
Un estudio llevado a cabo por investigadores del Dartmouth College en Hanover (New Hampshire, Estados Unidos) nos muestra cómo estudiar arte puede cambiar nuestro cerebro y nuestras habilidades.
Alexander Schlegel y el resto de su equipo lo comprobaron llevando a cabo un experimento en el que compararon a un grupo de 17 jóvenes estudiantes que realizaron un curso de tres meses de introducción al dibujo y pintura (de entre 19 y 24 horas semanales de práctica) con otro grupo de 18 jóvenes que no realizaron el curso de arte pero sí otro de
introducción a la química orgánica.
introducción a la química orgánica.
A todos los participantes se les realizó una resonancia magnética
funcionalpara analizar los cambios cerebrales y se tomaron las
siguientes medidas de su capacidad creativa.
funcionalpara analizar los cambios cerebrales y se tomaron las
siguientes medidas de su capacidad creativa.
1. Cognición creativa o capacidad para pensar de forma distinta,
generar ideas nuevas ligando diferente información, lo que se evaluó
a través del Torrance Test of Creative Thinking Figural Form A.
generar ideas nuevas ligando diferente información, lo que se evaluó
a través del Torrance Test of Creative Thinking Figural Form A.
2. Percepción visual como la habilidad para crear representaciones
realistas del mundo, que los experimentadores calcularon en función
de los cambios en la actividad cerebral mientras los participantes
juzgaban las propiedades de ilusiones visuales.
realistas del mundo, que los experimentadores calcularon en función
de los cambios en la actividad cerebral mientras los participantes
juzgaban las propiedades de ilusiones visuales.
3. Paso de la percepción a la acción o capacidad para convertir los pensamientos en dibujos, que sería el acto motor de mano, brazo y
ojos en este caso. Para valorar esta capacidad se pidió que hicieran
una serie de gestos de dibujo rápidos basados en la observación
de figuras humanas mientras estaban en el escáner.
ojos en este caso. Para valorar esta capacidad se pidió que hicieran
una serie de gestos de dibujo rápidos basados en la observación
de figuras humanas mientras estaban en el escáner.
Los datos mostraron que los estudiantes de dibujo y pintura aumentaban
su capacidad creativa y ello se asoció a la reorganización de la
parte prefrontal de sus cerebros, concretamente de su sustancia
blanca (la que transmite la información). Además, el grupo de
estudiantes de dibujo, también mejoró su habilidad para traducir
la observación de imágenes de la figura humana a gestos de dibujo.
Esto último, con el tiempo se reflejó en el patrón de actividad neural
en la corteza y el cerebelo, siendo ese perfil de actividad cada vez
más diferente entre los estudiantes de arte y los del otro grupo.
en la corteza y el cerebelo, siendo ese perfil de actividad cada vez
más diferente entre los estudiantes de arte y los del otro grupo.
Los resultados, publicados recientemente en la revista científica
Neuroimage (2015) apoyan la idea de que la plasticidad cerebral
permite la adquisición de habilidades artísticas a través de cambios
cerebrales en áreas que se encargan de la cognición creativa y la
integración entre la percepción y el movimiento.
Neuroimage (2015) apoyan la idea de que la plasticidad cerebral
permite la adquisición de habilidades artísticas a través de cambios
cerebrales en áreas que se encargan de la cognición creativa y la
integración entre la percepción y el movimiento.
Tenemos cerebros que pueden cambiar con la práctica de habilidades
y ello nos permite mejorar ciertas capacidades. Una vez más, no nos conformemos con el cerebro que nos ha tocado y saquémosle todo
el partido posible.
y ello nos permite mejorar ciertas capacidades. Una vez más, no nos conformemos con el cerebro que nos ha tocado y saquémosle todo
el partido posible.
Marisa Fernández, Neuropsicóloga Senior, Unobrain
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