representa la disciplina mental, el estudio, los deseos de aprender, el amor a la ciencia, excelente memoria, conocimiento.
Venus en Acuario indica la tendencia a lo moderno, la renovación, la reforma, el arte, el buen gusto.
Marte en Libra es un tránsito muy fuerte porque indica pasión por la justicia, una conciencia social muy intensa, capacidades artísticas y gran sentido de equidad. Se lucha con todas las fuerzas por lo que se considera justo y equitativo.
Júpiter en Capricornio es el tránsito de la actitud conservadora, la ley y el orden, el respeto a las instituciones establecidas, a veces denota una actitud muy rígida e intolerante, según el aspecto que esté presentando en un momento dado.
Saturno en Piscis indica la disposición al servicio, al sacrificio, talento para la poesía, literatura, música, danza, actitud meditativa y contemplativa.
Urano en Tauro marca toda una generación, al igual que Neptuno en Virgo y Plutón retrógrado en Cáncer que vivieron la II Guerra Mundial y sus secuelas.
Eclipses y singularidades
Asimismo, unos pocos días antes de su nacimiento ocurrió el último eclipse solar del año 1936 "el día 13- precisamente en el signo Sagitario, su signo, y el número del día que fue elegido, también un 13. Unos días después tendría lugar el último eclipse lunar en el signo de Cáncer, el día 28. Las combinaciones numerológicas son sui generis, indicadoras de una personalidad que realmente no va a pasar desaparecido en su tránsito por el Vaticano.

Proyecciones
Según lo anterior vemos, por los tránsitos planetarios existentes que estamos frente a un hombre de firmes convicciones religiosas y solidez moral, conservador, pero al mismo tiempo abierto al estudio y al análisis, una actitud en que se sopesa en balanza la teología con la ciencia, la religión con la sociología. Estas cualidades le serán indispensables para enfrentar los grandes retos que tiene la Iglesia frente a si y poder unir a sus filas a quienes se alejaron por los serios problemas y escándalos que afectaron esa institución en años recientes.
Chocará con muchos intereses dentro y fuera del Vaticano, pero sabrá navegar exitosamente dentro del delicado mar de la política y la religión, tratando de establecer juicios justos que no dejen fuera a nadie. Tendrá una participación muy activa a nivel internacional cuyas decisiones, en más de un caso, levantarán ronchas y causarán controversias. No temerá alzar su voz para defender a los creyentes que están siendo acosados en lugares donde el fanatismo religioso les impide profesar su religión libremente y sin temor.
Inclusive, en aspectos tan delicados y controversiales como son el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la ordenación de mujeres en la Iglesia y el celibato optativo para los sacerdotes sus propuestas no serán del tono extremista que podría pensarse, debido a situaciones anteriores y sus confrontaciones con el gobierno de su país natal, Argentina, en cuanto a esos temas, algo esperado por la acción de Júpiter por Capricornio.

Desde el trono papal y como Obispo de Roma el Papa Francisco sorprenderá a todos con declaraciones que marcarán un antes y un después del primer papa latinoamericano de la historia y lejos de dividir, sabrá unir y revitalizar la Iglesia en una dirección que sin dejar los fundamentos teológicos de la religión se encauzará hacia los nuevos tiempos que estamos viviendo.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Si un matrimonio se hizo como debe ser nadie puede anularlo. El tribunal eclesiástico define si un matrimonio fue nulo desde el inicio

El Papa: la alianza hombre - mujer ha sido querida por Dios desde la creación
En la audiencia general el Santo Padre concluye el ciclo de catequesis sobre la familia. Pide oraciones por su próximo viaje a Cuba y Estados Unidos 

Por Rocío Lancho García
Ciudad del Vaticano, 16 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
El Santo Padre ha compartido, una semana más, la mañana del miércoles con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro. Allí se han convocado miles de personas venidas de todas las partes del mundo para escuchar y saludar al Pontífice. Por ello, el Francisco ha recorrido los pasillos de la plaza con el papamóvil para acercarse y bendecir a los peregrinos.
Esta semana, el Papa ha concluido con las catequesis sobre la familia,y en esta ocasión ha reflexionado sobre los pueblos y el papel de la familia en la sociedad. En el resumen hecho en español ha indicado que “en medio de una civilización marcada fuertemente por una sociedad administrada por la tecnología económica, donde la subordinación de la ética a la lógica del beneficio goza de un grande apoyo mediático, se hace cada vez más necesaria una nueva alianza entre el hombre y la mujer, que libre a los pueblos de la colonización del dinero y que oriente la política, la economía y la convivencia civil, para que la tierra sea verdaderamente un lugar habitable, donde se transmita la vida, y se perpetúe el nexo entre la memoria y la esperanza”.
"La fe -- ha asegurado-- nos dice que esta alianza entre el hombre y la mujer ha sido querida por Dios desde la creación, no sólo para velar por los intereses íntimos de la familia: a ellos les ha confiado el mundo y el proyecto de domesticarlo; por lo tanto, lo que ocurre entre el hombre y la mujer repercute en todo lo creado, como vemos en el relato del pecado original".
Asimismo, ha precisado que “Dios no nos abandona, su misericordiosa protección no mengua, como muestra la especial bendición que Dios da a la mujer para defender a su criatura del maligno”. Esta ternura de Dios --ha finalizado-- la vemos sobre todo encarnada en Jesucristo, nacido de una mujer, que murió por nosotros, aun siendo nosotros pecadores.
A continuación ha saludado a los peregrinos de lengua española. “Pidamos a Dios que avive nuestra fe en la promesa que hizo al hombre y a la mujer, y tomando conciencia de la importancia de esta alianza, que todas las familias de la tierra se sientan bendecidas por Dios y protegidas por su ternura y amor”, ha señalado Francisco.  
Al finalizar los saludos en las distintas lenguas, el Papa ha dedicado unas palabras especiales para los jóvenes, los enfermos y los recién casados. Así, ha recordado que este martes se celebró la liturgia de la beata Virgen Dolorosa. De este modo, ha pedido a los jóvenes que invoquen a la Madre de Dios, “para sentir la dulzura de su amor materno”. A los enfermos les ha invitado a que recen a María “en los momentos de la cruz y del sufrimiento”. Y finalmente, a los recién casados les ha exhortado a que miren a la Virgen como “al modelo de vuestro camino conyugal de dedicación y fidelidad”.
Al concluir la audiencia general, el Santo Padre ha recordado su viaje apostólico a Cuba y Estados Unidos que comienza este sábado, una misión a la que va “con gran esperanza”. Tal y como ha explicado Francisco, el motivo principal del viaje es el VIII Encuentro Mundial de las Familias, que tendrá lugar en Filadelfia.
También acudirá, ha señalado, a la sede central de la ONU en el 70ª aniversario de tal institución. Por eso, el Pontífice ha indicado que desde ahora “saludo con afecto al pueblo cubano y al estadounidense, que, guiados por sus Pastores, se han preparado espiritualmente”.
Del mismo modo, ha pedido a todos que le acompañen con la oración, “invocando la luz y la fuerza del Espíritu Santo y la intercesión de María Santísima, Patrona de Cuba como la Virgen de la Caridad del Cobre y Patrona de Estados Unidos de América como la Inmaculada Concepción”.
Al finalizar, ha recordado también que este sábado, en San Miniato, será proclamado beato Pío Alberto del Corona, obispo de esa diócesis y fundador de las Hermanas Dominicas del Espíritu Santo. “Él fue celante guía y sabio maestro del pueblo que se le encomendó. Su ejemplo y su intercesión ayuden a la Iglesia a caminar en el espíritu del Evangelio, llevando frutos de buenas obras”, ha indicado el Papa.

Un matrimonio no se anula
Si un matrimonio se hizo como debe ser nadie puede anularlo. El tribunal eclesiástico define si un matrimonio fue nulo desde el inicio
Por Mons. Felipe Arizmendi Esquivel
San Cristóbal de las Casas, 16 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
VER
Muchas personas han malinterpretado la decisión del Papa Francisco de agilizar los procesos para declarar si un matrimonio fue nulo desde su celebración. En los medios informativos, se dijo que facilitaba la anulación de los matrimonios, lo cual no es verdad. Si un matrimonio se hizo como debe ser, el Papa no puede anularlo. Lo que dispuso ahora, respondiendo a las inquietudes que obispos de todo el mundo le presentaron el año pasado en el Sínodo Extraordinario sobre la Familia, es sólo dar más facilidades para que no sean tan largos y engorrosos los procesos que un tribunal eclesiástico realiza para definir si un matrimonio fue nulo desde el inicio.
No es lo mismo anular un matrimonio, que declarar que fue nulo desde su celebración; es decir, que desde el principio no hubo verdadero matrimonio. Hasta ahora, estos procesos son complicados, pues la Iglesia es muy respetuosa de la naturaleza indisoluble del verdadero matrimonio; pero esto hace sufrir a quienes celebraron su boda con irregularidades graves, y no lo pueden demostrar. Quisieran recibir la comunión sacramental, y no lo pueden hacer.
Como se interpretó mal la disposición del Papa, ya muchos casados por la Iglesia, que se separaron y ahora viven con otra persona, se están acercando a la comunión, porque se sienten ya perdonados; dicen que el Papa ya les abrió el camino a la comunión sacramental. No han entendido las cosas y las interpretan a su conveniencia.
PENSAR
Jesucristo fue muy claro: “Lo que Dios ha unido, no lo puede separar el hombre” (Mt 19,6). Ni el Papa puede anular lo que Dios ha unido, como siempre ha enseñado la Iglesia. En su decreto, el Papa varias veces recuerda el carácter indisoluble del matrimonio. Habrían de leerlo bien. El Papa no puede cambiar lo que Dios ha establecido. Lo que hace el Papa es facilitar los caminos para que los tribunales eclesiásticos, y en particular los obispos, podamos resolver con más prontitud los casos en que se pueda demostrar que no hubo verdadero matrimonio desde su celebración religiosa.
¿Qué es lo que hace nulo un matrimonio; es decir, que aunque se hubieran casado con todos los ritos, incluso ante un obispo, no hubo verdadero matrimonio?
Esto son algunos ejemplos: Si se casan a la fuerza, con amenazas, sin suficiente libertad. Si no son conscientes de que el matrimonio es para siempre y con apertura a generar y educar hijos. Si son inmaduros psicológicamente, lo cual no es fácil de comprobar, pues la madurez psicológica no se alcanza automáticamente con la edad. Si uno ya estaba casado por la Iglesia anteriormente y engañó diciendo que no lo estaba. Si uno es homosexual, pues no puede llevar una vida heterosexual. Si uno es impotente y no puede tener relaciones sexuales. Si no se consuma el matrimonio con la relación sexual. Si se excluyen los hijos; es decir, se casan, pero deciden no tener familia. La esterilidad no es impedimento. Si hay un engaño grave, como ocultar que se tienen hijos con otra persona, o que está casado por lo civil. Si uno de los dos no está bautizado y no ha obtenido el permiso del obispo para un matrimonio con disparidad de cultos. Si el sacerdote que les celebra no tiene facultades para ello, si está suspendido, si está fuera de su territorio, o es falso sacerdote. Hay otros casos, pero estos son los más comunes.
Si después de casarse por la Iglesia, hubo problemas en la pareja, como violencia, embriaguez, infidelidades, no se entendieron y se separaron, eso no anula el matrimonio. Si ya tienen tiempo separados y uno de ellos ya vive con otra persona, eso tampoco lo anula. Si el matrimonio estuvo bien celebrado, nadie, ni el Papa, lo puede anular.
Si alguien tiene dudas sobre la validez de su matrimonio, que acuda al tribunal eclesiástico que hay en todas las diócesis, con el encargo de estudiar si hubo alguno de estos impedimentos.
ACTUAR
Respetemos la indisolubilidad del matrimonio. Si alguien se separó de su legítima esposa y vive con otra, no puede acercarse a confesar y comulgar, pues sería una contradicción, ya que no está en comunión con Cristo. Pero no están excomulgados de la Iglesia; pueden ir a Misa, hacer oración, leer la Biblia, bautizar a sus hijos, participar en grupos y retiros, ser apóstoles de Jesús.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Entrevista a Isabel Allende por @MariaAlesiaSosa












2 de agosto de 1942 (73 años)
Bandera del Perú LimaPerú
f(Sausalito, California)- La oficina de Isabel Allende, la escritora que no la senadora, queda en el número 116 de una callecita en Sausalito, una pequeña ciudad cruzando el Golden Gate de San Francisco, donde viven no más de ocho mil personas. La localidad está empotrada en la montaña y da para el Pacífico. Esa orilla de California, a más de nueve mil kilómetros de distancia es la misma costa de Chile, aquella que la escritora dejó hace 42 años con la urgencia de huir de un golpe militar.
En Sausalito, la cima también está llena de casas con vista al mismo mar azul plomo de Valparaíso o Zapallar. “Sí, es igual”, dice. La casa queda a una cuadra de la marina, y es la que tiene más verde en sus patios. Al menos los martes por la mañana, se siente callada la vecindad.  
Isabel Allende abre la puerta ella misma y recibe a las visitas como una castañuela. Siempre sonriente. Pero asegura que carga con la tristeza de su reciente separación y la angustia de saber que tiene que poner a dormir para siempre a Olivia, su perra desde hace 17 años.
La casa, convertida en oficina, tiene un counter y a mano izquierda un salón con decoración victoriana, de colores claros. Hay un sofá blanco con grandes cojines, una poltrona, y una mesa de comedor, donde esperan el té y las galleticas que arregló Lori, su nuera, para la entrevista. Hay también una biblioteca que tiene más portarretratos que libros. Allí está Isabel con Obama, con Michelle Bachelet, está su hija Paula, Nicolás, su hijo, y todos sus nietos. Hay fotos de su madre, y un gran afiche con los artistas que protagonizaron la película de “La Casa de los Espíritus” en el año 93: Meryl Streep y Antonio Banderas, su amor platónico.
Lo último que publicó Isabel Allende es El amante japonés, una novela sobre la vejez, la soledad y el amor en todas sus facetas y edades. Asegura que es el reflejo de lo que está atravesando en su vida. “Estoy en un momento importante, me acabo de separar de mi marido después de 27 años de matrimonio, me ha pegado fuerte. Cuando empecé a escribir el libro no me había separado, fue casi profético. Además este año he tenido un enfrentamiento con la vejez, por mis padres, muy fuerte, pero ya el año pasado lo presentía y por eso el tema me interesaba”.
Sobre un nuevo amor en su vida y la situación de Venezuela, la invade una inmensa sensación de posibilidad y esperanza.
Antes de empezar, pide que la tuteen y con voz de lamento, pregunta por la situación de Venezuela, el país que la recibió y la acogió durante 13 años.

—Me pidieron que no trajera cámara a la entrevista, ¿sigues siendo tan vanidosa a los 72?
—No es por eso, pero sí, sigo siendo. La vanidad no se pasa con los años, todo lo contrario te cuidas más. Antes te podías acostar sin lavarte la cara, pero ahora no, cuesta más mantenerse. Aunque ya no me ve nadie. Si no tengo ni marido.
—Uno de los temas principales de El amante japonés es la vejez, ¿te da miedo envejecer?
—Ya es un poco tarde para eso. (Risas)
—¿Cómo lo llevas?
—No me di cuenta hasta los setenta, que empecé a sentir que me fallaba la energía, que siempre he tenido mucha, siempre he sido hiperactiva y puedo hacer diez cosas a la vez y no me cansaba nunca, ahora me canso. Físicamente no me siento tan fuerte, siempre muy sana, eso sí. Se va cerrando el mundo. La gente mayor tiene menos espacio, porque el mundo es joven es de las generaciones que vienen empujando, uno busca otros espacios más tranquilos, más solitarios, más interiores, y no me siento mal todavía, no sé cómo será a los ochenta, pero por ahora estoy bien.
—¿Qué has encontrado en esos espacios más solitarios?
—Más introspección, más vida espiritual, más estudio, en el sentido de que ahora investigo más a fondo, leo con más profundidad. Antes, pasaba corriendo por la vida, ¡corriendo! a toda velocidad y ahora me siento que estoy más aquí.
—¿Tienes miedo a la muerte?
—Ninguno. Lo que sí tengo miedo es a la dependencia y a la decrepitud. Estoy rodeada de ese problema y eso me asusta, pero no la muerte. Mi padrastro tiene 99 años, y mi madre, 95. Ella está muy bien de la cabeza, tiene el cerebro de una persona de 30, pero el cuerpo no le da. Él está más sano que ella, pero tiene la mente ida. De haber sido un patriarca autoritario es hoy un viejito asustado y dependiente.
—Dices en el libro que envejecer es ser más de lo que siempre fuiste ¿Qué es eso que siempre has sido y que se ha acentuado con tu vejez?
—La vejez no me ha hecho más sabia, en ningún caso. Pero siempre he sido generosa, vanidosa, activa, fuerte, buena madre, tribal, responsable por todos los demás, me los echo a todos en la espalda. Y soy cada vez más de eso. Mi mamá dice que soy botarate, que todo lo regalo, porque no me apego a las cosas materiales. La única cosa que yo salvaría si se incendia mi casa, son las cartas de mi mamá que nos hemos escrito a diario una a la otra durante 40 años. Están en cajas, y ahora es que las estamos digitalizando. Hasta que no esté todo en digital, yo estoy aterrada.

—¿Las vamos a leer?
—Noooooo, ¿cómo se te ocurre? Eso es lo más privado de la vida. Noooooo. Pero me sirven para revisar cuando escribo unas memorias.

—¿Dirías que ella es tu principal admiradora?
—Es muy crítica. Siempre me pone la vara muy alta y es divertida. La otra vez le dije: “Mamá, me van a dar la medalla de la libertad en la Casa Blanca. ¿Qué es eso?, contestó. Y yo le dije: Métete en el Google, es el honor más alto que le pueden dar a un civil aquí en Estados Unidos. Y lo primero que me preguntó fue: ¿Y qué te vas a poner?” (Risas).
—Uno de los personajes de tu libro dice que a cualquier edad hay que descubrir un propósito en la vida, ¿cuál es el tuyo?
—Uy, yo tengo como diez propósitos. Uno es la Fundación Isabel Allende (cuya misión es proveer a mujeres y niñas el acceso a salud, educación y protección contra la violencia), que llevamos mi nuera y yo. La fundación me mantiene viva y escribiendo, porque tengo que contribuir económicamente con ella, y tenemos más de 100 programas que supervisamos de cerca. Ver lo que se puede hacer con poco dinero y mucho entusiasmo, es maravilloso. Además, una tremenda vida pública que tengo que atender. Y para qué decir el propósito de mantener a mis padres, ayudar a mis nietos, la tribu, que uno carga con ella, aunque no es una carga, pero sí una responsabilidad. También tengo los libros, cada uno es un propósito y un desafío. Todos mis libros son diferentes, no sé de qué voy a escribir el próximo año, pero sé que va a ser algo totalmente diferente a lo que he escrito, eso me obliga a estar alerta, y con todas mis capacidades al servicio de ese propósito que es el libro.

—Hablando de la diversidad de tus libros, has escrito realismo mágico, sagas para adolescentes, autobiografías, novela policial, ¿no es riesgoso asumir todos los géneros?
—No sé si es riesgoso o no, pero es lo único que puedo hacer. Cuando escribí La casa de los Espíritus, tuvo un éxito formidable, pensé que era como el camino a seguir, pero no puedo hacer eso, no es lo que me interesa. Cada libro responde a un momento emocional en mi vida. Ese respondía al exilio. Sin duda alguna es un libro nostálgico por el Chile que perdí.

—¿Crees que tus libros venden porque siguen teniendo la misma calidad, o porque ya eres una autora consagrada, por tu nombre?
—No lo sé, yo misma me sorprendo. A veces escribo un libro en el que he puesto cuatro años de investigación, en el que me enfermé escribiendo, y resulta que la gente no lo recibe como otro libro que a mi no me costó nada. Entonces, no sé, te prometo que no sé. Y qué dirá la crítica o los lectores, es siempre una sorpresa. Además no puedo guiarme por eso, porque estaría limitada y asustada.

El dolor
—Ya has dado las razones de tu divorcio, ¿qué es lo más difícil de llevar un duelo en pareja?
—Murió Paula, y dos hijos de Willie (su esposo). Lo peor que le puede pasar a una persona es que se le muera un hijo, y en pareja, la gente sufre los duelos de manera diferente, con diferente intensidad, o tiempos. Hay gente que lo transforma, como creo que yo lo hice con la muerte de Paula, la transformé en un libro, en una fundación. Y espiritualmente, Paula está conmigo, pero él no pudo hacer eso con sus hijos, porque murieron por droga. Tuvieron una vida horrorosa, en que no hay nada rescatable. Para él ha sido, no sólo la pérdida de los hijos, sino también una tremenda desilusión, que ya es innegable.
Ya venía deprimido antes de que muriera su último hijo, y cuando murió Harley, hace 3 años, se vino abajo completamente, se cerró al mundo. Tratamos de resolver las cosas en pareja, con terapia, con medicamentos, con toda clase de cosas, pero no funcionó.
—Después de haber perdido una hija, ¿el divorcio es un dolor menor?
—Todo es menor, este ha sido un año malo para mi, pero comparado con el año de la enfermedad y muerte de Paula, esto no es nada. Siento que me pueden pasar cosas peores, pero muy pocas. Y si pude enfrentar eso, puedo enfrentar casi todo.
Yo, eso es lo que aprendí con la vida, que no puedo controlar nada. Y así vivo, día a día, con la confianza de que tengo suficientes recursos personales, experiencia, corazón abierto, para enfrentar lo que venga, sin susto. No me puedo poner el parche antes de la herida. Vivir con miedo no tiene sentido. La vida tiene riesgos y dolores inevitables y mientras más uno se rinde ante lo inevitable, más vives, porque no puedes controlar nada.

—En Paula te preguntabas si ibas a volver a sonreír, ¿cómo se recupera la sonrisa?
—Con tiempo. Estos procesos son largos. Yo no pude volver a sentarme a escribir una novela o ficción, hasta tres años más tarde, porque estaba muy dolida. Pero con el tiempo las cosas se mejoran. Cuando la Paula se murió, mi mamá me dijo, “Nada te va a ayudar, ni el Prozac, ni terapia, ni vacaciones en Hawaii, olvídate. Esto es un túnel negro que tienes que cruzar sola, nadie te puede ayudar. Yo te juro que hay luz al otro lado, sigue caminando, un paso a la vez, no pares, y vas a encontrar luz al otro lado. Te vas a demorar, pero vas a encontrar luz”. Y ese consejo lo sigo para todo. Cuando me siento en un momento como ahora, que se me cierran las paredes, pienso que es un túnel y sigo caminando. Que voy a volver a reírme y voy a encontrar la luz, pronto.

—También en la última novela hablas del racismo y la discriminación, ¿Has sido víctima de esto alguna vez?
—Cuando eres inmigrante siempre eres víctima de discriminación. Un inmigrante tiene que luchar más que la persona que pertenece al lugar, para ser aceptado. No tienes conexiones, no tienes a tu familia, ni a tus amigos, a tu tribu. Yo no he sentido discriminación como se siente en EE UU, porque llegué a casarme con un americano y no tuve que salir a limpiar baños, porque ya me mantenía sola. Pero cuando llegué a Venezuela (1973), huyendo del golpe militar en Chile, la situación fue muy dura.
Venezuela siempre fue un país que recogió gente, que acogía a los que venían de otros países escapando de la violencia, la miseria, y de las dictaduras. Venezuela era el país que tenía las puertas abiertas siempre, y ahora les toca a ellos irse.

—¿Cómo se supera el guayabo del exilio?
—Yo más nunca volví a vivir en Chile. La dictadura duró 17 años, y en ese tiempo tus hijos crecen en otro país. No te los vas a llevar de vuelta. Me costaron mucho los dos primeros años en Caracas, porque no entendía las reglas del juego, que eran tan distintas a las chilenas. No entendía o no aceptaba, la alegría venezolana, la exuberancia, la abundancia, las ganas de parranda. Chile es un país muy sobrio, y venía de una dictadura brutal. Yo venía de un invierno cerrado, severo, y caigo en esta Venezuela hedonista, entonces me costó habituarme. Pero una vez que la acepté, la amé.

—¿Qué te dejó el Caribe que no has perdido?
—Venezuela me dio lo que yo no tenía, lo que no habría podido tener en Chile nunca, que fue una manera sensual de ver el mundo. Y eso, una vez que lo incorporé, me sirvió para la vida, para la literatura. Yo no habría podido escribir La Casa de los Espíritus si me hubiera quedado en Chile. Ese libro es cierto que responde a la nostalgia por Chile, pero tiene todo el color y el sabor de haber vivido en Venezuela.

—Has sido exiliada e inmigrante, ¿cómo se vive cada situación?
—El exilio, uno sale forzado por las circunstancias y no puedes elegir dónde vas, y siempre estás mirando hacia tu país, esperando que las cosas cambien para regresar. Un inmigrante se va porque escogió irse y eligió a qué lugar. El inmigrante va mirando hacia el futuro decidido a triunfar y a que a sus hijos les vaya bien. No es lo mismo. Habiendo vivido las dos circunstancias sé perfectamente la diferencia, y el exilio es mucho peor.

¿Cómo se hace para vivir como inmigrante o exiliado?
—Primero que nada, no hay que renunciar a lo que traes. No hay que renunciar a la lengua, ni a las costumbres, ni al sentido del honor, a la comida, a la música, ¡a nada! Hay que adquirir lo nuevo, echarle más encima a lo que uno tiene. Puedes ser bicultural. Cuando uno aprende a ser bicultural, es mucho más llevadero. Una vez que acepté todo lo maravilloso que tenía Venezuela, y cuando dejé de criticar el bonche, y que nadie era puntual, que te decían una cosa y no resultaba; una vez que me dejé de todo eso, amé el país. Fue aprender y adquirir cosas nuevas.

—¿Cómo se cura uno del desarraigo?
—No sé, a mi me sirvió la literatura. A otros les sirve otras cosas, pero ¿para qué curarse? Se puede vivir con eso. Se puede vivir con la nostalgia de las raíces. Eso es parte de la riqueza de lo que uno trae, y es maravilloso. Creo que la mejor literatura, el mejor arte, la mejor gente es la que está desgarrada de alguna manera. Con un pie allá y un pie acá, con la nostalgia y con el interés de lo que viene. Ese desgarro es muy bueno. La gente simple, con sentido común que lo ha tenido todo fácil, ¡qué ladilla! (Risas)

—Para el venezolano es muy dramático irse del país…
—Sí, son dramáticos, pero también tienen el sentido del humor, tienen la música, la comida, y tienen otros millones de venezolanos que andan dando vueltas por allí. Y, sobre todo, tienen la posibilidad de volver en cualquier momento. Parece frívolo lo que te digo, pero te prometo que funciona.

—Eres chilena pero has confesado que cuando vas a tu país, hay cosas que no entiendes, ¿crees que hay ciudadanos que son incompatibles con su gentilicio?
—No sé, los países cambian tanto, y a veces los países te rechazan. La gran poetisa Gabriela Mistral, pasó su vida fuera de Chile porque el país la rechazó siempre. Pablo Neruda también pasó mucho tiempo fuera de Chile. Casi todos los escritores y artistas chilenos se han ido, luego vuelven, pero los tratan mal porque es un país chico, donde hay mucha envidia y no hay espacio para la creatividad porque somos muy conservadores socialmente. Yo vuelvo a Chile y siento que soy chilena, pero ya tengo un pie aquí. Lo que me irrita de Chile es lo mismo que me irritaba de Chile antes de irme.

—“Caracas en 1975 era alegre y caótica, una de las ciudades más caras del mundo. Brotaban por todas partes edificios nuevos y anchas autopistas, el comercio exhibía un derroche de lujos, las calles estaban permanentemente atochadas por millares de vehículos. Las mujeres iban los fines de semana de compras a Miami y los niños consideraban un viaje anual a Disneyworld como un derecho natural”. (Paula, 1994)
Así describiste a la capital venezolana, y hoy es casi el antónimo de todo esto ¿Cómo te tomas que un país al que quieres haya cambiado tanto?
—En este caso es por una situación política, porque los recursos naturales del país siguen siendo de los más grandes del mundo, la gente sigue siendo la misma gente, la naturaleza es la misma. Es un sistema político, el chavismo, que ha destrozado el país, como lo destrozó la dictadura de Pinochet en Chile, y cambió a Chile para siempre. Como en tiempos de la Unidad Popular, el país se destrozó. No se requiere mucho para quebrar un país, pero así se recuperan también. Porque lo que es esencial, no se lo pueden llevar: su gente, los recursos.
Me acuerdo cómo me interesaba a mi el pasado de Venezuela, sus dictaduras, no la de Pérez Jiménez, sino más atrás. La de Gómez por ejemplo. Eran tiempos oscuros, de pobreza, de un país cerrado, pero ya había la abundancia de las minas. Cambió la dictadura y el país empezó a florecer. Se pasa al oscurantismo por una situación política, pero eso va a cambiar. Nada es eterno, lo vas a ver, se hace largo, pero lo vas a ver.

—¿Fuiste consciente, en la época que viviste en Venezuela, que el derroche era un bomba de tiempo?
—No, jamás. Parecía inacabable, por la riqueza del petróleo, por la riqueza de todos los recursos que había, además el temperamento de la gente, bonchero, era un pensamiento de venir a pasarla bien en este mundo. Venezuela era un país que cuando la gente tenía un rato libre, salía a beber y a bailar, en Chile nos sentábamos en un rincón a hablar de política. De los venezolanos aprendí que sabían gozar de la vida.

—¿Qué tan importante ha sido la política en tu vida?
—Me marcó porque venía de una familia politizada, y como marcó a toda la población de Chile, de una manera u otra, todos cambiamos y tuvimos que definirnos: a favor de la dictadura o en contra. Millones nos fuimos al exilio, y esas vidas cambiaron. Yo no sería la misma persona sin la dictadura militar, porque me hubiera quedado en Chile.
A mi me cambió la vida completamente, aunque nunca he tenido interés en participar en política. Sé lo importante que es, como en el caso de Venezuela o Chile, porque determinan lo que pasa en un país, pero le tengo una desconfianza tremenda.

—¿Qué ha llevado a Chile a tener una de las democracias más consolidadas de América Latina?
—La experiencia de la dictadura nos dejó aterrados. Cuando volvió la democracia, tres cuartos de la población estaban dispuestos a hacer lo que fuera necesario para que se mantuviera la democracia. Se hicieron muchas concesiones durante 20 años, tanto que ni se hablaba de los horrores de la dictadura para no provocar a los militares ni a la derecha. Eso fue un aprendizaje brutal. Luego Chile es un país con una larga tradición democrática. Tuvo la democracia más larga y sólida en América Latina, ya veníamos con ese bagaje, sabíamos que existía esa posibilidad, lo teníamos en el ADN.
Además hemos tenido gobiernos de la concertación muy cautelosos, que lo han hecho bien, y han sido prudentes, lo han hecho todo paso a paso.

—Ya tienes tu país inventado, pero ¿cómo es tu país ideal?
—Sería muy distinto a Mi país inventado. No habría desigualdad, habría justicia social, donde todos tuvieran las mismas oportunidades, y recursos. Por supuesto acabaría con el patriarcado, que fuera un país apacible, donde la gente lo pasara bien. Donde se respete la naturaleza, y el cuidado por el planeta. Yo no lo voy a ver, pero mis nietos sí.

—Entonces, ¿crees que el mundo va para mejor?
—Sí, tengo fe. En los años de mi vida cómo hemos mejorado. Yo nací en la mitad de la II Guerra Mundial, en pleno holocausto judío, de las bombas atómicas. Yo nací antes de la declaración de los Derechos Humanos, Europa tenía colonizado Asia y África, la India era colonia de Gran Bretaña. Estamos mejor. Ahora más gente participa, comparativamente hay menos miseria. Claro que todavía hay horrores, pero menos que antes y tenemos más recursos para producir más alimentos, curar enfermedades, bajar la mortalidad.

Eres una mujer abierta de mente pero, ¿qué es aquello que no toleras?
—La tortura, el abuso del poder. El poder con impunidad me horroriza.

—Con tu respuesta, estás describiendo a la Venezuela de hoy.
—Me horroriza, me horroriza.

—¿Cómo se aplica de forma colectiva la enseñanza del túnel negro para que un país tenga esperanza?
—Tienen que tener la absoluta certeza de que esto va a terminar, porque nada es eterno. La condición del universo es que todo cambia. A mi me parecía que la dictadura chilena no tenía fin, porque 17 años para una persona es toda una vida, es una generación. Pero en la vida de un país, no es tanto. Y a la larga, no es tanto. Fueron horrendos 17 años, pero no fue toda mi vida. Venezuela tiene que tener la certeza de que esto va a cambiar. Venezuela no se ha muerto, no se acabó el país, el país está ahí. Intacto.

No es necesario recurrir a estudios especializados para constatar que un número importante de fieles católicos presentan serias dificultades al tratar de compaginar sus vidas diarias con algunas enseñanzas de la Iglesia referente a la moral. En algunos aspectos relacionados con el aborto o la pena de muerte se puede apreciar un cierto consenso entre sus miembros. Sin embargo, frente a muchas otras disposiciones esto no es así, pues un considerable número de fieles opta por ignorarlas. Es el caso de temas como las relaciones prematrimoniales o el uso de los preservativos. Son diversas las reacciones que estos temas provocan

Francisco y el aborto

En el núcleo del mensaje no hay novedad en relación al contenido de la doctrina de la Iglesia

FÉLIX PALAZZI |  EL UNIVERSAL
sábado 12 de septiembre de 2015  12:00 AM
No es necesario recurrir a estudios especializados para constatar que un número importante de fieles católicos presentan serias dificultades al tratar de compaginar sus vidas diarias con algunas enseñanzas de la Iglesia referente a la moral. En algunos aspectos relacionados con el aborto o la pena de muerte se puede apreciar un cierto consenso entre sus miembros. Sin embargo, frente a muchas otras disposiciones esto no es así, pues un considerable número de fieles opta por ignorarlas. Es el caso de temas como las relaciones prematrimoniales o el uso de los preservativos.

Son diversas las reacciones que estos temas provocan. Podemos destacarlas a partir de dos grupos o tendencias que hacen vida en la Iglesia. El primero, conformado por un número significativo de ministros ordenados y fieles laicos, piensa que la Iglesia ha perdido terreno y ha deteriorado sus enseñanzas; por ende, debe ser más exigente en el cumplimento de las normas establecidas para alcanzar la "pureza" de la doctrina. Un segundo grupo, tal vez menos público, piensa que la Iglesia debe ser menos rígida, "abrirse al mundo" y adaptar muchas de sus enseñanzas.

Desde el inicio de su ministerio, el Papa ha sido recibido con cierto recelo por parte de ese grupo de fieles que ve en riesgo a la "pureza" de la fe. Pero también ha sido acogido con alegría por aquellos que esperan cambios significativos en la estructura y en la praxis de la Iglesia. Pero, ¿es Francisco un revolucionario? Si por revolución entendemos la derogación del régimen anterior y la instauración de uno nuevo, o la subversión de valores para instaurar otros, entonces tendríamos que sostener que el Papa Francisco no es un revolucionario en este sentido.

Sus recientes pronunciamientos no deben ser descontextualizados. El Papa Francisco no ha cambiado la doctrina fundamental de la Iglesia sobre el aborto o el divorcio. Sin embargo, la actitud temerosa de muchos ministros y fieles ante las nuevas disposiciones no deja de sorprender. Revelan un profundo miedo al cambio en las estructuras de poder y en la forma cómo este debe ser ejercido en función del servicio pastoral a las personas y sus dolencias.

El magisterio del Papa Francisco se realiza desde una profunda cercanía al mundo, haciendo eco de los problemas que padecen las grandes mayorías de la humanidad, y denunciando con honestidad los males que nos afectan a todos. Su estilo deja atrás las "obsesiones" del pasado que privaban la racionalidad del diálogo y el encuentro.

Cuando abordó el tema del aborto, Francisco afirmó que "uno de los grandes problemas de nuestro tiempo es la modificación de la relación con la vida" y explicó cómo "algunos viven el drama del aborto con una conciencia superficial, casi sin darse cuenta del gravísimo mal que comporta un acto de este tipo". Sin embargo, luego de rechazar a este acto que atenta contra la vida, puso su mirada misericordiosa en el rostro del otro y entendió que la solución a este problema no puede descartar a aquellas mujeres que con "dolor y sufrimiento llevan en su corazón las cicatrices del aborto". Queriendo sanar el dolor de estas personas concluyó que "no se puede negar el perdón de Dios a quienes se arrepienten sinceramente". 

En el núcleo de este mensaje no hay novedad en relación al contenido de la doctrina de la Iglesia. La novedad está en el permiso otorgado a los presbíteros para absolver este pecado que era antes reservado al obispo. Tal vez la novedad esté en recordarnos que no somos dueños del perdón de Dios y que una Iglesia sin misericordia no será fiel al Padre bueno y misericordioso en quien creyó Jesús.

Doctor en Teología

felixpalazzi@hotmail.com

@felixpalazzi

Leonardo Boff, teólogo de la liberación, sobre el Papa y el aborto: "Una vez abierta la puerta, ya no se cierra"

Leonardo Boff, teólogo de la liberación, sobre el Papa y el aborto: "Una vez abierta la puerta, ya no se cierra"

  • 2 septiembre 2015
Leonardo BoffImage copyrightAFP
Image captionLeonardo Boff fue sancionado por el Vaticano en 1985.
El permiso temporal concedido por el papa Francisco para que los sacerdotes perdonen a mujeres que hayan abortado supone "abrir una puerta" que "ya no se cierra" para la iglesia católica, afirmó el teólogo brasileño Leonardo Boff.
Uno de los principales referentes de la Teología de la Liberación, condenado al ostracismo en 1985 por el Vaticano por su libro "Iglesia, carisma y poder", Boff expresó su entusiasmo con el actual pontífice durante una charla con BBC Mundo.
"El Papa está inaugurando otro tipo de Iglesia, adecuada a la globalización", dijo el exsacerdote, quien contó que colaboró con la encíclica sobre ecología que Francisco divulgó este año.
Lo que sigue es un resumen del diálogo telefónico con este escritor de 76 años, que vive en una zona campestre del estado de Río de Janeiro.
¿Qué opina del permiso temporal que concedió el papa Francisco para que los sacerdotes puedan absolver del "pecado de aborto a quienes lo han practicado y que estén arrepentidos"?
Esta decisión está ligada directamente al concepto fundamental que el Papa tiene del evangelio como misericordia. Dios tiene un amor incondicional y su misericordia no tiene límites. Solamente un cristianismo doctrinario, apologético, yo diría casi machista y sin misericordia, es duro en eso.
Este Papa ha declarado claramente: yo no voy a dirigir la Iglesia por el poder sino por el amor y la misericordia. Esta decisión es absolutamente coherente con su mensaje.
Leonardo BoffImage copyrightAFP
Image captionBoff es uno de los principales exponentes de la Teología de la Liberación.
Usted habla de una misericordia sin límites, pero el perdón se podrá conceder sólo durante el Año Santo (entre el 8 de diciembre próximo y el 20 de noviembre de 2016). Visto así no parece un cambio duradero…
Sí, pero esto es abrir una puerta. Y una vez abierta la puerta, ya no se cierra. Significa que él tiene cierta pedagogía, cierto sentido de proceso. No es un proceso que va a retroceder. Empezó ahora y el Año Santo es una ocasión muy oportuna, porque es el año de la misericordia y del perdón de todas las deudas. Se abre una puerta y esta será una actitud pastoral permanente en la Iglesia.
¿Cree que esto anticipa un cambio doctrinario dentro de la Iglesia?
Creo que el Papa no va a discutir las doctrinas. Él dice siempre que la realidad está por encima de las doctrinas. Si la realidad dice que hoy hay muchos divorcios, el concepto de familia está cambiando cada vez más, y para él lo importante es que hay amor. Donde hay amor, sea en el primero o segundo matrimonio, ahí hay algo de Dios.
La Iglesia rechaza por ejemplo que aborte una niña de 10 años violada y embarazada, como ocurrió en Paraguay. ¿Cómo se coloca la realidad sobre las doctrinas ahí?
Creo que el Papa no iba a hacer eso; él iba a entender. El obispo local o la iglesia local pueden hacer eso porque hacen deducciones: no se puede cometer aborto porque importan las personas. Eso es abstracto.
Papa Francisco IImage copyrightAFP
Image captionSegún Boff, Francisco I está inaugurando un nuevo tipo de iglesia.
La pregunta es cuán reformista es el papa Francisco: algunos creen que está impulsando cambios de fondo y otros que son apenas actos cosméticos de alguien que en definitiva es el guardián de la doctrina católica…
El es guardián de la tradición de Jesús. Porque la doctrina católica es una invención de teólogos. Cada época elabora su teología. Pero hay valores que marcan una ruptura. Es decir: aquí empieza algo nuevo. Y este Papa vive de esa ruptura. No es populista, no es nada. Él vive su profunda convicción como hombre religioso. Ya lo vivía como cardenal en Argentina fuera del palacio, utilizando los medios comunes, el bus y el metro, iba solo a las villas miseria.
El papa también dijo que no era quién para juzgar a una persona gay, pero su Iglesia sigue condenando la práctica homosexual y oponiéndose al matrimonio gay. ¿Cómo ve eso?
El Papa en eso está innovando en la línea de la misericordia y la comprensión. Él dice: hay que hacer una revolución pastoral, el pastor tiene que tener olor de oveja, caminar junto con su pueblo. Y él entiende la condición humana, entonces no tiene nada de rigidez.
Y respecto a los abusos sexuales dentro de la Iglesia, ¿está haciendo todo lo que debe para atacar este problema grave?
Ahí el Papa es implacable, es tolerancia cero. Ese nuncio apostólico de Santo Domingo fue inmediatamente condenado. Un cardenal de Irlanda fue inmediatamente dimitido y enviado a un convento a hacer penitencia. Es rígido porque es pecar contra un inocente, abusar de quien no puede defenderse. Ese crimen tiene que ser juzgado por la justicia civil, y el Papa tiene claro eso. Un crimen no puede ser ocultado como fue en los dos pontificados anteriores.
Protesta contra el aborto en República DominicanaImage copyrightAFP
Image captionMuchos en la iglesia católica se oponen tajantemente al aborto.
En marzo hubo una polémica en Chile porque el Vaticano defendió el nombramiento de un obispo acusado de encubrir abusos sexuales. Hay quienes señalan que en los hechos no se ven tantos cambios…
Todos los cambios necesitan procesos, no se hacen de la noche al día. Se hacen con prácticas nuevas y es un proceso pedagógico donde las mentes van madurando. Muchos se quedan atrás y otros que son muy conservadores serán cada vez más aislados.
El Papa está inaugurando otro tipo de Iglesia, adecuada a la globalización. No puede ser una iglesia occidental, porque Occidente es cada vez más un accidente en la historia y la iglesia no puede ser rehén de esa cultura occidental.
¿El Papa consultó sus escritos para preparar la encíclica que lanzó este año sobre ecología?
No es bueno hablar sobre esto. Pero tres veces fui solicitado a enviar materiales mediante el embajador argentino en la Santa Sede. Con gran alegría he constatado que muchas cosas fueron aprovechadas. Pero la encíclica es del Papa, no es mía. Lo nuevo de la encíclica es superar la visión de la ecología como ambientalismo. No es una encíclica verde, es una encíclica de la ecología integral, política, económica, espiritual, no solamente de la relación con la naturaleza. El Papa parte ya del nuevo paradigma.
Leonardo BoffImage copyrightAFP
Image captionBoff está entusiasmando con el nuevo Papa.
¿Hay algún cambio con este Papa en la Iglesia respecto a la Teología de la Liberación?
La Teología de la Liberación tiene varias tendencias. En Argentina a raíz de la represión militar y la furia antimarxista no utilizaba ninguna categoria de clase, pero era la teología del pueblo oprimido y la cultura silenciada. Es lo mismo. Y Bergoglio nunca fue contra la Teología de la Liberación. Estuvo siempre del lado de los pobres que son oprimidos, a favor de la justicia social.
Pero usted mismo había criticado a Bergoglio como un exponente de conservadurismo de la Iglesia, alguien que apoyó al régimen militar argentino que cometió crímenes de lesa humanidad. ¿Quién cambió, él o usted?
No hay que olvidar que (en Argentina) la Iglesia católica es la iglesia oficial del Estado, entonces todos los obispos y sacerdotes tenían dificultad en oponerse al régimen. Y Bergoglio sufrió con eso. Pero no se puede decir que él sencillamente ha adherido a eso. Ha salvado a muchísimas personas, como jesuitas que envió a Brasil, Uruguay y otras partes. Pero la Iglesia como sigue hoy todavía es en gran parte conservadora, a excepción de algunos.
En 2005 usted no opinaba eso. Cuando el diario "Página/12" le preguntó sobre la candidatura del cardenal Bergoglio, dijo que debía ser descartada ad limine, porque "un papa no puede haber estado ligado a los militares como lo estuvo él"…
Pero eso es de 2005. Estamos en 2015. Hay 10 años de diferencia. No doy valor a eso. Estaba pensando que en el contexto global era difícil que viniera alguien de América Latina —en Chile era mucho peor, en Brasil menos— donde de alguna manera muchos habían colaborado con regímenes porque eran anticomunistas, por temor al comunismo, etcétera. Pero no era en el sentido de decir que Bergoglio estaba comprometido; pertenecía a una Iglesia que en su conjunto tiene mucho que pedir perdón al pueblo argentino por no haber sido suficientemente profética y denunciadora de los crímenes.