lunes, 8 de febrero de 2016

Un sistema inestable. El zika, que se transmite por la picada de un zancudo (aunque se demostró un caso de transmisión sexual en Estados Unidos y otro por transfusión de sangre en Brasil), dura de 5 a 7 días y produce conjuntivitis, fiebre, dolor articular y erupción. El Guillain-Barré podría ser una consecuencia del zika, y se manifiesta con hormigueo en las extremidades inferiores, pérdida de reflejos tendinosos y dificultad para moverse. Luego del virus puede aparecer el síndrome cuyo efecto es ascendente puede producir parálisis en la respiración y la muerte.
El acetaminofén, que está escaso, es el tratamiento indicado para los síntomas del zika. Para el Guillain-Barré, el protocolo es más complicado. Una vez diagnosticado el paciente debe ser ingresado a una Unidad de Cuidados Intensivos y ser atendido con inmunoglobulina intravenosa o plasmaféresis, procedimiento por el cual se extrae el plasma de la sangre. Por ello, la OMS en su última actualización sobre el síndrome recomienda a los países prepararse para una mayor demanda de atención especializada en los servicios de salud.
Pero el tsunami de la epidemia tambalea la estructura sanitaria. “50% de las camas estructurales en los hospitales del país no funcionan, 40% de los pabellones están cerrados, y el sector privado atiende a 50% de los pacientes. Las terapias intensivas tampoco están en buen estado”, advierte Julio Castro.
Quimbiotec, la empresa estatal que produce la inmunoglobulina, incluida en la lista de medicamentos esenciales, está paralizada desde hace cinco meses. Nixon Berríos, representante sindical de la empresa, cree que podrán reactivar la producción pronto, pues están realizando las pruebas biológicas correspondientes luego de trabajos de remodelación en la planta, pero denuncia que no hay suficiente materia prima para garantizar lotes continuos.
El Ministerio de Salud aseguró que hay 46 hospitales en el país que tienen máquinas de aféresis, pero no especificó cuáles son; la ministra solo mencionó los de Caracas: el Hospital J. M. de los Ríos, el Hospital Universitario de Caracas y la Maternidad Concepción Palacios. Se conoció que está inoperativa la máquina de aféresis del Hospital Central de Maracay, donde ya fallecieron tres pacientes con Guillain-Barré, y que el Hospital Central de San Felipe no posee.
“Las máquinas de aféresis deberían estar en los hospitales centrales de cada región, no es un procedimiento que pueda hacerse en un lugar pequeño, debe haber un banco de sangre y enfermeras hemoterapistas. Si alguien tuvo zika, y siente que tiene alguna complicación neurológica, no hay que perder el tiempo yendo a un ambulatorio”, recomienda Claudia Reyes, de la junta directiva de la Sociedad de Hematología y miembro del Grupo Cooperativo de Medicina Transfusional.
Para la plasmaféresis se requieren además kits de aféresis desechables, anticoagulantes, albúmina (también producida por Quimbiotec), expansor coloidal, solución fisiológica y catéter para hemodiálisis. Los catéteres escasean, así como los reactivos para analizar el plasma fresco donado que se utiliza para suplir la falta de albúmina. También faltan médicos especialistas.
Marian Rodríguez, de 25 años, fue uno de los primeros casos de Guillain-Barré presuntamente producido por zika que se registraron en Caracas en la Policlínica Metropolitana. Dos semanas después de haber sido dada de alta, Marian acude diariamente a terapias de rehabilitación para volver a caminar y lograr que le retiren la sonda.
“El primer síntoma que tuve fue que no pude orinar por 20 horas. Ya tenía las piernas débiles, pero podía caminar”, cuenta. La afectación del Guillain-Barré, en su caso, no subió más de la cintura, pues lo atacaron a tiempo, pero recibir la atención no se le hizo fácil. Ni en la Unidad Quirúrgica San Antonio, ni en la Clínica Alfa, ambas en el estado Vargas, donde vive la joven, tenían neurólogo. Subió a Caracas en ambulancia e intentó en otras dos clínicas más en las que tampoco había especialista, hasta que llegó a la Policlínica Metropolitana, donde la trataron con plasmaféresis.

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