Las enfermedades crónicas son todas aquellas que nuestras defensas por estar débiles y
llenas de toxinas no pueden curar y que medio se alivian con medicamentos, su duración
se mide en meses o años y muchas veces son para toda la vida. Aunque existen factores
hereditarios que predisponen a las personas a desarrollarlas. Algunas de las más frecuentes
son: padecimientos cardíacos, diabetes, cáncer, enfermedades autoinmunes, debilidad
hepática o renal, asma, artritis, úlcera varicosa y chancro de piel originado por sífilis
mal curada que se confunde por úlceras varicosas, etc.
A pesar de que estos padecimientos son muy diversos entre sí, podemos ver algo que los
relaciona y los une en un grupo común: son padecimientos propios de la vida moderna.
Algunos de estos padecimientos ya existían en la antigüedad, pero en muy baja proporción.
Fue a principios del siglo XX cuando los padecimientos crónicos empezaron a incrementarse.
La cercanía a un virus, la exposición continua a algún químico, el abuso de algún alimento
procesado o desnaturalizado, nuestra predisposición genética y otros factores definirán cuál
padecimiento crónico vamos a contraer a futuro. Las investigaciones más recientes
indican que el 100% de las enfermedades crónicas se originan poco a poco por mezclar
varios alimentos en un mismo plato, ya que los almidones y proteínas se acidifican dentro
del estómago, produciendo putrefacción en nuestros órganos (ensuciando nuestra sangre).
Existen amplios listados de factores o causas: la exposición sistemática a metales
pesados, desechos industriales, exposición prolongada a campos electromagnéticos,
rayos cósmicos, ultravioleta, y la radiación de los hornos de microondas en los alimentos;
contaminación de agua, aire y tierra con productos químicos; amalgamas o rellenos metálicos
dentales; cigarro, drogas, o exceso de alcohol y medicamentos; consumo excesivo de
sodio, el veneno mortal, azúcar refinada y otros comestibles desnaturalizados; emociones
negativas intensas o estrés crónico y rabia suprimida, entre otras.
No dudamos de que todas estas agresiones al cuerpo afectan nuestras defensas estimulando
con esto la proliferación de los padecimientos crónicos. En teoría (dentro de la medicina natural),
todas las enfermedades crónicas son curables, ya que el cuerpo tiene orificio para expulsar
todas esas enfermedades. Si limpiamos de toxinas nuestras células, tejidos y órganos, nuestro
sistema de defensa estará fuerte y disponible para vencer cualquier enfermedad. A esta forma
natural de limpieza interior se le llama normalmente tratamiento de desintoxicación.
Con base a datos recopilados por experiencias anecdóticas, podemos afirmar que en la
mayoría de los tratamientos de desintoxicación se logran la cura total del padecimiento
y la reparación parcial de los órganos y tejidos dañados durante la enfermedad. No
tratar de curar directamente la enfermedad crónica local, pues ésta no es en sí la enfermedad,
sino el resultado de un sistema de defensa débil. No buscar la solución en una
píldora milagrosa, ni en ningún medicamento; toda enfermedad se ataca de adentro hacia afuera,
tratar la causa que origina la enfermedad.
Los tratamientos que mejoren la circulación sanguínea, que lleven más oxígeno, más nutrientes,
que estimulen el hígado, los riñones o el sistema inmunológico, serán siempre positivos en
la limpieza interior; lavar la sangre, limpieza del colon, suspender o reducir a un mínimo la
entrada al organismo de toxinas sintéticas, de sodio y de alimentos artificiales.
"Hacer que nuestro alimento sea nuestra medicina y que nuestra medicina sea nuestro alimento".
Sustituir lo embotellado, enlatado, embolsado, empaquetado, por alimentos naturales;
tomar refresco de hierbas que refresquen la sangre, como jugo de hierbabuena con tilo,
jugo de manzanilla; es el reto principal para quien desea vivir sano.
¿Sabía usted que el uso de microondas produce enfermedades crónicas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario