El premio Nobel de Química de 2009 Thomas Steitz ha dicho hace unos días 
que las farmacéuticas no invierten en antibióticos que puedan curar 
definitivamente, ya que su negocio son los fármacos que se toman toda 
la vida. Las declaraciones de Steitz son muy similares a las dadas por 
el también Premio Nobel Richard J. Roberts, quien dijera que las 
farmacéuticas solo invierten en medicamentos cronificadores que les son 
más rentables y bloquean aquellos que representan una verdadera cura.
“Muchas de las grandes farmacéuticas han cerrado sus investigaciones 
sobre antibióticos porque curan a la gente, y lo que estas empresas quieren 
es un fármaco que haya que tomar toda la vida. Puedo sonar cínico, 
pero las farmacéuticas no quieren que la gente se cure”, ha enfatizado.
Steitz habló en el Congreso Internacional de Cristalografía, celebrado 
en Madrid, sobre su investigación de un nuevo antibiótico para combatir 
cepas de la tuberculosis que se dan particularmeente en el sur de África. 
Pero como suele suceder, se necesita una fuerte inversión para desarrollar 
este antibiótico y las farmacéuticas prefieren invertir en medicamentos para 
toda la vida que puedan seguir vendiendo a la población africana.
Por el momento, según Steitz, estos nuevos antibióticos son “solo un sueño, 
una esperanza, hasta que alguien esté dispuesto a financiar el trabajo”.
No es exagerado decir que las farmacéuticas se dedican a la 
industria de la muerte lenta, manteniendo a los enfermos enganchados 
a sus medicamentos como drogas —hasta que finalmente mueren.
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