
El Universal 26 de octubre 2016, pag. 1-7
Lloró a mares, confiesa. Primero frente a los testimonios de mujeres que habían sido golpeadas por sus parejas. Luego mientras ella misma editaba las entrevistas. Y hasta cuando revisaba el material audiovisual frente a la pantalla chica. Pero Jessica Brizuela, periodista curtida ahora con piel de zapa, siempre terminó por enjugarse las lágrimas con el único pensamiento que le venía a la cabeza: "Estoy haciendo lo que siempre quise: ayudar a los demás".
Testimonios escuchó más de treinta. Todos desgarradores. Y todos los concentró en mini documentales capaces de erizar a cualquiera. El de una joven del interior, cuyo nombre Jessica Brizuela prefiere reservarse por razones obvias, que se identificó con la campaña y decidió escribirle a través de la red social Twitter para que exponerle su caso.Fue a través de la campaña "Con violencia no hay paraíso" -que durante más de dos años ha transmitido Venevisión- que Brizuela, graduada en Puerto Ordaz, más tarde corresponsal de la planta televisiva en el estado Bolívar, y luego narradora de noticias en la emisión vespertina del programa de noticias El informador, logró despertar conciencia en miles -acaso millones- de mujeres que forman parte de las estadísticas de víctimas de la violencia doméstica.
"Se trasladó a Caracas porque deseaba revelar al mundo que había conocido a su pareja a través de Internet, pero, lejos de haber vivido un romance bonito, él se atrevió a publicar en las redes un video íntimo que habían grabado, y eso le trajo serios problemas en su hogar, en su comunidad, en su lugar de trabajo. Eso también es un caso de violencia, porque no sólo hizo bulliyng con su intimidad, sino la expuso a una gran humillación", cuenta Brizuela, quien recuerda que apenas fue transmitida la entrevista, además de soltar algunas lágrimas, recibió una llamada telefónica que reconfortó su alma.
"Era ella misma quien me estaba llamando para contarme que se sentía liberada por haberle confiado a todos su testimonio, y que muchas de las personas que antes le habían quitado el habla o sencillamente se habían apartado, terminaron por pedirle disculpas. Y eso no tiene precio. La mayoría de las mujeres que hacen su denuncia, pierden el miedo que las mantiene ocultas", cuenta la periodista.
Pero no todas las víctimas, se lamenta Brizuela, pudieron narrar su terrible experiencia en primera persona. Uno de los testimonios más duros, por ejemplo, lo conoció a través de una mujer de más de sesenta años, residenciada en Petare, quien le confió que su hija había sido asesinada por el marido frente a sus dos nietos. Y aunque se lo había advertido una y otra vez, su hija nunca quiso denunciar al agresor.
"Poco a poco fui descubriendo que la violencia de género no tiene ninguna relación con el estatus económico que tengas. Tampoco con tus creencias religiosos. Ni siquiera con tu nivel cultural. Hay mujeres con mucho dinero que igual son víctimas de violencia en sus hogares. Y lo que las une a casi todas es que siempre callan por miedo. Miedo a perder lo único que tienen. A que les quiten a sus hijos. A exponerse frente a todos", sentencia Brizuela.
"Poco a poco fui descubriendo que la violencia de género no tiene ninguna relación con el estatus económico que tengas. Tampoco con tus creencias religiosos. Ni siquiera con tu nivel cultural. Hay mujeres con mucho dinero que igual son víctimas de violencia en sus hogares. Y lo que las une a casi todas es que siempre callan por miedo. Miedo a perder lo único que tienen. A que les quiten a sus hijos. A exponerse frente a todos", sentencia Brizuela.
La campaña "Con violencia no hay paraíso" la ideó ella misma. Y más aún, apenas fue aprobada por Carlos Bardasano, alto ejecutivo del canal, se atrevió a producirla, conducirla y postproducirla con la ayuda de su editor Abelardo Gil. Su objetivo: Tratar de reducir la violencia contra la mujer. Y sin necesariamente tener que señalar al hombre agresor, porque, dice Brizuela, "él también es una víctima".
Y como si la conciencia de haber ayudado a algunas de sus entrevistadas fuera poco, "Con violencia no hay paraíso" recibió una decena de galardones. "Lo más grato de todo es que recibí reconocimiento tanto del gobierno como de la oposición, algo difícil en un país tan polarizado. Pero fui premiada por igual por la alcaldesa metropolitana Helen Fernández y, al mismo tiempo, por la Ministra de la Mujer. Eso me dio la certeza de que lo estaba haciendo bien, de manera imparcial y sin sesos políticos. Porque mi objetivo era tratar de erradicar la violencia de género, que se ha incrementado lamentablemente con la crisis y el empobrecimiento",agrega la periodista, quien se autodefine como mujer, defensora de los derechos humanos, esposa y madre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario