domingo, 10 de febrero de 2013

La lucha contra el estrés y el cansancio extremo debe ser preventiva a través del cambio de hábitos que garanticen un buen estilo de vida.


Cuando el estrés se acumula genera fatiga crónica

Se manifiesta por sueño no reparador, dolores de cabeza e intolerancia

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Los que se ven más perjudicados son las personas en edad laboral, entre 20 y 50 años, pero también puede incidir en menores de edad ARCHIVO
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DANIEL GONZÁLEZ CAPPA |  EL UNIVERSAL
lunes 4 de febrero de 2013  12:00 AM
La fatiga crónica no discrimina ni por edad, sexo o condición social. Cualquier persona puede verse afectada por un cansancio generalizado, debilidad en el cuerpo y en la mente, y una apatía que dura no pocos días sino hasta semanas. 

Se trata de una condición acumulativa, también llamada astenia, que afecta a quienes han estado expuestos a episodios de estrés y tensión prolongados, principalmente por el trabajo o problemas familiares y sociales, tal como indica Horacio Documet, médico internista de la clínica Luis Razetti. 

No es un mero cansancio o desgano. La persona que tiene fatiga crónica suele tener fuertes dolores de cabeza, fiebre ocasional, cansancio (pese a dormir lo suficiente) e intolerancia. 

Un sencillo test que mide los hábitos de las personas sirve para saber si hay fatiga crónica. Normalmente, el médico receta suplementos vitamínicos y descanso por varios días. 

Suele afectar a personas en edad laboral, entre 20 y 50 años, pero las situaciones de estrés de los venezolanos no hacen que la fatiga crónica sea un caso raro en personas de otras edades, como en los niños. 

"Los niños pueden estar sometidos a mucho estrés, producto de sus padres", afirma María Elena Garassini, presidenta de la Sociedad de Psicología Positiva. "Tenemos a unos padres que se levantan muy temprano para trabajar, que no tienen tiempo de recreación, que no salen por la inseguridad, y eso incide en sus hijos", explica. 

La fatiga crónica no debe ser confundida con el síndrome de fatiga crónica que, pese a tener nombres similares. El segundo es provocado "aparentemente" (pues no está comprobado científicamente) por el virus de Epstein-Barr y puede manifestarse con taquicardias, hipersensibilidad y dolores articulares, tal como explica Francisco Linares, médico infectólogo de Medicorp. 

Estilo de vida 

La lucha contra el estrés y el cansancio extremo debe ser preventiva a través del cambio de hábitos que garanticen un buen estilo de vida. 

Se puede empezar por desayunar todos los días, dormir adecuadamente (durante la noche y sin aparatos eléctricos encendidos) y hacer una hora de ejercicio cuatro veces a la semana, según Garassini. 

Después se puede pasar a buscar una zona de confort en donde la persona se sienta cómoda: buscar un trabajo más cerca de la casa, emplear el tiempo libre en aprender algo nuevo o encontrarse con amigos. 

Si la excusa es que no hay tiempo para tanto, hay que recurrir a la creatividad. Practicar un idioma durante las colas o leer un libro en el metro. 

"Si hacemos cosas que no nos gustan o que sabemos que no podemos hacer, viene el estrés. Tenemos que buscar la manera de sentirnos bien con nosotros, tanto en lo físico como en lo mental y en lo social", afirma Garassini.

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