Monica Lewinsky, el relato de "la mujer más humillada del mundo"
Más de 16 años han pasado desde que Monica Lewinsky protagonizó el mayor escándalo político en la historia reciente de Estados Unidos, pero en las últimas semanas su rostro ha vuelto a figurar en los medios de comunicación
Este domingo, el canal National Geographic presentará un reportaje especial sobre los años 90, en el que incluye la primera entrevista televisiva con Lewinsky en una década y en la que ella explica cómo se convirtió "en la mujer más humillada del mundo".
"Ser llamada estúpida y promiscua, arribista y tarada y haber sido sacada fuera de contexto, fue doloroso", dice Lewinsky en una parte de la entrevista que se ha mostrado.
Todo empezó en enero de 1998 cuando se supo que la entonces becaria de la Casa Blanca, de 22 años, mantuvo una relación con el presidente Bill Clinton. Ella se lo confió a una amiga, quien a su vez, filtró grabaciones de esas conversaciones al fiscal especial Kenneth Starr que investigaba a Clinton por otros asuntos.
Bajo juramento, Clinton negó haber tenido una "relación sexual impropia" con Lewinsky y fue hallado culpable de perjurio y obstrucción de la justicia, delitos que en diciembre de 1988 el Congreso -entonces bajo control de la oposición republicana- consideró causal para iniciar un "impeachment" o juicio para la destitución del mandatario.
Al final, los republicanos no lograron los votos suficientes en ambas cámaras para condenar al presidente con lo que el juicio terminó en la absolución de Clinton en febrero de 1999.
Historias que regresan
El caso marcó el final de la presidencia de Clinton y, algunos analistas consideran, afectó la posibilidad de que su vicepresidente Al Gore lo sucediera en la Casa Blanca, tras las polémicas elecciones de 2000 que ganó George W. Bush.
Superado el escándalo, Clinton y su esposa, Hillary, se consolidaron como una de las familias políticas más importantes del país y como una especie de celebridades, hasta el punto que este mes se estrena un musical sobre sus vidas en Nueva York que incluye, como no, a Lewinsky.
En cambio, Lewinsky desapareció de la escena pública, hasta mayo este año, cuando la revista Vanity Fair publicó un artículo en el que ella escribió por primera vez sobre su relación con el expresidente. Y ahora lo hará en televisión.
"Cumplí 40 años el año pasado y es hora de dejar de caminar de puntillas por mi pasado, y por el futuro de otros. Estoy decidida a ponerle un final diferente a mi historia", dice Lewinsky en la entrevista con National Geographic.
Sexo, poder, política
El caso Lewinsky o el "Monicagate", como también se le conoce, mezcló sexo, poder, juicios y traiciones, elementos que garantizan la fascinación permanente de una sociedad con apetito por ese tipo de historias.
Y mucho mejor si a ese drama se añade el silencio de la principal protagonista. En un país dado al cultivo de todo tipo de teorías conspirativas, siempre hay un público que creerá que algo más hay que decir sobre grandes eventos.}
Tras el escándalo, la exbecaria vivió en varias ciudades de Estados Unidos y en Londres, donde estudió una maestría en sicología social en el London School of Economics. También se presentó a varios empleos en los que, aseguró, la rechazaron por su historia.
Al explicar su silencio, ella sostiene que no quería estar en esa "vorágine mediática" que tanto daño le había hecho
Sin embargo su nombre aparece con regularidad en los medios, es parte de la historia política reciente y está consagrado en en expresiones de la cultura popular.
Artistas como Beyoncé y Eminem la mencionan en canciones y varios libros fueron publicados sobre ella.
Pasar la página
La reaparición de Lewinsky coincide con la publicación de la nueva biografía de Hillary Clinton y las crecientes especulaciones sobre si la exprimera dama, exsenadora y exsecretaria de Estado se lanzará a la presidencia en 2016.
El mes pasado, Hillary Clinton admitió que sabía que durante la gira promocional le iban a preguntar sobre Lewinsky. Respondió que ya había pasado esa página y que le deseaba a la exbecaria lo mejor.
Algunos preguntan si los remantes del escándalo y las nuevas declaraciones que pueda hacer Lewinsky podrán afectar políticamente a Hillary o hasta qué punto puedan aprovecharla los republicanos como arma política.
"Con Hillary Clinton considerando una candidatura en 2016, no hemos escuchado todavía el final del escándalo Lewinsky", escribió en el periódico especializado Politico Susan Glasser, quien cubrió aquel episodio para el diario The Washington Post.
Es claro que muchos estadounidenses no han pasado esa página por completo, como demuestra el revuelo que se genera cada vez que el nombre de Lewinsky vuelve a asomarse por los medios.
Para Lewinsky no es fácil desaparecer, pues su nombre está ligado a un proceso del que algunos todavía quieren conococer detalles, desde los más nimios y sórdidos hasta los políticamente cruciales y potencialmente comprometedores para los Clinton.
"Ser llamada estúpida y promiscua, arribista y tarada y haber sido sacada fuera de contexto, fue doloroso", dice Lewinsky en una parte de la entrevista que se ha mostrado.
Todo empezó en enero de 1998 cuando se supo que la entonces becaria de la Casa Blanca, de 22 años, mantuvo una relación con el presidente Bill Clinton. Ella se lo confió a una amiga, quien a su vez, filtró grabaciones de esas conversaciones al fiscal especial Kenneth Starr que investigaba a Clinton por otros asuntos.
Bajo juramento, Clinton negó haber tenido una "relación sexual impropia" con Lewinsky y fue hallado culpable de perjurio y obstrucción de la justicia, delitos que en diciembre de 1988 el Congreso -entonces bajo control de la oposición republicana- consideró causal para iniciar un "impeachment" o juicio para la destitución del mandatario.
Al final, los republicanos no lograron los votos suficientes en ambas cámaras para condenar al presidente con lo que el juicio terminó en la absolución de Clinton en febrero de 1999.
Historias que regresan
El caso marcó el final de la presidencia de Clinton y, algunos analistas consideran, afectó la posibilidad de que su vicepresidente Al Gore lo sucediera en la Casa Blanca, tras las polémicas elecciones de 2000 que ganó George W. Bush.
Superado el escándalo, Clinton y su esposa, Hillary, se consolidaron como una de las familias políticas más importantes del país y como una especie de celebridades, hasta el punto que este mes se estrena un musical sobre sus vidas en Nueva York que incluye, como no, a Lewinsky.
En cambio, Lewinsky desapareció de la escena pública, hasta mayo este año, cuando la revista Vanity Fair publicó un artículo en el que ella escribió por primera vez sobre su relación con el expresidente. Y ahora lo hará en televisión.
"Cumplí 40 años el año pasado y es hora de dejar de caminar de puntillas por mi pasado, y por el futuro de otros. Estoy decidida a ponerle un final diferente a mi historia", dice Lewinsky en la entrevista con National Geographic.
Sexo, poder, política
El caso Lewinsky o el "Monicagate", como también se le conoce, mezcló sexo, poder, juicios y traiciones, elementos que garantizan la fascinación permanente de una sociedad con apetito por ese tipo de historias.
Y mucho mejor si a ese drama se añade el silencio de la principal protagonista. En un país dado al cultivo de todo tipo de teorías conspirativas, siempre hay un público que creerá que algo más hay que decir sobre grandes eventos.}
Tras el escándalo, la exbecaria vivió en varias ciudades de Estados Unidos y en Londres, donde estudió una maestría en sicología social en el London School of Economics. También se presentó a varios empleos en los que, aseguró, la rechazaron por su historia.
Al explicar su silencio, ella sostiene que no quería estar en esa "vorágine mediática" que tanto daño le había hecho
Sin embargo su nombre aparece con regularidad en los medios, es parte de la historia política reciente y está consagrado en en expresiones de la cultura popular.
Artistas como Beyoncé y Eminem la mencionan en canciones y varios libros fueron publicados sobre ella.
Pasar la página
La reaparición de Lewinsky coincide con la publicación de la nueva biografía de Hillary Clinton y las crecientes especulaciones sobre si la exprimera dama, exsenadora y exsecretaria de Estado se lanzará a la presidencia en 2016.
El mes pasado, Hillary Clinton admitió que sabía que durante la gira promocional le iban a preguntar sobre Lewinsky. Respondió que ya había pasado esa página y que le deseaba a la exbecaria lo mejor.
Algunos preguntan si los remantes del escándalo y las nuevas declaraciones que pueda hacer Lewinsky podrán afectar políticamente a Hillary o hasta qué punto puedan aprovecharla los republicanos como arma política.
"Con Hillary Clinton considerando una candidatura en 2016, no hemos escuchado todavía el final del escándalo Lewinsky", escribió en el periódico especializado Politico Susan Glasser, quien cubrió aquel episodio para el diario The Washington Post.
Es claro que muchos estadounidenses no han pasado esa página por completo, como demuestra el revuelo que se genera cada vez que el nombre de Lewinsky vuelve a asomarse por los medios.
Para Lewinsky no es fácil desaparecer, pues su nombre está ligado a un proceso del que algunos todavía quieren conococer detalles, desde los más nimios y sórdidos hasta los políticamente cruciales y potencialmente comprometedores para los Clinton.
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