Depresión Estrés y Lunáticos
Los males de nuestra época:




Son varios los factores que pueden potenciar esta insufrible dolencia. Algunos científicos hacen hincapié en la trasmisión genética de dicho mal y en los comportamientos adquiridos en el ambiente familiar. Sea como fuere, es bien sabido que situaciones estresantes e infelices de la vida, alcoholismo, drogas, maltrato, abusos, alteración del tiroides, ruptura de relaciones, pérdida del trabajo, soledad y aislamiento social, muerte de un amigo o familiar, divorcios y enfermedades cancerosas, son crueles potenciadores de las patologías depresivas.
Si bien médicos y científicos recomiendan cuidados personales como el dormir bien, una equilibrada alimentación, evitar el alcohol y las drogas así como el ejercicio físico, recalcan la importancia de la meditación y de los métodos de relajación. De lo que se desprende que, en nuestra ‘Mente’ podemos encontrar una “herramienta” de curación muy positiva y radical. En este sentido, la ‘Hipnosis Clínica’ tiene mucho que decir y lo viene haciendo en los países más adelantados desde hace años, con certeros resultados que, sin ser una terapia “agresiva” ya que no utiliza medicación alguna y no tiene ningún tipo de daño colateral, va a la ‘fuente’ del problema creando los “antídotos” necesarios para salir de la situación depresiva.
Una vida con Estrés:
A diferencia de la Depresión el Estrés es una “dolencia adquirida” por el tipo de vida que llevamos, lo que puede desencadenar auténticas enfermedades orgánicas. Pero sus consecuencias pueden derivar en situaciones tanto o más insufribles que las de la depresión. El problema es cuando se ‘somatiza’ su efecto. Situaciones y pensamientos negativos pueden desencadenar dolores abdominales, musculares y de cabeza. En los casos más intensos se pueden producir las “famosas” úlceras de estomago, la caída del pelo, una frecuencia cardíaca más rápida, sudoración, temblores y mareo, entre otras dolencias. Muchas personas sufren estrés ante un inminente cambio de vida o costumbres e incluso ante la imposibilidad de no encontrar o poder conseguir el cambio necesario para su bienestar. Es un proceso complejo que, la mayoría de las veces, necesita de una exterior orientación por parte de un especialista en la materia. Se debe tener especial cuidado en el uso o abuso de determinados fármacos que, en muchas ocasiones, producen el empeoramiento de la situación estresante. Siempre debe consultar al médico el medicamento para su enfermedad. Al igual que con la depresión el estrés se puede dar a cualquier edad.
En realidad el estrés en “pequeñas cantidades” es bueno, ya que nos motiva a ser más productivos. Lo malo es cuando existe en exceso y nos domina.

Prisas, prisas y más prisas… La norma de los mayores, principal fuente del estrés y otras demoledoras dolencias y consecuencias. En este aspecto, el estrés no tratado a tiempo, no solo perjudica a la propia persona que somatiza en su cuerpo y mente las consecuencias; también rompe, con su descontrolada actitud, el normal e “inestable” equilibrio de su cotidiana vida. Creando, de esta manera, un “círculo vicioso” entre él y su realidad. En estos casos es aún más importante recurrir a terapias de apoyo como la Hipnosis, para conseguir dominar la situación.
Todos somos Lunáticos:
En mayor o menor medida a todos nos afectan las distintas Fases Lunares. Pero el ser “lunático” por naturaleza tiene sus consecuencias y se fundamenta en la Fase de la Luna con la cual hemos nacido. Las fases son cuatro, Luna Nueva, Creciente, Llena y Luna Menguante. Según la que hubiéramos tenido al nacer nos aportará un carácter distinto. Con la Luna Nueva, la que no se ve en el Cielo, tenderemos en la vida más hacia la introspección e incluso a la depresión. Si ha sido Creciente adoptaremos una actitud más batalladora con respecto a los obstáculos que se nos presenten. Si fue Luna Llena, corremos el riego de exagerar nuestro gasto de energía tanto psíquica como física. Y si fue Menguante nos mostraremos más cautos y meditativos en nuestro actuar. Por supuesto que existen otros factores particulares que acrecentarán o minimizarán dichas influencias, pero son de estricto estudio personal en cada individuo. Básicamente “el lunático” sufre cambios bruscos de carácter o humor. Son personas que tienen el carácter muy variable y que pueden llegar a sufrir estados de “locura transitoria”. En estos casos, tanto la Hipnosis Clínica como la meditación, son herramientas terapéuticas que, bien sea aplicada de forma directa o como complemento a un tratamiento médico, pueden ayudar en gran medida a la solución de la dolencia. Como todo en esta vida, está en la decisión propia el buscar remedio a un mal actual, al que no se le debe dejar que nos hunda en un “pozo sin fondo”.
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