martes, 5 de junio de 2012

El poder del testimonio

Cada vez creo más en el poder del testimonio que una persona pueda
dar en cualquier episodio de su vida.
Cuando comparto los pasos que en mi recaída en el dolor de la Fibromialgia
estoy dando, es para que alguno que me lea sepa que se puede controlar
esa condición crónica.
En estos momentos hay una gran oferta de respuestas, unas son meros engaños
pero todos responden a las emisiones de energía que uno envía, ya sea para
continuar con justificaciones atado a la condición o cuando de
verdad está decidido a sanarse, lo que indica que el primer paso es la humildad
para reconocer ¿qué espera uno obtener? de verdad, pues aunque aflore
el autoengaño, la materialización se dará de acuerdo a la verdadera emisión
que enviemos.
Si coloco los nombres de mis médicos tratantes es porque busco aligerar la
búsqueda de quienes me leen, y de paso demostrar que en Valencia, Edo.
Carabobo, existen especialistas que son capaces de afrontar la dramática propa-
gación de "enfermedades producidas por el stress" que no tienen soporte
en exámenes ni en los adelantos de las técnicas radiológicas. Por eso en
Miami (Florida, USA) una gran amiga en Diciembre del 2011 me señaló la
Medicina Sintergética como la única que podía ayudarme en el proceso sanador.
Y quiso Dios que el reumatólogo Dr. Ricardo Riera del Centro Médico "Dr. Fernando
Guerra Méndez" de Valencia estuviera consciente que este tipo de dolencia debe
ser tratada conjuntamente con un médico psiquiatra especializado en el tema,
que en su caso la dupla maravillosa es con el Dr. José Enrique González, y éste a
su vez aceptara la compañía en el proceso de sanación de médicos de las llamadas
medicinas complementarias que van desde la acupuntura hasta  los médicos de la
Sintergética  quienes han sido formados primero en la Medicina
Occidental Alopática y sabiendo los alcances de su profesión se asimilan a lo
expresado por el Dr. Jorge Carvajal. En Valencia sólo hay dos acreditados,
viéndome yo con la Dra. Fanny Violeta Osorio en el Centro Médico "Angelus"
de la Urb. "Las Acacias".






Entrevista a Jorge Carvajal PosadaPDFImprimirE-mail

Escrito por Koldo Aldai Aguirreche   
Miércoles, 08 de Octubre de 2008 13:04
  No sienta cátedra, sólo siembra versos que atraviesan hasta dentro.
Colma la poesía de profunda enseñanza, la sabiduría de soberana
humildad, la vida de silenciosa e irrefrenable alegría… Le queríamos desnudar,
pero es él quien nos coloca ante mayúsculos interrogantes.
No es dado a hablar de sí mismo. No quiere la última palabra. Ni siquiera
se molesta en terminar muchas frases. Elude a su forma muchas respuestas
y nos relanza las mismas cuestiones con fuerza y carga añadidas.
Escritor, conferenciante internacional, pero también padre, hermano,
amigo…Inspirador de la Sintergética y médico, pero también mago
 capaz de unir medicinas de oriente y occidente, de ayer y de hoy;
sabio integrador de ciencia y espiritualidad, de selva y asfalto,
silencio y liderazgo, razón y ternura, América y España.
Le buscamos en «El Plantío», cuartel general del amplio movimiento
de la Sintergética, a las afueras de Madrid. Entre paciente y paciente
nos colamos con la grabadora. Lleva muchas horas en el consultorio
pero, desde su gran mesa de madera, este hombre pequeño sonríe
sin asomo de cansancio.
Jorge Iván Carvaja Posada nació en Medellín, Colombia, pero no se siente
extraño en ninguna parte. Es Licenciado en Medicina y Cirugía por la
Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquía. Ha sido profesor
en la Universidad de Antioquía, en la Universidad de San Martín,
en la Universidad CES de Medellín y en la Universidad Nacional de Bogotá.
Experto en Medicina Bioenergética y creador de la Medicina Sintergética.
Pregunta: Nunca te hemos visto cansado Jorge, ¿Cómo estiras 
tanto el día? 
Respuesta: Sueño, y soñar es estirar al infinito el tiempo. Creo y me
divierto. Siento que creer es crear y que creando uno se recrea. Cuando
algo es divertido fatiga menos. Procuro tomarme el trabajo como un
hobby y de veras me divierto.
P: ¿Cuándo y cómo tomó Jorge la decisión de sanar y servir?
R: ¿Y cuándo decidió el río ser río? No pretendí nunca ser sanador,
nunca pretendí servir... Ni decisiones, ni pretensiones, sólo dejar el
agua correr y descubrir un día el caudal que va apuntando a su mar.
Un día sientes que no puedes evitar ser aquello que de verdad eres.
Entonces no puedes no servir, no puedes no sanar. Y es porque no
puedes no amar.
P: ¿Cuáles son los momentos más felices en esa tarea? 
R: Cuando atrapado en la magia del instante tienes la percepción
del infinito. Entonces basta un abrazo, una mirada, tal vez una sonrisa.
Casi nada o nada. En el vacío de ti mismo, la plenitud del otro.
Entonces tienes una experiencia de unidad. Es una paradoja: la vacuidad
te conduce a la unidad. Y el otro se nos revela como una faceta del
Creador que está allí para completarnos. Un solo instante así carga
las baterías para todo el día.
P: ¿Y los más complicados? 
R: Son complicados los momentos de olvido, en los que uno deja de
ser uno mismo y pierde la levedad del ser y la brevedad del tiempo.
Es complicado lo que no se percibe desde el centro. Es complicado
cuando uno no se entrega, cuando el ego no se rinde. Entonces, perdemos
la fluidez de la inocencia y se mira, pero no se ve. Se oye, pero no se
escucha. Es complicado en la vida separar, restar y dividir. Sumar es
mucho más sencillo. El hígado es muy complicado; el organismo como
una totalidad es complejo, pero no complicado, porque está entretejido.
La vida es sencilla porque está entretejida a la trama del universo.
P: ¿Hay algo más importante que servir? 
R: Sí, «ser». Porque servir nace del ser. Si la esencia de ser es amor,
servir es poner ese amor en movimiento.
P: De la selva del Choco a la selva del asfalto madrileño, 
¿Qué es lo que más añora Jorge del médico rural en Colombia? 
R: Añoro el canto de las ranas y el cielo azul profundo donde se dibuja
la vía láctea. Añoro las sonrisas inocentes de los niños negros y los
indios cunas. Añoro las lluvias diluvianas y el sabor exótico del «borojó»
 y el «bocachico». Pero cada mañana regreso por los caminos recorridos
y siento la presencia del pasado llenando de fuerza y colorido los días.
P. ¿Qué se siente al traer a un ser al mundo físico en una 
cabaña perdida? 
R: Que la vida es un milagro.
P. ¿Qué se siente al cerrarle los ojos de la carne? 
R: Que es un milagro la muerte, porque el final del cuerpo es apenas
un recodo en la corriente continua de la vida.
P: ¿Nostalgia de paz y de ausencia del mundo? ¿No echa en 
falta Jorge más horas para sí mismo, para compartir con su 
familia? 
R: Procuro ir conmigo mismo adonde voy. Entonces voy con mi familia
en el corazón y tengo paz. Creo en una educación para la libertad en la
que tengamos tiempos propios y espacios entre nosotros. Así los
reencuentros son mágicos y no caemos en la prisión de la rutina. Pero
si un día la nostalgia me lleva al sentimiento de la soledad, miro lo ojos
de mis pacientes y en los ojos que miro, veo esos ojos amados de mi
mujer y mis hijos. Cuando somos una sola familia, una humanidad,
termina el espejismo de la soledad y comienza la paz.
P. Brevemente, para quienes lo desconocen, ¿Cuáles son las 
bases de la Medicina Sintergética? 
R: Proponer una medicina de síntesis para una nueva cultura, la de la
conciencia, es la esencia de la Sintergética. Así como no aceptaríamos
una biología sin una concepción de la vida, no podríamos hacer medicina
sin una visión del ser humano. Humanizar la vida, sanar la tierra, crear
salud más que atacar enfermedades y reconocer el potencial sanador
de la conciencia, constituyen el móvil de la Sintergética. Esto implica
ponerle de nuevo el alma a nuestro cuerpo, colocar en su lugar la cultura
y las creencias, ver las huellas de la conciencia grabadas en nuestra fisiología.
La Sintergética se fundamenta en la búsqueda de un código de lectura
común que nos permita la integración de los diferentes paradigmas
terapéuticos del mundo, reconociendo en las leyes de la conciencia su
cauce integrador. Esto nos ha conducido a constatar el enorme valor
del respeto por la diferencia en la construcción de la unidad esencial,
una integridad orgánica alimentada por la unidad en la diversidad.
Desde una visión sistémica, la Sintergética integra los territorios
terapéuticos:
el de la materia, representado en la medicina occidental; el de la energía,
descrito por la Medicina Tradicional China; el de la misma conciencia,
tratado en el Ayurveda; y en otras cosmovisiones de las medicinas
tradicionales, en un metaparadigma que reconoce y utiliza su
complementariedad.
P. ¿Cuál es la extensión del movimiento de la Medicina 
Sintergética? 
R: Su expansión ha sido vertiginosa, si tenemos en cuenta el tiempo
que nuevas visiones y tecnologías necesitan para consolidarse culturalmente.
De la mano de los resultados, la demanda de formación se ha ido
incrementando en Hispanoamérica. Se realizan formación y prácticas en
Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, México y España. Además
tenemos programas de formación en Puerto Rico y Portugal, y se estudia
la posibilidad de expandirlo en los próximos años a Suiza, Alemania,
Francia y la península escandinava.
P: ¿Cuál es la preparación adicional que proporciona al médico 
o terapeuta la formación en Sintergética? 
R: Simplifica, reduce a un mínimo común denominador muchas cosas
separadas. Desespecializa, descentraliza, integra psicología y medicina,
sanación y ciencia. Descubre tecnologías y métodos sencillos para trabajar
con la energía del propio paciente. Restaura la conexión entre la Biología,
las Ciencias Humanas y las ciencias espirituales. Pero, sobre todo, nos
permite ayudar allí donde en apariencia se han perdido posibilidades
de curar.
P: Tras la consolidación del Centro de El Plantío, ¿Cuáles son 
los próximos pasos que dará el movimiento de la Medicina 
Sintergética? 
R: Consolidar las caravanas de la salud, que son una especie de festivales
para llevar salud y alegría a los lugares más necesitados.
Ya se están consolidando en América Latina pronto esperamos poder extenderlas
desde Europa a Africae
P: ¿Lleva muchas vidas Jorge con su bata de médico? 
¿Se la colgará en la siguiente?
R: ¿Y qué más da si, al fin de cuentas, lo que importa es el hacer en
el ahora? Lo que importan son todas las vidas, toda vida, aquí y
ahora en ese tiempo inaplazable de ser. Me pido ser cuando regrese
cocinero, campesino, industrial, presidente o lustrabotas. El caso es que
pueda dar la nota que el alma viene a dar.
P: De no ser con la palabra o al borde de la camilla, ¿de qué 
otra forma le hubiera gustado a Jorge servir? 
R: Soy papá, hermano, amigo, lego, pescador, tantas cosas soy,
que antes y después de ser médico trato de ser sólo lo que soy. Entonces
siento que soy útil y disfruto. Antes de estudiar Medicina, me encantaban
la Geología, el Periodismo y la Política. Bueno, me siguen cautivando,
pero comprendí que no son tan diferentes como a primera vista pareciera.
En el continente del cuerpo están grabadas las mareas evolutivas.
Estudiar el cerebro o el ADN es comprender el arte del gobierno de la
vida. Pero, sobre todo, la Medicina es una maravillosa ciencia de la
comunicación, pues en última instancia la enfermedad es ruptura en
nuestros patrones de relación y comunicación molecular, energética,
emocional o mental.
P: ¿Son más fáciles las cosas en España? 
R: Ni más ni menos, como en todas partes aquí las cosas son como son.
Se nos antojan difíciles cuando no las reconocemos por su esencia y nos
confundimos en la vanidad de las apariencias. El trabajo es una bendición,
una oportunidad feliz para proyectar lo mejor de nosotros, pero si en él
no proyectamos el corazón, puede que lo vivamos como una carga.
Las dificultades labran el cauce de la vida, para que al fin fluya como
agua fresca. Los matices de los conflictos son secundarios, las necesidades
humanas esenciales son las mismas en todas partes: seguridad, paz,
justicia, libertad, etc.
Como en la conocida canción de Serrat: «No me siento extranjero en
ningún lugar». Y no sólo porque haya lumbre y vino, sino porque todos
los lugares son interiores.
P: ¿Dé dónde viene ese torrente iluminado de palabras cuando 
Jorge coge el micrófono? 
R: La elocuencia de quien habla es sólo un eco de las palabras calladas
en el corazón de los que escuchan. El torrente iluminado está en el
auditorio, cuando la música silenciosa del alma nos conduce a ese viaje
interior en que el amor guía la palabra. Entonces, uno descubre que no son
las palabras, sino los silencios los que hablan.
P: ¿Cuán preciso es ese torrente de inspiración superior?
R: Siempre, aunque no lo percibamos casi nunca, un torrente de inspiración
superior viene desde el alma, como un flujo de energía que nos da la vida.
Callas y es la voz de la consciencia. Hablas y es el sonido del silencio.
Respiras y es esa energía universal o prana, portado por el aire.
Siempre estamos conectados. Sólo hay que darse cuenta y asumirlo.
P: ¿Por qué ese recato? ¿Para cuándo las plazas, las calles, la 
televisión y el mensaje a gran escala? 
R: Mi mayor anhelo es pasar desapercibido, porque siento que así se puede
servir mejor. Si se hace carne la palabra ya no hay mucho que decir.
Sólo hacer y en ese hacer ser lo que ya se es.
P: ¿Por qué vivimos una hora tan importante?
R: Nuestro tiempo no es el tiempo de antes. Ya no hay tiempo. Si no somos
el tiempo, si no somos la tierra, si no vivimos conscientemente, nos perdemos
esta humanidad. Todas las tradiciones hablan del fin de los tiempos.
Entonces, hablemos del comienzo, porque cada final es sólo un instante
para comenzar. Atravesamos todos el portal del corazón, nacemos a nuestra
humanidad, descubrimos el alma humana y el cuerpo místico de Cristo como
una bella realidad. Todas las razas, ramas de un solo tronco, son iluminados
por el mismo sol, un Dios de amor, nutridos por la misma madre, Gaia,
la Pacha Mama.
La marea humana ha ascendido hoy al corazón y podríamos decir,
parafraseando a Teilhard de Chardin, que estamos a punto de descubrir por
segunda vez el fuego. Es el fuego transmutador que nos acerca al
reconocimiento del amor. Sólo así podremos vivir como si de veras
fuéramos humanos, hermanos, hijos de un solo Padre.
P: ¿Vamos solos? ¿La humanidad avanza a la deriva o hay 
Plan, hay Norte?
R: Einstein tenía razón: Dios no juega a los dados con el universo. Hay norte
y futuro porque hay sur y pasado. ¿De dónde vienes? Permanece atento
y reconoce la dirección de tus huellas, no conducen a otro lugar que a ti.
Cuando desde el centro observamos el horizonte, su luz se nos revela. Al
observarla la recreamos, la volvemos a crear. El norte, el sur y el horizonte
dependen todos del observador, el que vive en el centro. Allí jamás estamos
solos pues, en la perspectiva de una conciencia no local, el universo tiene
tantos centros como observadores conscientes de sí.
El plan inscrito en el alma se despliega ante nosotros cuando nos sentimos
parte del plan. No es ajeno a nosotros. Estamos incluidos en él, como la
ola en el océano. Hacemos parte de su dirección, al igual que el agua del
río es llevada al mar por su cauce. El observador, el alma, nos conecta a la
gran cadena de la vida, una cadena a la que todas las cosas están entretejidas.
P: ¿Quiénes son esos Seres que nos sostienen? ¿Hollaron nuestros 
caminos de polvo?
R: La vida no se pierde. No se echa a perder la conciencia. Cada paso
consciente produce huellas que otros han de recorrer. Los pioneros hollaron
el sendero, convirtiéndose en camino para los otros.
Ellos señalan el cauce, el río de la verdad, el océano de la vida.
P. ¿«Aquel que viene» está ya con nosotros? ¿Su Presencia será 
rostro o será latido?
R: Rostro y latido. Sentimiento y sentido. De seguro que será carne en
nuestra carne, milagro cotidiano del vivir, sangre viva circulando por el
cuerpo de nuestra humanidad. Quizás sea menos un personaje histórico,
que una conciencia cósmica uniéndonos en el fuego de un amor céntrico.
P: ¿Qué forma adquieren en nuestros días las antiguas escuelas 
de sabiduría?
R: Sin duda, las escuelas de sabiduría serán nuevas, ampliamente abiertas
y exotéricas. Serán adaptadas a la necesidad de una nueva humanidad.
En esas escuelas los misterios serán develados para todos y el discípulo
será la misma humanidad. Guiarán la investigación las nuevas escuelas
de Medicina, el Arte y la ciencia de los que gobiernan.
P: ¿Las iniciaciones son también diferentes?
R: La expansión de la conciencia será un proceso colectivo y la capacidad
de servir determinará el lugar que cada quien ocupe en el concierto
de la evolución.
P: ¿Qué extraña Jorge en la espiritualidad que podríamos 
torpemente definir de nueva conciencia, de nueva era? 
R: Ya la nueva era se va quedando vieja y va pasando sin dejar huella,
porque no reconoció el espíritu de las profundidades. Se quedó en
modos y modas, razones extraterrestres y anuncios apocalípticos.
Tal vez más de mensajeros, mensajes y especulaciones sobre los maestros,
que de cambio profundo y compromiso. Demasiados juicios finales sin
contacto con el presente; falsos discípulos siguiendo falsos maestros;
sueños con el corazón de la galaxia, mientras los niños se seguían
muriendo de hambre… Paradójicamente, tanta ilusión, en lugar de cerrar
la brecha entre las religiones y las culturas, avivó el fuego de antiguos
fundamentalismos.
El viaje más importante de la conciencia no es a Sirio, ni a las Pléyades,
ni al centro de la galaxia, es al zodíaco interior del corazón humano.
Es también un viaje al corazón de la ciencia, cuyas maravillas no hemos
aún sabido incorporar a la vida cotidiana. Una nueva cultura es como
un nuevo cultivo. Arrancamos las malezas de raíz, removemos la tierra,
sembramos, regamos, dejamos pasar la luz para que despierte la semilla.
Que con ese antiguo y siempre renovado arte de los sembradores,
podamos sembrar la tierra de nuestro corazón, para que ascendamos al
fruto de una cultura más humana.
P. ¿Cuáles son las señas de identidad de los verdaderos guías 
y maestros? ¿Hay exceso o falta en nómina?
R: Entra en ti. El maestro es interno. El Cristo es interior. El Reino de
los Cielos está dentro de ti y en ese Reino habita el Rey. Cuando el discípulo
está listo aparece el maestro. Su ley es la del silencio y jamás ejercerá
su magisterio como una autoridad que viola el logro más sagrado del
ser humano: su libre albedrío.
Para encontrar un verdadero Maestro hemos de ser, ante todo, discípulos
de verdad. ¿Podríamos mirar conmovidos, el árbol, el río, los ojos de
nuestro perro, el semblante del hijo, el fracaso, el éxito o la lluvia,
como movimientos de la danza del Creador? Entonces ya iríamos
camino del Maestro, porque por nuestros ojos miraría el alma, el
maestro interior.
P. ¿El Cielo se sigue revelando a cada instante? ¿Cuál es la 
«garantía de superior origen» de los mensajes inspirados?
Un mensaje inspirado es auténtico porque es único, es original, toca
el alma. No está dirigido sólo al intelecto. No ataca, no critica, no amenaza,
no exige. No juzga, ni divide. No viene con sello de garantía, ni se impone
por la autoridad de su supuesta fuente, ni por el prestigio del canal.
Su lenguaje puede ser y ha sido frecuentemente simbólico. Un mensaje
inspirado, no sólo es un mensaje, es un caudal de vida que nos lleva a
transformar el mundo, a participar del proceso creador. Despierta en
nosotros el servidor.
P: ¿Cuáles son las fuentes más importantes de las que ha 
bebido Jorge, por supuesto además del insustituible y maravilloso 
libro de la naturaleza?
R: Confieso que he bebido de muchas fuentes frescas y profundas, que
al parecer jamás se agotan: del Nuevo Testamento y el Baghavad Gita;
de Bertalanffy y la ciencia de los sistemas; de Ken Wilber y su visión
integral; de la psicología de Jung, Assagioli, Reich, y la de Groff y los
psicólogos transpersonales; de las enseñanzas de Djwhal Khul transmitidas
a través de Alice Bailey; de la música de Mozart y Beethoven; de la meditación
de cada mañana...
P: ¿Qué han supuesto para Jorge las enseñanzas del Maestro 
Tibetano, Djwhal Khul, transmitidas a través de Alice Bailey? 
R: Esas enseñanzas han sido un regalo precioso de la sabiduría que
ha dado profundidad y perspectiva a mi trabajo cada día. En «El retorno de
Cristo» y «De Belén al Calvario» me reconcilié con la religión en su sentido
más profundo, que es la búsqueda de la unión. En la «Luz del alma» sigo
encontrando cada día una fuente de inspiración. Sus libros sobre psicología
y curación, no dejan de sorprenderme. Aún después de muchos años,
observamos los alcances de un conocimiento que se adelantó mucho
tiempo a las constataciones de la ciencia médica.
P: ¿Como raza humana, faltan o sobran motivos para la 
esperanza?
R: Estamos en un punto crucial de la evolución humana. Podemos emerger
a una nueva tierra o retroceder. Depende de nosotros. La esperanza es
confianza en el futuro que se afianza en la fe en nuestro presente.
Asistimos a la emergencia de una nueva ciencia, de una nueva economía.
Estamos en el umbral de tecnologías revolucionarias que cambiarán, no
sólo nuestra economía, sino nuestras relaciones con la naturaleza.
Tal vez tengamos menos megalópolis y más contacto con la tierra, el cielo,
el agua pura y el paisaje. En todo caso, la tierra de nuestros hijos habrá de
ser mejor si nos lo proponemos entre todos hoy.
Fotos y texto: Koldo Aldai Aguirreche 
Fundación Ananta

No hay comentarios:

Publicar un comentario