lunes, 11 de febrero de 2013

Quirón Parte IV

Presentar al Centauro

Las poderosas imágenes retóricas del centauro, mitad hombre y mitad caballo, ha llevado a algunos astrólogos a teorizar que Quirón simboliza el conflicto fundamental o dividir entre la mente y el cuerpo, intelecto e instinto, el yo animal y el yo espiritual. Cómo sanar esa división ha sido la preocupación de un amplio número de astrólogos sanadores.

Hace algunos años descubrí que Ken Wilber, cuyos sobresalientes libros reflejan una síntesis de una amplia formación de disciplinas académicas y tradiciones espirituales, ha escrito acerca de lo que él llama el “nivel de consciencia del Centauro”. Noté algunos paralelismos interesantes que Wilber ha dicho acerca de esta consciencia del Centauro y lo que los astrólogos estuvieron diciendo acerca de Quirón. Brevemente, por ahora, Wilber relaciona la “consciencia Centáurica” con una búsqueda de significado, auto-actualización, libertad, integración y autonomía.

Manteniéndome con el ubicuo principio de sincronicidad, me pregunté si algunas introspecciones profundas yacerían dentro del material de Wilber que pudiera agregar a nuestra comprensión del Quirón astrológico. Al presentar la noción de la “consciencia Centáurica”, por lo tanto mi mira es explorar las relaciones y paralelismos con el Quirón astrológico en la esperanza de que pudiéramos ser capaces de ampliar su significado en la carta natal.

Liz Green ha descrito a Quirón como un “tipo de planeta de suerte corrupta”. Señala la cualidad incurable de las heridas de Quirón “sin importar de cuánta psicoterapia, meditación, homeopatía, acupuntura, dieta macrobiótica o astrologizante hacemos”. Aunque quizá nos mantengamos incapaces de sanar la herida porque estamos simplemente utilizando la terapia equivocada para tratarlo. 
Para utilizar el modelo de Wilber, no todas las terapias son útiles en el nivel Centáurico. La psicoterapia, por ejemplo, se dirige mejor al nivel Yóico del espectro, mientras que la meditación se acomoda mejor para los niveles transpersonales. Las terapias Centáuricas - Quirónicas, por otro lado, incluyen las terapias humanistas y existenciales y requieren un enfoque de dos puntas, a las que Wilber se ha referido como las terapias noética y somática.

Las anteriores son las terapias centradas a la mente, tales como el análisis Existencial, la psicología humanista y la Logoterapia, mientras que las últimas son las terapias centradas en el cuerpo, tales como el hata yoga, la terapia de la polaridad y la integración estructural, la terapia de polaridad y la integración estructural. Finalmente una combinación de las dos, la noética y la somática es el enfoque más útil.

La clasificación de las aproximaciones terapéuticas Centáuricas ya sean noética o somática es interesante a la luz del debate de la regencia de Virgo versus la de Sagitario. Parecería que aquellos astrólogos que están a favor a la luz de la regencia de Virgo están enfocándose en el aspecto (somático) del cuerpo del centauro, mientras aquellos favoreciendo a Sagitario están enfocándose en el aspecto (noético) mental. El volver a contactar al cuerpo no es suficiente en sí mismo, ni es una mera filosofía de, o tratar de comprender la herida.

Debido, de acuerdo a Wilber, que ambas aproximaciones son necesarias para tener efecto en la integración cuerpo y mente del centauro, parecería que estas teorías de regencia son parciales. Lógicamente, la integración del cuerpo y la mente necesitaría abrazar ambas cualidades Virgianas y Sagitarianas. Quizá Joyce Mason le ha dado un acercamiento en el debate de la regencia con su teoría de Regencia de Sector. Esta teoría dice que Quirón rige el sector completo del zodíaco desde Virgo hasta Sagitario.

En otras palabras, rige un proceso que comienza con Virgo, donde nos hacemos más conscientes de nuestra herida y nos embarcamos primero en la búsqueda de la sanación; procede a Libra, donde buscamos equilibrio y curación, con frecuencia a través de la consulta a Otro; se mueve a través de escorpión, donde pasamos a través del fuego de la transformación en el proceso de sanación; y termina con Sagitario, donde hemos llegado al otro final, de alguna manera más viejos, sabios, más filosóficos y preparados para impartir nuestra sabiduría a otros.

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