Linfoma de Hodgkin el enemigo silencioso
Aunque suena a enfermedad diagnosticada por el protagonista de la serie House, en Venezuela son cada vez más frecuentes los casos de este cáncer que no respeta edad ni condición social y cuyos síntomas suelen confundirse con otras patologías cuando está en etapas avanzadas.
por CRISS MONTERREY | ESTAMPAS DOMINGO 23 DE OCTUBRE DE 2016

El linfoma de Hodgkin es un cáncer que se origina en los glóbulos blancos, llamados linfocitos, y que son parte del sistema inmunológico. El cáncer aparece cuando las células del cuerpo comienzan a crecer en forma descontrolada. Esta enfermedad, que es más frecuente en hombres, fue reconocida por primera vez en 1832 por Thomas Hodgkin y, aunque se desconoce qué la causa, existen diversos factores de riesgo como lo son la infección por el virus de la mononucleosis infecciosa, Epstein-Barr, o el VIH.
Este cáncer puede aparecer tanto en niños como en adultos, con más frecuencia entre los 15 y 40 años y luego entre los 50 y 70 años. El sistema linfático forma parte del sistema inmune, que ayuda al cuerpo a combatir infecciones y enfermedades. Debido a que el tejido linfático se encuentra en todo el cuerpo, el linfoma puede presentarse en cualquier parte, aunque es más frecuente hallarlo en el tórax, el cuello o en las axilas.
La hematoncóloga Ciramar Navarro explica que el linfoma de Hodgkin es una enfermedad maligna de la sangre que afecta, principalmente, los ganglios linfáticos y que puede infiltrar otros órganos como pulmón, hígado o médula ósea. Los síntomas no siempre son orientadores del diagnóstico, por lo que a veces los pacientes pasan meses o años para dar con la razón de los malestares. "Un médico no especialista en el área debe pensar en malignidad y estudiar bien al paciente cuando no responde al tratamiento indicado, ya que un diagnóstico precoz es la diferencia para un tratamiento curativo. El médico general debe pensar en cáncer. Es preferible creer que es eso y descartarlo a no creerlo y que lo sea, porque la enfermedad sigue su curso. Cuando un galeno vea un cuadro clínico confuso que evoluciona en forma tórpida y puede realizarse una biopsia no debe dudar en hacerlo. Es la que dará un diagnóstico certero".
La realización de este análisis es fundamental para que pueda definirse el tratamiento a seguir. "Un hematoncólogo, sin biopsia, la lleva muy difícil. Sería imposible indicar un tratamiento porque puede ser un hongo, tuberculosis u otra patología en vez de cáncer. El tratamiento depende de las células que conforman el tumor. Para nosotros lo importante es descartar una patología maligna".
Cada vez son más
Aunque en Venezuela no se tienen cifras exactas acerca del aumento de casos de linfoma de Hodgkin, lo que se sabe es que hay un repunte en la incidencia, sobre todo, en personas jóvenes. No se trata de una enfermedad hereditaria. Se podría especular que altos niveles de estrés a los que se somete una persona -lo que debilita su sistema inmune- podrían incidir en su aparición. Se conocen cuatro subtipos de linfoma: esclerosis nodular, celularidad mixta, predominio linfocitario y depleción linfocitaria. Es necesario hacer estudios complementarios de laboratorio, imágenes, biopsia de médula ósea y otros exámenes de acuerdo a como se presente la enfermedad. "Independientemente del tamaño que sea el tumor no se opera, el tratamiento no puede ser quirúrgico, porque una célula maligna pudo haber migrado a cualquier parte".
Para esta enfermedad existen varios tipos de tratamiento: quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia, altas dosis de quimioterapia y trasplante de células madre. El linfoma suele responder bastante bien ante estos procedimientos. "Puede ser una enfermedad localizada, son pocos los casos que se presentan en los que se hace solo radioterapia. La mayoría de las veces colocamos quimioterapia por si alguna célula maligna persiste y así se elimina de una vez. También se aplica si el cáncer era muy avanzado y, en caso de recaída, se hace trasplante de médula", afirma Navarro.
El Linfoma de Hodgkin es un cáncer que puede ser curado: mientras más localizado esté se obtiene una mejor respuesta, con supervivencia de 80 a 90%. Una vez superados los ciclos de quimio y radio, el paciente debe hacerse exámenes de control durante cinco años para considerar que está libre de la enfermedad. Es fundamental realizarse un CT-PET, un costoso examen con tomógrafo de emisión de positrones, que se fundamenta en la inyección de una forma de azúcar radioactivo, capaz de detectar células cancerígenas microscópicas.
"El cuidado que uno le pide al paciente es que asista a los controles cada tres meses. Luego van distanciándose. El primer año es cuando puede haber más riesgos, por eso es importante monitorear. Las personas que tuvieron la enfermedad avanzada tienen mayor probabilidad de sufrir recaídas. Si esto ocurre es necesario plantear alternativas como trasplante de médula, porque indica que una célula fue resistente y ya el tratamiento no funcionará".
Coordenadas:
Ciramar Navarro, Hematoncóloga, vicepresidenta de la Fundación Badan.
Tlf.: 0212-507.1740
Hciramarn@gmail.com
Este cáncer puede aparecer tanto en niños como en adultos, con más frecuencia entre los 15 y 40 años y luego entre los 50 y 70 años. El sistema linfático forma parte del sistema inmune, que ayuda al cuerpo a combatir infecciones y enfermedades. Debido a que el tejido linfático se encuentra en todo el cuerpo, el linfoma puede presentarse en cualquier parte, aunque es más frecuente hallarlo en el tórax, el cuello o en las axilas.
La hematoncóloga Ciramar Navarro explica que el linfoma de Hodgkin es una enfermedad maligna de la sangre que afecta, principalmente, los ganglios linfáticos y que puede infiltrar otros órganos como pulmón, hígado o médula ósea. Los síntomas no siempre son orientadores del diagnóstico, por lo que a veces los pacientes pasan meses o años para dar con la razón de los malestares. "Un médico no especialista en el área debe pensar en malignidad y estudiar bien al paciente cuando no responde al tratamiento indicado, ya que un diagnóstico precoz es la diferencia para un tratamiento curativo. El médico general debe pensar en cáncer. Es preferible creer que es eso y descartarlo a no creerlo y que lo sea, porque la enfermedad sigue su curso. Cuando un galeno vea un cuadro clínico confuso que evoluciona en forma tórpida y puede realizarse una biopsia no debe dudar en hacerlo. Es la que dará un diagnóstico certero".
La realización de este análisis es fundamental para que pueda definirse el tratamiento a seguir. "Un hematoncólogo, sin biopsia, la lleva muy difícil. Sería imposible indicar un tratamiento porque puede ser un hongo, tuberculosis u otra patología en vez de cáncer. El tratamiento depende de las células que conforman el tumor. Para nosotros lo importante es descartar una patología maligna".
Cada vez son más
Aunque en Venezuela no se tienen cifras exactas acerca del aumento de casos de linfoma de Hodgkin, lo que se sabe es que hay un repunte en la incidencia, sobre todo, en personas jóvenes. No se trata de una enfermedad hereditaria. Se podría especular que altos niveles de estrés a los que se somete una persona -lo que debilita su sistema inmune- podrían incidir en su aparición. Se conocen cuatro subtipos de linfoma: esclerosis nodular, celularidad mixta, predominio linfocitario y depleción linfocitaria. Es necesario hacer estudios complementarios de laboratorio, imágenes, biopsia de médula ósea y otros exámenes de acuerdo a como se presente la enfermedad. "Independientemente del tamaño que sea el tumor no se opera, el tratamiento no puede ser quirúrgico, porque una célula maligna pudo haber migrado a cualquier parte".
Para esta enfermedad existen varios tipos de tratamiento: quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia, altas dosis de quimioterapia y trasplante de células madre. El linfoma suele responder bastante bien ante estos procedimientos. "Puede ser una enfermedad localizada, son pocos los casos que se presentan en los que se hace solo radioterapia. La mayoría de las veces colocamos quimioterapia por si alguna célula maligna persiste y así se elimina de una vez. También se aplica si el cáncer era muy avanzado y, en caso de recaída, se hace trasplante de médula", afirma Navarro.
El Linfoma de Hodgkin es un cáncer que puede ser curado: mientras más localizado esté se obtiene una mejor respuesta, con supervivencia de 80 a 90%. Una vez superados los ciclos de quimio y radio, el paciente debe hacerse exámenes de control durante cinco años para considerar que está libre de la enfermedad. Es fundamental realizarse un CT-PET, un costoso examen con tomógrafo de emisión de positrones, que se fundamenta en la inyección de una forma de azúcar radioactivo, capaz de detectar células cancerígenas microscópicas.
"El cuidado que uno le pide al paciente es que asista a los controles cada tres meses. Luego van distanciándose. El primer año es cuando puede haber más riesgos, por eso es importante monitorear. Las personas que tuvieron la enfermedad avanzada tienen mayor probabilidad de sufrir recaídas. Si esto ocurre es necesario plantear alternativas como trasplante de médula, porque indica que una célula fue resistente y ya el tratamiento no funcionará".
Coordenadas:
Ciramar Navarro, Hematoncóloga, vicepresidenta de la Fundación Badan.
Tlf.: 0212-507.1740
Hciramarn@gmail.com
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