sábado, 29 de marzo de 2014

En la obesidad más que la alimentación o el ejercicio, la genética es la creadora y las emociones, el detonante, si ignoramos estos dos puntos, siempre que intentemos bajar de peso a través de una dieta y ejercicio extenuante, parecerá que estamos luchando contra corriente pues el precio que pagaremos será demasiado alto


LA CARENCIA AFECTIVA Y LA OBESIDAD
Por: Harumi Puertos
La obesidad tiene relación, entre otras cosas, con nuestra genética. La información de nuestro
ADN 
despierta o detona, cuando hay emociones mal manejadas. Más que la alimentación o el ejercicio, 
la genética es la creadora y las emociones, el detonante, si ignoramos estos dos puntos, siempre 
que intentemos bajar de peso a través de una dieta y ejercicio extenuante, parecerá que 
estamos luchando contra corriente pues el precio que pagaremos será demasiado alto, por supuesto 
podremos lograrlo, pero costa de mucho sacrificio y sin haber podido conectar con el 
aprendizaje espiritual que la obesidad trae consigo. La insatisfacción, la frustración, la carencia 
afectiva o la necesidad de protegernos, son solo algunas causas emocionales de la 
obesidad. La meditación y la introspección pueden ayudarte a encontrar no solo las 
emociones o los patrones de creencias relacionados, sino también los hechos del pasado 
que las crearon, las heridas del alma no resueltas o las emociones no procesadas.

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