martes, 15 de mayo de 2012

El estrés puede ser aliado y enemigo


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EDICIÓN ANIVERSARIA | Mente

El estrés puede ser aliado y enemigo

Los estados de tensión pueden ayudar al organismo 

a adaptarse a nuevas situaciones e indican cuando hay amenazas cerca, pero cuando se salen de control, sus consecuencias afectan todo el organismo

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CARMEN RODRIGUEZ | EL UNIVERSAL | INMUNÓLOGA
miércoles 9 de mayo de 2012


El alto costo de la vida, la inseguridad, los problemas laborales y familiares e incluso el tránsito son algunas de las preocupaciones diarias de los venezolanos.

Ante este panorama no es de extrañar que se experimente cierto estrés que, en ocasiones, puede salirse de control afectando no solo la parte psicológica sino también la física.

El estrés es definido por la Organización Mundial de la Salud como "el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara al organismo para la acción", en otras palabras, es la respuesta del organismo ante los cambios y las amenazas.

Pese a ser necesario como mecanismo de defensa, también puede tener un impacto negativo en la salud de una persona cuando no se experimenta de forma normal.

Para la doctora Zulema Cendón, secretaria general de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría, los problemas se presentan cuando "después de la situación estresante no se vuelve a la normalidad y la disposición de respuesta siempre se mantiene, es demasiado intensa y aparece sin que haya una situación de alerta".

Mucho se sabe del impacto de esta condición en la psicología de una persona. Pero el estrés también llega al plano físico, "en algunos casos siendo la causa la misma enfermedad y en otros desencadenando crisis o complicaciones", explica la médico internista, María del Carmen Torres, para quien el efecto es más evidente en enfermedades como gastritis, colon irritable, hipertensión, enfermedades autoinmunes como lupus y vitiligo) y cáncer.

"Cuando hay estrés se libera una serie de sustancias y hormonas que estimulan a los neurotransmisores. Estos son los que van a activar la motilidad intestinal, la hipersecreción de ácidos en el estómago, la vasoconstricción en el caso de la hipertensión arterial y la liberación de una serie de elementos inmunológicos que pueden hacer que aparezcan crisis en enfermedades de tipo autoinmune o, por el contrario, que se frene la producción de elementos inmunológicos que hacen que la persona quede más vulnerable o inmunosuprimida y sea proclive a contraer enfermedades", explica la internista.

El cáncer es un caso especial. Ya lo había dicho la investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la española Ascensión Marcos en 2007 al hablar sobre la posible relación entre el cáncer y el estrés: "Cuando el organismo cree que debe defenderse de algo produce células desordenadamente".

Pero dicha relación no se queda allí. Para Torres, en el caso de esta enfermedad en particular, existe un círculo vicioso ya que el estrés empeora el padecimiento y al saber que se está enfermo genera más estrés, por lo que es vital el apoyo de un psiquiatra que ayude a controlar esta situación.

CONDICIÓN SILENCIOSA

Parte del problema es la dificultad para determinar el impacto que está teniendo el estrés en la salud de una persona. "Pocos se dan cuenta, se van acostumbrando a vivir así, no concientizan que tienen un problema nervioso", explica Cendón.

Ante esta situación, la doctora da una serie de claves para identificar cuando el estrés puede estar convirtiéndose en un problema, entre estos se encuentran tener una sensación permanente de angustia donde no haya una causa justificada, la disminución de la calidad de vida por culpa de esta ansiedad, los despertares nocturnos o levantarse muy temprano en la mañana y las patologías que no se terminan de curar. Ante estos síntomas es importante buscar ayuda.

Pero también está el otro caso, el de aquellos que sufren de una condición de salud previa que se agrava por culpa del estrés. "Fundamentalmente el estrés lo que hace es intensificar la respuesta de la enfermedad o que aparezcan las crisis pero el sustrato de la enfermedad está allí", señala Torres, para quien la recomendación sería acudir a un especialista en el tipo de dolencia para que lo evalúe y lo remita, de ser necesario, a un médico psiquiatra" y de forma combinada controlar la situación.

El estrés es algo natural que favorece la adaptación del ser humano y lo ayuda a estar alerta ante las situaciones de peligro a las que se enfrente, por lo que eliminarlo no parece ni posible ni razonable, pero aprender a diferenciar cuando la condición lejos de ayudar está causando daño es clave para así evitar complicaciones de salud y tener mejor calidad de vida.

cmrodriguez@eluniversal.com

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