La Fribromialgia y yo o cuando las Algias, hijas de Eris invadieron mi alma, mente y cuerpo
¿Por qué elegí esta ilustración?
Ilustracion: Georges de La Tour Magdalena Penitente 1625-1650 Metropolitan Museum Nueva York
¿Por qué elegi esta ilustración?
Una habitación a oscuras, una única fuente de luz, una gran figura que llena todo el cuadro. Una mujer sentada. Aún es joven, ni su rostro que apenas vemos, ni su cuello y escote, ni sus manos delatan todavía la huella destructiva del tiempo. Solo tres colores, los más antiguos, los que han acompañado a los humanos desde la remota prehistoria: el blanco, la luz, el rojo, la vida, el negro, la muerte.
Georges de La Tour (1593 – 1652), pintor lorenés, hijo de un albañil, casado con una mujer de la nobleza, con ínfulas de noble y odioso a sus vecinos, famosísimo en vida. Habitante del terrible siglo XVII, en una tierra disputada entre el Imperio y el rey de Francia. Georges de La Tour no existía, de su producción de casi quinientos cuadros, quedaron veintitrés originales. Georges de La Tour volverá existir a partir de 1932, cuando la Europa del siglo XX, que ya olvidaba lo que era la oscuridad pronto conocerá las tinieblas.
Los cuadros de Georges de La Tour no tienen título, es decir su título original se ha perdido y el que tienen es posterior al redescubrimiento del pintor. Volvamos al cuadro. ¿Esta mujer es María Magdalena? María Magdalena, santa muy popular en la Edad Media, fue un motivo muy repetido desde el Renacimiento, pues en un cuadro de temática religiosa es posible pintar a una hermosa mujer, poder exhibir ricos ropajes, desnudez femenina sin que hubiera censura. Magdalena a partir del Renacimiento es casi siempre rubia, de larga y rizada cabellera. Incluso o sobre todo, cuando de trata de Magdalena penitente, es posible apreciar la sensualidad del personaje. María Magdalena siempre fue una santa incómoda, ambigua, turbadora. No era virgen, no era esposa, no era madre, pero es una de las valientes mujeres que asiste a la Crucifixión y el primer testigo de la Resurrección. La Iglesia no tuvo más remedio que tolerarla.
Magdalena está sola en una habitación despojada como una celda, mira hacia el espejo aunque no vemos su reflejo ¿se ve ella misma? Quizá se mira por última vez. Quizá nunca más volverá a ver su rostro iluminado intensamente por la única fuente luz, ese candelabro con esa vela lujosa de cera, en ese espejo de marco tallado. Ha dejado el collar de perlas sobre la mesa, las perlas que en el siglo XVII indican liviandad, se asocian con las cortesanas y la prostitución. En el suelo hay otras joyas. Magdalena se está despidiendo, en silencio, en soledad absoluta. Pero Magdalena aún es quien ha sido, la mujer que ha conocido el placer y la libertad. Aún calza lujosamente y su falda roja como los zapatos es de rico tejido. Ese color rojo que lleva siglos tiñendo los vestidos de novia, los vestidos de fiesta, los vestidos de las prostitutas. Es cierto que lleva una sencilla camisa, la camisa es esa época una prenda interior, pero su larga melena, no rubia ni rizada, sino oscura y lisa, está cepillada como la de una dama de la época Heian. Y en otras o posterioresversiones, Magdalena, que ya ha renunciado, que ya no se ilumina con velas sino con candiles de aceite, que ya es penitente, mantendrá esa lisa y perfecta cabellera de dama japonesa.
Un universo casi monócromo, una austeridad total, habitaciones despojadas, personas humildes, nada bellas, unos volúmenes geométricos, incluso en los rostros. El ser humano solo, ante sí mismo, a la luz de una vela, de un candil, de una llama. En nuestro mundo de hoy hace mucho que perdimos la oscuridad. No podemos imaginar lo que es vivir solo a la luz de día, que luminarias como candiles, velas, antorchas, solo eran algo para hacer el tránsito a la noche, a la oscuridad total. Dije más arriba que cuando se redescubrió a Georges de La Tour en 1932 Europa estaba a punto de recordar las tinieblas. No las tinieblas metafóricas de vivir una era de guerra como la que vivió el pintor, sino las reales. Durante los años de la Segunda Guerra Mundial la mayoría de las ciudades europeas bajo la amenaza de la destrucción de los bombardeos aéreos, volvieron a ser lo que habían sido durante siglos: lugares de oscuridad, incertidumbre y miedo.
Magdalena, seria, sola en esa habitación desnuda, con los restos de su pasado, con el espejo que el que no se volverá a mirar, rozando con sus dedos el cráneo amarillento de frente huidiza que tiene en el regazo pero al que no mira todavía. Magdalena es la imagen de la melancolía, muy parecida a la deDomenico Fetti, contemporánea suya. La melancolía de quien sabe que no volverá a haber amores, ni fiestas, ni alegría, ni belleza, porque todo es pasajero. Cuando Magdalena apague esa vela y se haga la oscuridad total en la habitación para el sueño de la noche, ese sueño será el hermano de la muerte que están acariciando sus dedos.
miércoles, 1 de noviembre de 2017
Las características de cada diosa. Breve resumen extraído del libro: “Las diosas de cada mujer” Una nueva psicología femenina, Jean Shinoda Bolen.
Jean Shinoda Bolen (n. 1936, en Estados Unidos) es doctora en medicina, psiquiatra, analista junguiana, así como escritora y conferenciante internacionalmente conocida que extrae fuentes de experiencia de la espiritualidad, el feminismo, la psicología analítica, la medicina y lo personal.
Las características de cada diosa.
Breve resumen extraído del libro:
“Las diosas de cada mujer” Una nueva psicología femenina,
Jean Shinoda Bolen.
“Las diosas de cada mujer” Una nueva psicología femenina,
Jean Shinoda Bolen.
Introducción.
Frankl reconocía y valoraba el trabajo de Carl Jung. En el libro: “Las diosas de cada mujer” Jean Shinoda Bolen se apoya en la teoría Jungiana para desarrollar esta nueva psicología centrada en el género femenino.
Sin duda el camino del autoconocimiento es una vía hacia el sentido. Este artículo es un pequeño resumen del libro. Las características de cada diosa se mencionan con rasgos muy generales. Nuestra intención es que las mujeres que se interesen en el tema por medio de este artículo, puedan indagar más si quisieran profundizar en el tema ya que Logoforo propone esta lectura como una excelente vía de autoconocimiento a través de los arquetipos femeninos: ¿qué significa para ti ser mujer?
Frankl reconocía y valoraba el trabajo de Carl Jung. En el libro: “Las diosas de cada mujer” Jean Shinoda Bolen se apoya en la teoría Jungiana para desarrollar esta nueva psicología centrada en el género femenino.
Sin duda el camino del autoconocimiento es una vía hacia el sentido. Este artículo es un pequeño resumen del libro. Las características de cada diosa se mencionan con rasgos muy generales. Nuestra intención es que las mujeres que se interesen en el tema por medio de este artículo, puedan indagar más si quisieran profundizar en el tema ya que Logoforo propone esta lectura como una excelente vía de autoconocimiento a través de los arquetipos femeninos: ¿qué significa para ti ser mujer?
La autora habla de 3 grupos de diosas:
LAS DIOSAS VIRGENES.
Artemisa: diosa de la caza y de la luna.
Atenea: diosa de la sabiduría y de la artesanía.
Hestia: diosa del hogar y de los templos.
Estas 3 diosas personifican los aspectos independientes, activos y de no-relación de la psicología femenina.
Artemisa y Atenea son arquetipos orientados hacia afuera y hacia el logro, mientras que Hestia enfoca su atención hacia adentro. Las 3 representan impulsos internos en las mujeres para desarrollar talentos, ir en pos de intereses, resolver problemas, competir con los demás, expresarse de manera articulada con palabras o mediante formas artísticas, poner su entorno en orden o llevar vidas contemplativas.
Cuando una mujer vive toda su vida un arquetipo de virgen, quiere decir que una parte significativa de ella es psicológicamente virginal, no que sea física y literalmente virgen. Una parte de su psique ´no pertenece a nadie´.
Sólo estas 3 entre todos los dioses, diosas y mortales fueron inconmovibles por el irresistible poder de Afrodita, diosa del amor, para inflamar la pasión y agitar el anhelo erótico y los sentimientos románticos. No les conmovían el amor, la sexualidad ni el enamoramiento.
El arquetipo de la diosa virgen.
Cuando el arquetipo de la diosa virgen – Artemisa, Atenea o Hestia – es un arquetipo dominante, la mujer es (como escribió la analista junguiana Esther Harding en su libro Women´s Mysteries) “completa-en-sí-misma”. Por lo tanto, como describió Harding: “Una mujer que es virgen, completa-en-sí-misma, hace lo que hace, no por algún deseo de agradar, no para gustar o ser aprobada, ni siquiera por sí misma; no por algún deseo de obtener poder sobre otra persona, para captar su interés o su amor, sino porque lo que hace es verdad. Su acción puede ser efectivamente no convencional.
Si una mujer es completa-en-sí-misma, estará motivada por la necesidad de seguir sus propios valores internos, de hacer lo que tiene sentido para ella, con independencia de lo que piensen los demás.
Desde el punto de vista psicológico, la diosa virgen es esa parte de una mujer que no ha sido tallada, ni por las expectativas colectivas, sociales y culturales (determinadas por los hombres) de lo que debe ser una mujer, ni por un juicio masculino concreto sobre ella.
LAS DIOSAS VIRGENES.
Artemisa: diosa de la caza y de la luna.
Atenea: diosa de la sabiduría y de la artesanía.
Hestia: diosa del hogar y de los templos.
Estas 3 diosas personifican los aspectos independientes, activos y de no-relación de la psicología femenina.
Artemisa y Atenea son arquetipos orientados hacia afuera y hacia el logro, mientras que Hestia enfoca su atención hacia adentro. Las 3 representan impulsos internos en las mujeres para desarrollar talentos, ir en pos de intereses, resolver problemas, competir con los demás, expresarse de manera articulada con palabras o mediante formas artísticas, poner su entorno en orden o llevar vidas contemplativas.
Cuando una mujer vive toda su vida un arquetipo de virgen, quiere decir que una parte significativa de ella es psicológicamente virginal, no que sea física y literalmente virgen. Una parte de su psique ´no pertenece a nadie´.
Sólo estas 3 entre todos los dioses, diosas y mortales fueron inconmovibles por el irresistible poder de Afrodita, diosa del amor, para inflamar la pasión y agitar el anhelo erótico y los sentimientos románticos. No les conmovían el amor, la sexualidad ni el enamoramiento.
El arquetipo de la diosa virgen.
Cuando el arquetipo de la diosa virgen – Artemisa, Atenea o Hestia – es un arquetipo dominante, la mujer es (como escribió la analista junguiana Esther Harding en su libro Women´s Mysteries) “completa-en-sí-misma”. Por lo tanto, como describió Harding: “Una mujer que es virgen, completa-en-sí-misma, hace lo que hace, no por algún deseo de agradar, no para gustar o ser aprobada, ni siquiera por sí misma; no por algún deseo de obtener poder sobre otra persona, para captar su interés o su amor, sino porque lo que hace es verdad. Su acción puede ser efectivamente no convencional.
Si una mujer es completa-en-sí-misma, estará motivada por la necesidad de seguir sus propios valores internos, de hacer lo que tiene sentido para ella, con independencia de lo que piensen los demás.
Desde el punto de vista psicológico, la diosa virgen es esa parte de una mujer que no ha sido tallada, ni por las expectativas colectivas, sociales y culturales (determinadas por los hombres) de lo que debe ser una mujer, ni por un juicio masculino concreto sobre ella.
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ARTEMISA. DIOSA DE LA CAZA Y DE LA LUNA, RIVAL Y HERMANA.
Artemisa, conocida por los romanos como Diana, era diosa de la caza y diosa de la luna. La esbelta y adorable hija de Zeus y Latona erraba por bosques, montañas y prados salvajes, en alegre compañía de su grupo de ninfas y perros cazadores.
Artemisa, como diosa de la caza y diosa de la luna, era una personificación del espíritu femenino independiente. El arquetipo que hace posible que una mujer busque sus propias metas en el terreno que ella misma elija.
Artemisa, como diosa virgen, representa un símbolo de integridad, una actitud de “puedo cuidar de mí misma”, que permite a una mujer funcionar por sus propios medios, con autoconfianza y espíritu de independencia. Este arquetipo hace posible el que una mujer se sienta completa sin un hombre. No necesita aprobación masculina.
La arquera centrada en una meta.
El arquetipo de Artemisa proporciona a las mujeres la capacidad innata para concentrarse intensamente en cualquier cosa que sea importante para ellas y para no ser distraídas de la dirección que eligen, ni por las necesidades de los demás. Este arquetipo posibilita dar en el blanco elegido.
Arquetipo del movimiento feminista.
Artemisa representa cualidades idealizadas por el movimiento feminista: realización y competencia, independencia de los hombres y de las opiniones masculinas, y preocupación por las mujeres y jóvenes escogidas como víctimas e indefensas. Artemisa ayudó a su madre Latona a dar a la luz, le salvó a ella y a Aretusa de ser violadas u castigó al violador Ticio y al intruso cazador Acteón.
La hermana.
Artemisa era considerada “la gran hermana” ya que conducía a las ninfas por el bosque y recurrían a ella cuando necesitaban ayuda.
La Artemisa que vuelve a la naturaleza.
Artemisa es el arquetipo responsable de la unidad consigo misma y con la naturaleza y la comunión espiritual con ésta.
Artemisa, conocida por los romanos como Diana, era diosa de la caza y diosa de la luna. La esbelta y adorable hija de Zeus y Latona erraba por bosques, montañas y prados salvajes, en alegre compañía de su grupo de ninfas y perros cazadores.
Artemisa, como diosa de la caza y diosa de la luna, era una personificación del espíritu femenino independiente. El arquetipo que hace posible que una mujer busque sus propias metas en el terreno que ella misma elija.
Artemisa, como diosa virgen, representa un símbolo de integridad, una actitud de “puedo cuidar de mí misma”, que permite a una mujer funcionar por sus propios medios, con autoconfianza y espíritu de independencia. Este arquetipo hace posible el que una mujer se sienta completa sin un hombre. No necesita aprobación masculina.
La arquera centrada en una meta.
El arquetipo de Artemisa proporciona a las mujeres la capacidad innata para concentrarse intensamente en cualquier cosa que sea importante para ellas y para no ser distraídas de la dirección que eligen, ni por las necesidades de los demás. Este arquetipo posibilita dar en el blanco elegido.
Arquetipo del movimiento feminista.
Artemisa representa cualidades idealizadas por el movimiento feminista: realización y competencia, independencia de los hombres y de las opiniones masculinas, y preocupación por las mujeres y jóvenes escogidas como víctimas e indefensas. Artemisa ayudó a su madre Latona a dar a la luz, le salvó a ella y a Aretusa de ser violadas u castigó al violador Ticio y al intruso cazador Acteón.
La hermana.
Artemisa era considerada “la gran hermana” ya que conducía a las ninfas por el bosque y recurrían a ella cuando necesitaban ayuda.
La Artemisa que vuelve a la naturaleza.
Artemisa es el arquetipo responsable de la unidad consigo misma y con la naturaleza y la comunión espiritual con ésta.
ATENEA. DIOSA DE LA SABIDURÍA U DE LA ARTESANÍA, ESTRATEGA E HIJA DEL PADRE.
Conocida también como Minerva. Era la majestuosa y bella diosa guerrera, protectora de sus héroes elegidos y de la cuidad que había tomado su nombre, Atenas. Era la única diosa del Olimpo que se representaba portando una coraza, con la visera de su yelmo echada hacia atrás para revelar su belleza, un escudo en el brazo y una lanza en la mano.
Presidía la estrategia de las batallas en tiempos de guerra y las artes domésticas en tiempos de paz. Patrona de las fuerzas militares y diosa de los tejedores, herreros, alfareros y sastres. El olivo fue su regalo especial a Atenas, regalo que condujo al cultivo de las aceitunas.
Las aptitudes marciales y domésticas asociadas a Atenea abarcan la planificación y la ejecución, actividades que exigen una manera de pensar decidida. Estrategias, sentido práctico y resultados tangibles son características de su sabiduría peculiar. Atenea valora el pensamiento racional y defiende el dominio de la voluntad y del intelecto sobre el instinto y la naturaleza. Su espíritu se encuentra a en la ciudad; para Atenea (en contraste con Artemisa), lo salvaje debe ser domesticado y sometido.
Atenea se consideraba a sí misma descendiente de un solo progenitor, Zeus, al que se asoció para siempre. Ella fue la mujer “mano derecha” de su padre, la única diosa del Olimpo a la que él confió su rayo y su égida, símbolos de su poder. La diosa no reconoció a su madre, Metis; de hecho Atenea parecía ser inconsciente de tener una madre.
Atenea, el arquetipo.
Como diosa de la sabiduría, Atenea era conocida por sus estrategias de victoria y sus soluciones prácticas. Este arquetipo es seguido por las mujeres lógicas, que son gobernadas por sus cabezas más que por sus corazones. Atenea muestra que pensar correctamente, conservar la cabeza en el calor de una situación emocional y desarrollar buenas tácticas en medio del conflicto, son rasgos naturales para algunas mujeres.
Diosa virgen.
Las cualidades invulnerables e intactas descriptivas de Artemisa pueden también aplicarse a Atenea. Cuando Atenea gobierna la psique de una mujer, ésta (al igual que las mujeres que se parecen a Artemisa o a Hestia) está motivada por sus propias prioridades.
Atenea difiere de Artemisa y de Hestia en que es la diosa virgen que busca la compañía de los hombres, disfruta estar en medio de la acción y del poder masculino. El elemento de diosa virgen le ayuda a evitar los enredos emocionales o sexuales con los hombres, con los que trabaja estrechamente. Puede ser compañera, colega o confidente de hombres, sin desarrollar sentimientos eróticos o intimidad emocional.
La estratega.
Atenea fue la mejor estratega durante la guerra de Troya. El arquetipo de Atenea prospera en los ámbitos comercial, académico, científico, militar o político.
Por ejemplo, Atenea puede manifestarse en una mujer con un “master” en administración de empresas, que asociada con un mentor poderoso, se abre camino en la escala empresarial.
La perspicacia de Atenea permite a una mujer recorrer su camino de manera eficaz en situaciones en que son importantes las consideraciones políticas o económicas. La inteligencia de Atenea está orientada hacia lo práctico y lo pragmático. La diplomacia, que implica estrategia, poder y maniobras de disimulo, es un reino en el que Atenea brilla.
La artesana.
Como diosa de la artesanía, Atenea se implicaba en hacer cosas que eran a la vez útiles y estéticamente agradables. Era más conocida por sus habilidades como tejedora, en las que manos y mente deben trabajar juntas. Para elaborar un tapiz o un tejido, una mujer debe diseñar un plan de lo que va a hacer y después, vuelta tras vuelta, crearlo metódicamente, lo cual requiere de previsión, planificación, dominio y paciencia.
La hija del padre.
Como arquetipo de “la hija del padre”, Atenea representa a la mujer que, casi de manera natural, gravita alrededor de hombres poderosos que tienen autoridad, responsabilidad y poder, hombres que encajan en el arquetipo del padre patriarcal o del jefe. Las mujeres Atenea suelen apoyar el status quo y aceptar las normas establecidas como líneas de conducta; se resisten al cambio. Atenea tiene poca simpatía por las personas perdedoras, oprimidas o rebeldes.
El justo medio.
Cuando el arquetipo Atenea es poderoso, la mujer muestra una tendencia natural a actuar siempre con moderación, a vivir dentro del “justo medio”, que era el ideal ateniense. Los excesos suelen ser el resultado de intensos sentimientos o necesidades, o de una naturaleza apasionada, recta, temerosa o codiciosa, todas ellas antitéticas respecto a la racional Atenea.
La Atenea acorazada.
Atenea llegó al Olimpo vestida con una espléndida coraza de oro. Y, de hecho, estar “acorazada” es un rasgo Atenea. Las defensas intelectuales evitan a una mujer así sentir dolor, tanto el propio como el de los demás. En medio del remolino emocional o de una dura batalla, permanece impermeable a los sentimientos, mientras observa, etiqueta y analiza lo que está ocurriendo y decide lo que hará a continuación.
Atenea, la mujer.
Es práctica, sin complicaciones, no pendiente de sí misma, confiada: alguien que consigue que se hagan las cosas sin alharacas. La mujer Atenea suele tener buena salud, no tiene conlfictos mentales y es físicamente activa.
Conocida también como Minerva. Era la majestuosa y bella diosa guerrera, protectora de sus héroes elegidos y de la cuidad que había tomado su nombre, Atenas. Era la única diosa del Olimpo que se representaba portando una coraza, con la visera de su yelmo echada hacia atrás para revelar su belleza, un escudo en el brazo y una lanza en la mano.
Presidía la estrategia de las batallas en tiempos de guerra y las artes domésticas en tiempos de paz. Patrona de las fuerzas militares y diosa de los tejedores, herreros, alfareros y sastres. El olivo fue su regalo especial a Atenas, regalo que condujo al cultivo de las aceitunas.
Las aptitudes marciales y domésticas asociadas a Atenea abarcan la planificación y la ejecución, actividades que exigen una manera de pensar decidida. Estrategias, sentido práctico y resultados tangibles son características de su sabiduría peculiar. Atenea valora el pensamiento racional y defiende el dominio de la voluntad y del intelecto sobre el instinto y la naturaleza. Su espíritu se encuentra a en la ciudad; para Atenea (en contraste con Artemisa), lo salvaje debe ser domesticado y sometido.
Atenea se consideraba a sí misma descendiente de un solo progenitor, Zeus, al que se asoció para siempre. Ella fue la mujer “mano derecha” de su padre, la única diosa del Olimpo a la que él confió su rayo y su égida, símbolos de su poder. La diosa no reconoció a su madre, Metis; de hecho Atenea parecía ser inconsciente de tener una madre.
Atenea, el arquetipo.
Como diosa de la sabiduría, Atenea era conocida por sus estrategias de victoria y sus soluciones prácticas. Este arquetipo es seguido por las mujeres lógicas, que son gobernadas por sus cabezas más que por sus corazones. Atenea muestra que pensar correctamente, conservar la cabeza en el calor de una situación emocional y desarrollar buenas tácticas en medio del conflicto, son rasgos naturales para algunas mujeres.
Diosa virgen.
Las cualidades invulnerables e intactas descriptivas de Artemisa pueden también aplicarse a Atenea. Cuando Atenea gobierna la psique de una mujer, ésta (al igual que las mujeres que se parecen a Artemisa o a Hestia) está motivada por sus propias prioridades.
Atenea difiere de Artemisa y de Hestia en que es la diosa virgen que busca la compañía de los hombres, disfruta estar en medio de la acción y del poder masculino. El elemento de diosa virgen le ayuda a evitar los enredos emocionales o sexuales con los hombres, con los que trabaja estrechamente. Puede ser compañera, colega o confidente de hombres, sin desarrollar sentimientos eróticos o intimidad emocional.
La estratega.
Atenea fue la mejor estratega durante la guerra de Troya. El arquetipo de Atenea prospera en los ámbitos comercial, académico, científico, militar o político.
Por ejemplo, Atenea puede manifestarse en una mujer con un “master” en administración de empresas, que asociada con un mentor poderoso, se abre camino en la escala empresarial.
La perspicacia de Atenea permite a una mujer recorrer su camino de manera eficaz en situaciones en que son importantes las consideraciones políticas o económicas. La inteligencia de Atenea está orientada hacia lo práctico y lo pragmático. La diplomacia, que implica estrategia, poder y maniobras de disimulo, es un reino en el que Atenea brilla.
La artesana.
Como diosa de la artesanía, Atenea se implicaba en hacer cosas que eran a la vez útiles y estéticamente agradables. Era más conocida por sus habilidades como tejedora, en las que manos y mente deben trabajar juntas. Para elaborar un tapiz o un tejido, una mujer debe diseñar un plan de lo que va a hacer y después, vuelta tras vuelta, crearlo metódicamente, lo cual requiere de previsión, planificación, dominio y paciencia.
La hija del padre.
Como arquetipo de “la hija del padre”, Atenea representa a la mujer que, casi de manera natural, gravita alrededor de hombres poderosos que tienen autoridad, responsabilidad y poder, hombres que encajan en el arquetipo del padre patriarcal o del jefe. Las mujeres Atenea suelen apoyar el status quo y aceptar las normas establecidas como líneas de conducta; se resisten al cambio. Atenea tiene poca simpatía por las personas perdedoras, oprimidas o rebeldes.
El justo medio.
Cuando el arquetipo Atenea es poderoso, la mujer muestra una tendencia natural a actuar siempre con moderación, a vivir dentro del “justo medio”, que era el ideal ateniense. Los excesos suelen ser el resultado de intensos sentimientos o necesidades, o de una naturaleza apasionada, recta, temerosa o codiciosa, todas ellas antitéticas respecto a la racional Atenea.
La Atenea acorazada.
Atenea llegó al Olimpo vestida con una espléndida coraza de oro. Y, de hecho, estar “acorazada” es un rasgo Atenea. Las defensas intelectuales evitan a una mujer así sentir dolor, tanto el propio como el de los demás. En medio del remolino emocional o de una dura batalla, permanece impermeable a los sentimientos, mientras observa, etiqueta y analiza lo que está ocurriendo y decide lo que hará a continuación.
Atenea, la mujer.
Es práctica, sin complicaciones, no pendiente de sí misma, confiada: alguien que consigue que se hagan las cosas sin alharacas. La mujer Atenea suele tener buena salud, no tiene conlfictos mentales y es físicamente activa.
HESTIA. DIOSA DEL HOGAR Y DE LOS TEMPLOS, MUJER SABIA Y TÍA SOLTERA.
Hestia, la diosa.
Hestia fue la diosa del hogar o, más específicamente, del fuego ardiendo en un hogar circular. Esta diosa no es representada con forma humana. El símbolo de Hestia es el círculo. Sus templos eran redondos. Hestia era una presencia que se sentía espiritualmente. Su significado se encuentra en rituales simbolizados por el fuego. Para que una casa se convirtiera en hogar se requería de la presencia de Hestia.
Posteriormente en Roma, Hestia fue venerada como la diosa Vesta, la cual unía, con su fuego sagrado, a los ciudadanos como una familia.
Afrodita hizo que Poseidón (dios del mar) y Apolo (dios del sol) se enamoraran de Hestia. Ambos la pretendían, pero Hestia les rechazó con firmeza, haciendo voto solemne de permanecer virgen para siempre.
Diosa virgen.
Hestia era la mayor de las tres diosas vírgenes. Al contrario que Artemisa y Atenea, no se aventuraba en el mundo para explorar la naturaleza salvaje o establecerse en una ciudad. Permanecía dentro de la casa o del templo, contenida dentro del hogar. A pesar de sus diferencias, las tres diosas comparten cualidades esenciales e intangibles. Cada una de ellas poseía la cualidad de ser-completa-en-sí-misma.
Atenea y Artemisa orientadas hacia lo externo, se focalizan en conseguir objetivos o llevar a cabo planes; Hestia se concentra en su experiencia subjetiva interna. Por ejemplo, cuando medita está completamente absorta.
Conciencia enfocada hacia adentro.
La manera de percibir de Hestia se produce mirando hacia adentro y sintiendo de manera intuitiva qué es lo que pasa. Este método de Hestia nos permite entrar en contacto con nuestros valores poniendo bajo el foco lo que tiene significado desde el punto de vista personal. Mediante este foco interno podemos percibir la esencia de la situación. También podemos obtener una comprensión interna del carácter de las demás personas y ver la pauta o sentir el significado de sus acciones. Esta perspectiva interna proporciona claridad en medio de la miríada confusa de detalles a los que se enfrentan nuestros cinco sentidos.
La Hestia interna puede también desapegarse emocionalmente y no prestar atención a las personas que la rodean mientras atiende a sus propias preocupaciones. Una vez más, este desapego es característico de las tres diosas vírgenes. Es más, por añadidura de su tendencia a apartarse de la compañía de los demás, la cualidad de Hestia de ser completa en sí misma busca la tranquilidad serena, que se encuentra más fácilmente en soledad.
Mantenedora del hogar.
Hestia, como diosa del hogar, es el arquetipo activo en las mujeres que consideran que llevar la casa es una actividad llena de sentido más que una penosa obligación. Con Hestia, mantener el hogar es un medio a través del que una mujer pone la casa y se pone a sí misma en orden. Una mujer que adquiere un sentido de armonía interna cuando realiza las tareas cotidianas está en contacto con este aspecto del arquetipo de Hestia.
Cuando está presente Hestia, una mujer va haciendo sus tareas caseras con una sensación de que hay mucho tiempo para hacerlas. No tiene un ojo en el reloj, porque no está cumpliendo un horario ni “invirtiendo tiempo”. Por consiguiente, se halla en lo que los griegos llamaban el tiempo kairós , está “participando en el tiempo”, lo cual es psicológicamente enriquecedor.
La anciana sabia.
Con Hestia como presencia interna, una mujer no está “apegada” a la gente, los resultados, las posesiones, el prestigio o el poder. Se siente completa tal como es. Su ego no está en juego.
El desapego de Hestia proporciona a este arquetipo una calidad de “sabia anciana”. Es como un familiar mayor que lo ha visto todo y lo ha atravesado sin que disminuya su ánimo y con su carácter templado por la experiencia.
El Ser es lo que experimentamos internamente cuando sentimos una relación con la unidad que nos conecta con la esencia de cada cosa que está fuera de nosotros.
El cultivo de Hestia.
Hestia puede encontrarse en la tranquila soledad y en el sentido de orden que proviene de “hacer las faenas domésticas de manera contemplativa”. La meditación activa fortalece este arquetipo introvertido y enfocado hacia adentro.
Hestia, la diosa.
Hestia fue la diosa del hogar o, más específicamente, del fuego ardiendo en un hogar circular. Esta diosa no es representada con forma humana. El símbolo de Hestia es el círculo. Sus templos eran redondos. Hestia era una presencia que se sentía espiritualmente. Su significado se encuentra en rituales simbolizados por el fuego. Para que una casa se convirtiera en hogar se requería de la presencia de Hestia.
Posteriormente en Roma, Hestia fue venerada como la diosa Vesta, la cual unía, con su fuego sagrado, a los ciudadanos como una familia.
Afrodita hizo que Poseidón (dios del mar) y Apolo (dios del sol) se enamoraran de Hestia. Ambos la pretendían, pero Hestia les rechazó con firmeza, haciendo voto solemne de permanecer virgen para siempre.
Diosa virgen.
Hestia era la mayor de las tres diosas vírgenes. Al contrario que Artemisa y Atenea, no se aventuraba en el mundo para explorar la naturaleza salvaje o establecerse en una ciudad. Permanecía dentro de la casa o del templo, contenida dentro del hogar. A pesar de sus diferencias, las tres diosas comparten cualidades esenciales e intangibles. Cada una de ellas poseía la cualidad de ser-completa-en-sí-misma.
Atenea y Artemisa orientadas hacia lo externo, se focalizan en conseguir objetivos o llevar a cabo planes; Hestia se concentra en su experiencia subjetiva interna. Por ejemplo, cuando medita está completamente absorta.
Conciencia enfocada hacia adentro.
La manera de percibir de Hestia se produce mirando hacia adentro y sintiendo de manera intuitiva qué es lo que pasa. Este método de Hestia nos permite entrar en contacto con nuestros valores poniendo bajo el foco lo que tiene significado desde el punto de vista personal. Mediante este foco interno podemos percibir la esencia de la situación. También podemos obtener una comprensión interna del carácter de las demás personas y ver la pauta o sentir el significado de sus acciones. Esta perspectiva interna proporciona claridad en medio de la miríada confusa de detalles a los que se enfrentan nuestros cinco sentidos.
La Hestia interna puede también desapegarse emocionalmente y no prestar atención a las personas que la rodean mientras atiende a sus propias preocupaciones. Una vez más, este desapego es característico de las tres diosas vírgenes. Es más, por añadidura de su tendencia a apartarse de la compañía de los demás, la cualidad de Hestia de ser completa en sí misma busca la tranquilidad serena, que se encuentra más fácilmente en soledad.
Mantenedora del hogar.
Hestia, como diosa del hogar, es el arquetipo activo en las mujeres que consideran que llevar la casa es una actividad llena de sentido más que una penosa obligación. Con Hestia, mantener el hogar es un medio a través del que una mujer pone la casa y se pone a sí misma en orden. Una mujer que adquiere un sentido de armonía interna cuando realiza las tareas cotidianas está en contacto con este aspecto del arquetipo de Hestia.
Cuando está presente Hestia, una mujer va haciendo sus tareas caseras con una sensación de que hay mucho tiempo para hacerlas. No tiene un ojo en el reloj, porque no está cumpliendo un horario ni “invirtiendo tiempo”. Por consiguiente, se halla en lo que los griegos llamaban el tiempo kairós , está “participando en el tiempo”, lo cual es psicológicamente enriquecedor.
La anciana sabia.
Con Hestia como presencia interna, una mujer no está “apegada” a la gente, los resultados, las posesiones, el prestigio o el poder. Se siente completa tal como es. Su ego no está en juego.
El desapego de Hestia proporciona a este arquetipo una calidad de “sabia anciana”. Es como un familiar mayor que lo ha visto todo y lo ha atravesado sin que disminuya su ánimo y con su carácter templado por la experiencia.
El Ser es lo que experimentamos internamente cuando sentimos una relación con la unidad que nos conecta con la esencia de cada cosa que está fuera de nosotros.
El cultivo de Hestia.
Hestia puede encontrarse en la tranquila soledad y en el sentido de orden que proviene de “hacer las faenas domésticas de manera contemplativa”. La meditación activa fortalece este arquetipo introvertido y enfocado hacia adentro.
LAS DIOSAS VULNERABLES: HERA, DEMÉTER Y PERSÉFONE.
Hera: diosa del matrimonio.
Hera: diosa del matrimonio.
Deméter: diosa de las cosechas.
Perséfone: reina del mundo subterráneo.
Estas tres diosas personifican arquetipos que representan los papeles tradicionales de las mujeres: esposa, madre e hija. Son las diosas orientadas hacia la relación, cuya identidad y bienestar dependen de tener relaciones significativas.
En sus mitologías, estas tres diosas fueron violadas, raptadas, dominadas o humilladas por dioses masculinos. Las tres sufrieron cuando se rompió o deshonró una relación sentimental. Las tres experimentaron la impotencia. Y las tres respondieron de una manera característica: Hera, con rabia y celos, Deméter y Perséfone con depresión. Cada una de ellas manifestó síntomas que se parecían psicológicamente a la enfermedad.
El conocimiento de Hera, Deméter y Perséfone pueden proporcionar a las mujeres comprensiones internas sobre la naturaleza de sus necesidades de relaciones y del patrón de sus reacciones a las pérdidas.
Cuando estas diosas son los arquetipos dominantes, el impulso que las motiva es la relación más que el logro, la autonomía o una nueva experiencia. El enfoque de la atención está puesto en los demás, no en una meta externa o en un estado interior. Están motivadas por la compensación de las relaciones: aprobación, amor, atención, y por la necesidad del arquetipo de emparejarse (Hera), nutrir, (Démeter) o ser dependiete (Perséfone).
Vulnerabilidad, susceptibilidad para ser víctimas, y conciencia difusa.
Las diosas vulnerables fueron escogidas como víctimas. Hera fue humillada y engañada por su marido, Zeus, que no tenía en cuenta su necesidad de fidelidad. El vínculo entre Deméter y su hija fue ignorado, lo mismo que su sufrimiento cuando Perséfone fue raptada y encerrada en el mundo subterráneo. Tanto Démeter como Perséfone fueron violadas.
Como mujeres humanas en situaciones de inferioridad, sufrimiento e indefensión, las tres diosas vulnerables manifiestan síntomas psiquiátricos.
Las mujeres que son como Deméter y Perséfone, que sienten vulnerables o desprotegidas, suelen tener sueños de ansiedad, aunque esta no es una regla general, también pueden pasar por periodos en los que se sienten seguras y no amenazadas.
Patrones de ser y de actuar.
Cada una de las tres diosas vulnerables tiene dentro de su mitología una fase feliz o de realización; una fase durante la que fue escogida como víctima, sufrió y fue sintomática; y una fase de restablecimiento y transformación. Cada una representa una dase en la vida de la mujer que ésta puede atravesar rápidamente o en la que puede permanecer por un tiempo.
Estas tres diosas personifican arquetipos que representan los papeles tradicionales de las mujeres: esposa, madre e hija. Son las diosas orientadas hacia la relación, cuya identidad y bienestar dependen de tener relaciones significativas.
En sus mitologías, estas tres diosas fueron violadas, raptadas, dominadas o humilladas por dioses masculinos. Las tres sufrieron cuando se rompió o deshonró una relación sentimental. Las tres experimentaron la impotencia. Y las tres respondieron de una manera característica: Hera, con rabia y celos, Deméter y Perséfone con depresión. Cada una de ellas manifestó síntomas que se parecían psicológicamente a la enfermedad.
El conocimiento de Hera, Deméter y Perséfone pueden proporcionar a las mujeres comprensiones internas sobre la naturaleza de sus necesidades de relaciones y del patrón de sus reacciones a las pérdidas.
Cuando estas diosas son los arquetipos dominantes, el impulso que las motiva es la relación más que el logro, la autonomía o una nueva experiencia. El enfoque de la atención está puesto en los demás, no en una meta externa o en un estado interior. Están motivadas por la compensación de las relaciones: aprobación, amor, atención, y por la necesidad del arquetipo de emparejarse (Hera), nutrir, (Démeter) o ser dependiete (Perséfone).
Vulnerabilidad, susceptibilidad para ser víctimas, y conciencia difusa.
Las diosas vulnerables fueron escogidas como víctimas. Hera fue humillada y engañada por su marido, Zeus, que no tenía en cuenta su necesidad de fidelidad. El vínculo entre Deméter y su hija fue ignorado, lo mismo que su sufrimiento cuando Perséfone fue raptada y encerrada en el mundo subterráneo. Tanto Démeter como Perséfone fueron violadas.
Como mujeres humanas en situaciones de inferioridad, sufrimiento e indefensión, las tres diosas vulnerables manifiestan síntomas psiquiátricos.
Las mujeres que son como Deméter y Perséfone, que sienten vulnerables o desprotegidas, suelen tener sueños de ansiedad, aunque esta no es una regla general, también pueden pasar por periodos en los que se sienten seguras y no amenazadas.
Patrones de ser y de actuar.
Cada una de las tres diosas vulnerables tiene dentro de su mitología una fase feliz o de realización; una fase durante la que fue escogida como víctima, sufrió y fue sintomática; y una fase de restablecimiento y transformación. Cada una representa una dase en la vida de la mujer que ésta puede atravesar rápidamente o en la que puede permanecer por un tiempo.
HERA. DIOSA DEL MATRIMONIO, ARTÍFICE DEL COMPROMISO Y ESPOSA.
Hera. La diosa.
La majestuosa, regia y bella Hera, que los romanos conocieron como Juno, era la diosa del matrimonio. Se piensa que su nombre significa: “Gran Señora”.
Hera tenía dos aspectos que contrastaban entre sí: era solemnemente reverenciada y venerada en rituales como una poderosa diosa del matrimonio, y fue denigrada por Homero como vengativa, pendenciera y arpía celosa.
Mitología.
Existen numerosas historias sobre la cólera de Hera debido a las infidelidades de Zeus. Se dice que cuando éste llevó a Egina a una isla para violarla, Hera soltó un monstruoso dragón qué destruyó a la mayoría de la población. Hera fue humillada por Zeus con muchas aventuras y Hera se vengó de muchas de las amantes ya que para ella el matrimonio era sagrado.
Hera, el arquetipo.
Hera fue reverenciada y vilipendiada, honrada y humillada. Ella, más que ninguna otra diosa, posee atributos marcadamente positivos y negativos. Fuerza intensamente poderosa de alegría y dolor en la personalidad de una mujer.
La esposa.
El arquetipo de Hera representa a la mujer que anhela casarse. Una mujer que tenga un fuerte arquetipo de Hera se siente fundamentalmente incompleta sin una pareja.
La capacidad de compromiso.
Este arquetipo proporciona la capacidad de vincularse, de ser leal y fiel, de soportar y atravesar dificultades con una pareja. Cuando Hera es la fuerza motivadora el compromiso de una mujer no es condicional. Una vez casada, ella entiende permanecer así “en la dicha y en la adversidad”.
Sin Hera, una mujer puede atravesar una serie de relaciones cortas, abandonándolas cuando surgen las inevitables dificultades o cuando desaparece la magia inicial de enamorarse.
Cuando las mujeres se casan sin Hera, “falta algo”.
La mujer desdeñada.
La diosa Hera no expresó su cólera contra Zeus por sus infidelidades públicas. Canalizó en una ira vengativa contra la otra mujer o los hijos engendrados por Zeus el dolor que sintió de ser rechazada por él y de ser humillada por sus aventuras sentimentales. El arquetipo de Hera predispone a las mujeres a desplazar la culpa de su pareja –de la que es emocionalmente dependiente- sobre los demás. Las mujeres con este arquetipo reaccionan a la pérdida y al dolor con sentimiento de rabia y actividad. La actitud de venganza es una especie de juego de prestidigitación, que hace que una mujer Hera se sienta poderosa en vez de rechazada.
El cultivo de Hera.
La necesidad de ser más como Hera les llega a algunas mujeres como una realización en los primeros años de la mitad de su vida; para entonces han tenido una serie de relaciones o han estado tan centradas en sus carreras que el matrimonio no ha sido una prioridad para ellas.
Una decisión consciente de ser una esposa tipo Hera puede fortalecer la conexión de una mujer con el arquetipo.
Hera. La diosa.
La majestuosa, regia y bella Hera, que los romanos conocieron como Juno, era la diosa del matrimonio. Se piensa que su nombre significa: “Gran Señora”.
Hera tenía dos aspectos que contrastaban entre sí: era solemnemente reverenciada y venerada en rituales como una poderosa diosa del matrimonio, y fue denigrada por Homero como vengativa, pendenciera y arpía celosa.
Mitología.
Existen numerosas historias sobre la cólera de Hera debido a las infidelidades de Zeus. Se dice que cuando éste llevó a Egina a una isla para violarla, Hera soltó un monstruoso dragón qué destruyó a la mayoría de la población. Hera fue humillada por Zeus con muchas aventuras y Hera se vengó de muchas de las amantes ya que para ella el matrimonio era sagrado.
Hera, el arquetipo.
Hera fue reverenciada y vilipendiada, honrada y humillada. Ella, más que ninguna otra diosa, posee atributos marcadamente positivos y negativos. Fuerza intensamente poderosa de alegría y dolor en la personalidad de una mujer.
La esposa.
El arquetipo de Hera representa a la mujer que anhela casarse. Una mujer que tenga un fuerte arquetipo de Hera se siente fundamentalmente incompleta sin una pareja.
La capacidad de compromiso.
Este arquetipo proporciona la capacidad de vincularse, de ser leal y fiel, de soportar y atravesar dificultades con una pareja. Cuando Hera es la fuerza motivadora el compromiso de una mujer no es condicional. Una vez casada, ella entiende permanecer así “en la dicha y en la adversidad”.
Sin Hera, una mujer puede atravesar una serie de relaciones cortas, abandonándolas cuando surgen las inevitables dificultades o cuando desaparece la magia inicial de enamorarse.
Cuando las mujeres se casan sin Hera, “falta algo”.
La mujer desdeñada.
La diosa Hera no expresó su cólera contra Zeus por sus infidelidades públicas. Canalizó en una ira vengativa contra la otra mujer o los hijos engendrados por Zeus el dolor que sintió de ser rechazada por él y de ser humillada por sus aventuras sentimentales. El arquetipo de Hera predispone a las mujeres a desplazar la culpa de su pareja –de la que es emocionalmente dependiente- sobre los demás. Las mujeres con este arquetipo reaccionan a la pérdida y al dolor con sentimiento de rabia y actividad. La actitud de venganza es una especie de juego de prestidigitación, que hace que una mujer Hera se sienta poderosa en vez de rechazada.
El cultivo de Hera.
La necesidad de ser más como Hera les llega a algunas mujeres como una realización en los primeros años de la mitad de su vida; para entonces han tenido una serie de relaciones o han estado tan centradas en sus carreras que el matrimonio no ha sido una prioridad para ellas.
Una decisión consciente de ser una esposa tipo Hera puede fortalecer la conexión de una mujer con el arquetipo.
DEMÉTER. DIOSA DE LAS COSECHAS, NUTRIDORA Y MADRE.
Deméter, el arquetipo.
Es el arquetipo de la madre. Representa el instinto maternal, realizado a través del embarazo o mediante el suministro de alimento físico, psicológico o espiritual a los demás. Este poderoso arquetipo puede dictar el curso que tome la vida de una mujer, tener un impacto significativo sobre las demás personas de su vida o predisponerla hacia la depresión si lo rechaza o se frustra se necesidad de nutrir.
Una mujer que posea un fuerte arquetipo de Démeter anhela ser madre. Una vez que es madre, considera que ésa es una función que la llena, aunque el arquetipo no está restringido a ser madre, puede tratarse de cualquier profesión en la que ayudar a los demás es parte fundamental.
Alimentar a los demás constituye otra satisfacción para una mujer Deméter. Le agrada preparar grandes comidas.
La madre afligida: susceptibilidad a deprimirse.
Cuando el arquetipo de Deméter constituye una fuerza poderosa y una mujer no puede realizarlo, tal vez padezca la característica depresión del “hueco dejado por el nido vacío”. Cuando pierde un hijo, ya sea suyo o sustituto (alumno, paciente…) más que encolerizarse tiende a hundirse en la depresión. Siente su vida carente de sentido.
Deméter, el arquetipo.
Es el arquetipo de la madre. Representa el instinto maternal, realizado a través del embarazo o mediante el suministro de alimento físico, psicológico o espiritual a los demás. Este poderoso arquetipo puede dictar el curso que tome la vida de una mujer, tener un impacto significativo sobre las demás personas de su vida o predisponerla hacia la depresión si lo rechaza o se frustra se necesidad de nutrir.
Una mujer que posea un fuerte arquetipo de Démeter anhela ser madre. Una vez que es madre, considera que ésa es una función que la llena, aunque el arquetipo no está restringido a ser madre, puede tratarse de cualquier profesión en la que ayudar a los demás es parte fundamental.
Alimentar a los demás constituye otra satisfacción para una mujer Deméter. Le agrada preparar grandes comidas.
La madre afligida: susceptibilidad a deprimirse.
Cuando el arquetipo de Deméter constituye una fuerza poderosa y una mujer no puede realizarlo, tal vez padezca la característica depresión del “hueco dejado por el nido vacío”. Cuando pierde un hijo, ya sea suyo o sustituto (alumno, paciente…) más que encolerizarse tiende a hundirse en la depresión. Siente su vida carente de sentido.
PERSÉFONE: LA DONCELLA Y REINA DEL MUNDO SUBTERRÁNEO, MUJER RECEPTIVA E HIJA DE LA MADRE.
Perséfone, la diosa.
Como reina del mundo subterráneo, Perséfone es una diosa madura, que reina sobre las almas muertas, guía a los vivos que visitan el mundo subterráneo y pide para sí lo que desea.
El arquetipo.
Al contrario de Hera y Deméter, que representan patrones arquetípicos vinculados a fuertes sentimientos instintivos, Perséfone como patrón de personalidad no siente este impulso. Si es Perséfone quien proporciona la estructura de la personalidad, predispone a una mujer a no actuar, sino a dejarse actuar en función de los demás: a ser complaciente en la acción pero pasiva en su actitud.
La Koré: la doncella arquetípica.
La Koré era la “doncella sin nombre”; representa a la joven adolescente que no sabe quién es y todavía no es consciente de sus deseos y de sus propias fuerzas. La mayoría de las jóvenes atraviesan una fase de ser “la Koré” antes de casarse o de decidirse por una profesión. Otras mujeres permanecen doncellas durante toda su vida. No se comprometen con una relación, un trabajo o un objetivo de formación. Hagan lo que hagan, no parece que sea “de verdad”. Su actitud es la de la eterna adolescente, indecisa sobre quién o qué quieren ser cuando “crezcan”, a la espera de que alguien o algo transforme sus vidas.
Guía del mundo subterráneo.
Simbólicamente, el mundo subterráneo puede representar capas más profundas de la psique, un lugar en donde los recuerdos y los sentimientos han sido “enterrados” (el inconsciente personal) y en el que se encuentran las imágenes, los modelos, los instintos y los sentimientos que son arquetípicos y que la humanidad comparte (el inconsciente colectivo).
Perséfone representa la capacidad de ir y venir entre la realidad basada en el ego, o mundo “real” y el inconsciente, o realidad de la psique.
El cultivo de Perséfone.
La capacidad de ser abierta y flexible que tipifica a Perséfone ( a veces hasta la exageración), son atributos que también suelen necesitar desarrollar las mujeres tipo Deméter y Hera.
Para cultivar las cualidades de Perséfone, el primer paso es atribuir un valor positivo a la receptividad. Puede desarrollarse una actitud receptiva hacia otras personas escuchando lo que tienen que decir, intentando considerar las cosas desde su perspectiva y reteniéndose de emitir juicios críticos o prejuicios.
También puede desarrollarse una actitud receptiva hacia la propia psique. Un primer paso necesario es la benevolencia hacia una misma en vez de ser impaciente y autocrítica consigo misma, especialmente durante los periodos en los que una mujer siente que “está en barbecho”. Muchas mujeres aprenden que los periodos de barbecho pueden ser treguas que preceden al brote de actividad o creatividad, sólo después de que han aprendido a aceptarlos como una fase u no como un pecado.
Cultivar los seños suele resultar muy gratificante. El esfuerzo de recordarlos y de escribirlos cada mañana mantiene vivas las imágenes. Cuando se hace, surgen con frecuencia compresiones internas de su significado. También puede ser desarrollada la percepción extrasensorial por muchas personas.
Perséfone. La mujer.
Tiene una cualidad de juventud. De hecho puede parecer más joven de lo que es o puede que tenga algo de “infantil” en su personalidad, una especie de “cuida de mí”.
Puede ir primero en una dirección y después en otra, según “como sople el viento”.
LAS DIOSAS ALQUíMICAS.
Perséfone, la diosa.
Como reina del mundo subterráneo, Perséfone es una diosa madura, que reina sobre las almas muertas, guía a los vivos que visitan el mundo subterráneo y pide para sí lo que desea.
El arquetipo.
Al contrario de Hera y Deméter, que representan patrones arquetípicos vinculados a fuertes sentimientos instintivos, Perséfone como patrón de personalidad no siente este impulso. Si es Perséfone quien proporciona la estructura de la personalidad, predispone a una mujer a no actuar, sino a dejarse actuar en función de los demás: a ser complaciente en la acción pero pasiva en su actitud.
La Koré: la doncella arquetípica.
La Koré era la “doncella sin nombre”; representa a la joven adolescente que no sabe quién es y todavía no es consciente de sus deseos y de sus propias fuerzas. La mayoría de las jóvenes atraviesan una fase de ser “la Koré” antes de casarse o de decidirse por una profesión. Otras mujeres permanecen doncellas durante toda su vida. No se comprometen con una relación, un trabajo o un objetivo de formación. Hagan lo que hagan, no parece que sea “de verdad”. Su actitud es la de la eterna adolescente, indecisa sobre quién o qué quieren ser cuando “crezcan”, a la espera de que alguien o algo transforme sus vidas.
Guía del mundo subterráneo.
Simbólicamente, el mundo subterráneo puede representar capas más profundas de la psique, un lugar en donde los recuerdos y los sentimientos han sido “enterrados” (el inconsciente personal) y en el que se encuentran las imágenes, los modelos, los instintos y los sentimientos que son arquetípicos y que la humanidad comparte (el inconsciente colectivo).
Perséfone representa la capacidad de ir y venir entre la realidad basada en el ego, o mundo “real” y el inconsciente, o realidad de la psique.
El cultivo de Perséfone.
La capacidad de ser abierta y flexible que tipifica a Perséfone ( a veces hasta la exageración), son atributos que también suelen necesitar desarrollar las mujeres tipo Deméter y Hera.
Para cultivar las cualidades de Perséfone, el primer paso es atribuir un valor positivo a la receptividad. Puede desarrollarse una actitud receptiva hacia otras personas escuchando lo que tienen que decir, intentando considerar las cosas desde su perspectiva y reteniéndose de emitir juicios críticos o prejuicios.
También puede desarrollarse una actitud receptiva hacia la propia psique. Un primer paso necesario es la benevolencia hacia una misma en vez de ser impaciente y autocrítica consigo misma, especialmente durante los periodos en los que una mujer siente que “está en barbecho”. Muchas mujeres aprenden que los periodos de barbecho pueden ser treguas que preceden al brote de actividad o creatividad, sólo después de que han aprendido a aceptarlos como una fase u no como un pecado.
Cultivar los seños suele resultar muy gratificante. El esfuerzo de recordarlos y de escribirlos cada mañana mantiene vivas las imágenes. Cuando se hace, surgen con frecuencia compresiones internas de su significado. También puede ser desarrollada la percepción extrasensorial por muchas personas.
Perséfone. La mujer.
Tiene una cualidad de juventud. De hecho puede parecer más joven de lo que es o puede que tenga algo de “infantil” en su personalidad, una especie de “cuida de mí”.
Puede ir primero en una dirección y después en otra, según “como sople el viento”.
LAS DIOSAS ALQUíMICAS.
AFRODITA.
A Afrodita, diosa del amor y de la belleza, la sitúo en una categoría por derecho propio como la diosa alquímica, una calificación adecuada para el proceso mágico o poder de transformación que ella, por sí sola, poseía.
Debido a su belleza, muchos de los dioses pidieron su mano en matrimonio y Afrodita, a diferencia de otras diosas, fue libre de escoger.
En sus relaciones amorosas, Afrodita se emparejó con dioses masculinos del Olimpo pero también tuvo muchas relaciones con hombres mortales. En la mitología se dice que acudió en ayuda de hombres que se la imploraban.
El arquetipo.
El arquetipo de Afrodita rige el disfrute del amor, la belleza, la sexualidad y la sensualidad de las mujeres. Afrodita puede ser tan exigente como Hera y Démeter (los otros dos poderosos arquetipos instintivos). Afrodita impulsa a las mujeres a realizar las funciones creativas y procreativas.
La amante.
Cualquier mujer que se enamore de alguien que, a su vez, está enamorado de ella, es en ese momento una personificación del arquetipo de Afrodita.
Cuando Afrodita está presente como el arquetipo principal en la personalidad de una mujer, se enamora con frecuencia y facilidad. Posee un magnetismo personal que atrae a otras personas dentro de un campo cargado eróticamente, que potencia la toma de conciencia sexual.
Cuando se degrada la sensualidad y la sexualidad en las mujeres – como en las culturas judeocristiana, musulmana y otras culturas patriarcales -, la mujer que encarna a Afrodita, es considerada una prostituta.
La activación de Afrodita.
Existen dos vías a través de las cuales este arquetipo entra en la conciencia:
La primera es una espectacular iniciación en la que Afrodita emerge de repente de las aguas del inconsciente como una presencia llena de sensualidad instintiva, la segunda vía para que este arquetipo tome vida es a través de una relación.
Creatividad.
Afrodita constituye una tremenda fuerza para el cambio. A través de ella fluye la atracción, la unión, la fertilización, la incubación y el nacimiento de una nueva vida.
El cultivo de Afrodita.
Al ser el arquetipo más involucrado en la experiencia sensual o sensorial, cultivar una agudeza de percepción y una atención centrada en el aquí y ahora, invitan la presencia de Afrodita.
A Afrodita, diosa del amor y de la belleza, la sitúo en una categoría por derecho propio como la diosa alquímica, una calificación adecuada para el proceso mágico o poder de transformación que ella, por sí sola, poseía.
Debido a su belleza, muchos de los dioses pidieron su mano en matrimonio y Afrodita, a diferencia de otras diosas, fue libre de escoger.
En sus relaciones amorosas, Afrodita se emparejó con dioses masculinos del Olimpo pero también tuvo muchas relaciones con hombres mortales. En la mitología se dice que acudió en ayuda de hombres que se la imploraban.
El arquetipo.
El arquetipo de Afrodita rige el disfrute del amor, la belleza, la sexualidad y la sensualidad de las mujeres. Afrodita puede ser tan exigente como Hera y Démeter (los otros dos poderosos arquetipos instintivos). Afrodita impulsa a las mujeres a realizar las funciones creativas y procreativas.
La amante.
Cualquier mujer que se enamore de alguien que, a su vez, está enamorado de ella, es en ese momento una personificación del arquetipo de Afrodita.
Cuando Afrodita está presente como el arquetipo principal en la personalidad de una mujer, se enamora con frecuencia y facilidad. Posee un magnetismo personal que atrae a otras personas dentro de un campo cargado eróticamente, que potencia la toma de conciencia sexual.
Cuando se degrada la sensualidad y la sexualidad en las mujeres – como en las culturas judeocristiana, musulmana y otras culturas patriarcales -, la mujer que encarna a Afrodita, es considerada una prostituta.
La activación de Afrodita.
Existen dos vías a través de las cuales este arquetipo entra en la conciencia:
La primera es una espectacular iniciación en la que Afrodita emerge de repente de las aguas del inconsciente como una presencia llena de sensualidad instintiva, la segunda vía para que este arquetipo tome vida es a través de una relación.
Creatividad.
Afrodita constituye una tremenda fuerza para el cambio. A través de ella fluye la atracción, la unión, la fertilización, la incubación y el nacimiento de una nueva vida.
El cultivo de Afrodita.
Al ser el arquetipo más involucrado en la experiencia sensual o sensorial, cultivar una agudeza de percepción y una atención centrada en el aquí y ahora, invitan la presencia de Afrodita.
Resumen realizado por: Karin Vanek Lemus.
jueves, 10 de agosto de 2017
LA CULTURA DEL ENVEJECIMIENTO La Cultura del Envejecimiento Por: César Prince
La Cultura del Envejecimiento
Por: César Prince
"El Síndrome de Dorian Gray se aplica a un
conjunto de síntomas de origen sociocultural que se caracteriza por la
preocupación excesiva de muchos individuos con su apariencia
persona distorsionada (dismorfofobia). La última se refiere al miedo
extremo de sufrir deformidad fisica alguna. Acompañado por dificultades en
la conformidad con el proceso del envejecimiento natural, y de aceptar asimismo,
las demandas del desarrollo que resultan en la madurez
emocional. FEFL en El Síndrome de Dorian Gray y el Trastorno
Dismórfico Corporal (TDC).Las transformaciones físicas y vitales que se
producen a lo largo de los años pueden asumirse con naturalidad y sin angustia.
Sin embargo, se observar cómo a lo largo de la vida los
cambios en nuestra forma de ser se producen sin apenas darnos cuenta.
Modificamos el carácter como reacción a determinados acontecimientos
y no como resultado de una planificación voluntaria. Se vive, pero
se revisa poco la vida, tal vez llevados por la creencia errónea de que
la personalidad no cambia. "Uno o una es así, y así es",
suele decirse. Sin embargo, se puede cambiar para mejorar uno mismo y para
mejorar las relaciones con los otros. En definitiva, se pueden revisar los
patrones de conducta y conformar el carácter más cercano al gusto propio.
Además, se quiera o no, en el propio
crecimiento personal aparecen necesidades que antes no
existían, y esto impulsa a la persona a efectuar modificaciones en su
manera de vivir. Esta necesidad se conoce como crisis , una idea a
la que se le asigna de manera habitual un significado negativo porque define
una fase en la que la persona experimenta un nivel de
angustia mayor de lo normal.
Para superarlo, y asumirlo, hay que entender que el
cambio corporal, emocional y actitudinal es natural, y también lo son
la incertidumbre y el miedo que trae consigo, porque implican el paso de un
estado conocido a otro desconocido, de unos hábitos a otros.
Es por ello que se hace necesario comenzar a
entender que somos seres que evolucionamos y trascendemos desde lo físico
y espiritual, desde el pensamiento hasta las acciones que a diario tomamos. No
aceptar nuestro ocaso es negar nuestra vida, es preciso desarrollar la cultura
del envejecimiento.
Una buena noticia para las personas que temen envejecer
en los últimos años se ha generado una serie de investigaciones
desde la neurociencia, cuyos aportes dan un gran sentido a la cultura de
envejecer, y nos acerca a la estructura del desarrollo cerebral el
cual constituye un proceso extraordinariamente complejo, guiado en gran medida
por la expresión ordenada en el tiempo de una enorme cantidad de genes, lo que
se traduce en la posibilidad de seguir experimentando a pesar de los años
o edad avanzada de las personas un alto nivel de aprendizaje y
disposición para seguir experimentando actividades que eran consideradas
propias de los jóvenes.
Estamos hablando de Plasticidad Neuronal o
Cerebral, y podemos entenderla como la capacidad de:
· Las áreas cerebrales de grupos
neuronales de responder funcional y neurológicamente en el sentido de suplir
las deficiencias funcionales correspondientes a una lesión
· La
capacidad de las neuronas de asumir el papel de otra que esté
lesionada
- · Reorganización
sináptica y la posibilidad de crecimiento de nuevas sinapsis a partir
de una neurona o varias neuronas dañadas.
El término plasticidad cerebral expresa la capacidad
adaptativa del sistema nervioso para minimizar los efectos de las lesiones a
través de modificar su propia organización estructural y funcional.
En este sentido, La Organización Mundial de la Salud
(1982) define el término neuroplasticidad como la capacidad de las células del
sistema nervioso para regenerarse anatómica y funcionalmente, después de estar
sujetas a influencias patológicas ambientales o del desarrollo, incluyendo
traumatismos y enfermedades.
La plasticidad cerebral es la adaptación funcional del
sistema nervioso central para minimizar los efectos de las alteraciones
estructurales o fisiológicas, sin importar la causa originaria. Ello es posible
gracias a la capacidad que tiene el sistema nervioso para experimentar cambios
estructurales - funcionales detonados por influencias endógenas o exógenas, las
cuales pueden ocurrir en cualquier momento de la vida.
La plasticidad cerebral es la adaptación funcional del
sistema nervioso central para minimizar los efectos de las alteraciones
estructurales o fisiológicas, sin importar la causa originaria. Ello es posible
gracias a la capacidad que tiene el sistema nervioso para experimentar cambios
estructurales - funcionales detonados por influencias endógenas o exógenas, las
cuales pueden ocurrir en cualquier momento de la vida.
Algunos estudios recientes en el campo de la neurociencia
señalan que los patrones de plasticidad son diferentes dependiendo de la
edad y, realmente, todavía queda mucho por descubrir acerca de la interacción
entre el tipo de actividad inductora de la plasticidad y la edad del sujeto.
Sin embargo, sabemos que la actividad intelectual y mental induce la
plasticidad cerebral cuando se aplica tanto a personas mayores sanas como cuando
se aplica a ancianos con alguna enfermedad neurodegenerativa.
La plasticidad cerebral también se refiere a la capacidad
del sistema nervioso para cambiar su estructura y su funcionamiento a lo largo
de su vida, como reacción a la diversidad del entorno. Aunque este término se
utiliza hoy día en psicología y neurociencia, no es fácil de definir. Se
utiliza para referirse a la los cambios que se dan a diferentes niveles en el
sistema nervioso: Estructuras moleculares, cambios en la expresión genética y
comportamiento.”
La neuroplasticidad permite a las neuronas regenerarse
tanto anatómica como funcionalmente y formar nuevas conexiones
sinápticas.
La plasticidad neuronal representa la facultad del
cerebro para recuperarse y reestructurarse. Este potencial adaptativo del
sistema nervioso permite al cerebro reponerse a trastornos o lesiones, y
puede reducir los efectos de alteraciones estructurales producidas por
patologías como la esclerosis múltiple, Parkinson, deterioro cognitivo,
enfermedad de Alzheimer, dislexia, TDAH, insomnio de adultos, insomnio
infantil. …
En conclusión la cultura del envejecimiento
constituye un factor de gran valor para alcanzar una vida plena y de
calidad, pues significa asumir cada etapa de nuestras vidas con alegría y
una actitud positiva que permita vivir cada espacio de nuestra existencia, con
dignidad y aceptación de nuestro proceso de envejecimiento, dando vida y fuerza
a todos aquellos proyectos que dejamos por hacer, si quieres aprender a tocar
un instrumento musical, escribir un libro, cantar, bailar, pintar, estudiar una
carrera, hacer un postgrado, concluir aquello que dejamos abierto,
iniciar actividades deportivas, si estás solo o sola, volver a
enamorarse también constituye una opción.
lunes, 26 de junio de 2017
Los huesos también se comunican con el cerebro
Los huesos también se comunican con el cerebro
26 Junio, 2017
Además de proporcionar apoyo estructural a nuestro cuerpo, nuestros huesos también hablan. Producen hormonas que hablan con otros órganos y tejidos, incluyendo el cerebro, los riñones y el páncreas, según ha demostrado un experimento con ratones.
Al menos tres hormonas óseas actúan como mensajeras, según estudios recientes, y podría haber más. Los científicos apenas han empezado a descifrar lo que significa este tipo de mensajería para la salud, pero la catalogación e investigación de estas hormonas nos ayudará a comprender mejor cómo el cuerpo regula el azúcar, la energía y la grasa, entre otras cosas.
De la lista de hormonas mensajeras de los huesos, osteocalcina, esclerostina y lipocalina 2, esta última llama especialmente la atención. Esta hormona secretada por las células óseas puede suprimir el apetito, según determinó un estudio del Centro Médico de la Universidad de Columbia (EE. UU.) y publicado en la revista Nature.
Los científicos pensaban que las células de grasa eran las responsables de la producción de lipocalina 2, o LCN2. pero en los ratones vieron que los huesos producían hasta 10 veces más de esta hormona que las células de grasa, sobre todo, después de una comida. “Es un nuevo papel para el hueso como un órgano endocrino”, afirma Stavroula Kousteni, líder de dicho estudio.
Los huesos se reinventan constantemente a través de la remodelación intensiva de energía. Las células conocidas como osteoblastos (células del hueso encargadas de sintetizar la matriz ósea) producen hueso nuevo; otras células, los osteoclastos, destruyen hueso viejo. Con este cambio, “el esqueleto debe tener un mecanismo de ajuste muy delicado que permita que todo el cuerpo esté en sincronía con lo que está sucediendo a nivel del esqueleto”, comenta Clifford Rosen, del Center for Molecular Medicine en Scarborough (Reino Unido). Y es que los osteoblastos y los osteoclastos envían hormonas para cumplir sus órdenes
Los datos más recientes sobre roedores indican que la osteocalcina puede desempeñar un papel clave en el metabolismo energético. Después de una inyección de la hormona, los ratones más mayores podían correr igual de lejos que los jóvenes. Los ratones viejos que no recibieron un aumento de osteocalcina corrieron alrededor de la mitad de distancia, según otro trabajo de los mismos investigadores publicado en Cell Metabolism. A medida que la hormona aumenta la resistencia, ayuda a los músculos a absorber más nutrientes. A cambio, los músculos se comunican con los huesos, diciéndoles que produzcan más osteocalcina.
Aún queda mucho por investigar, pero está claro que, en los últimos años, los estudios han demostrado que el hueso es un órgano endocrino y produce hormonas que afectan al desarrollo del cerebro, el equilibrio de la glucosa, la función renal y la fertilidad masculina.¿Con qué nuevos enfoques nos sorprenderá nuestro esqueleto?
“La era del hueso como espectador silencioso ha terminado”, sentencia Rosen.
Fuente Tomada de Muy interesante
lunes, 19 de junio de 2017
ARTRITIS REUMATOIDE
8 Junio, 2017
ARTRITIS REUMATOIDE
La artritis reumatoide, según la OMS, es una enfermedad sistémica (ataca a más
de un órgano o tejido) autoinmune (respuesta exagerada del sistema inmunológico),
caracterizada por una inflamación de las articulaciones que ocasiona su
destrucción progresiva, con distintos grados de deformidad e incapacidad funcional.
Según la medicina alopática es de larga duración o crónica (más de 6 meses)
y su curación no puede preverse.
La Solución Biológica que da el organismo es cambiar de forma para absorber
el impacto y volverse más flexible: “Me deformo para someterme a una
fuerza externa”.El SÍNTOMA afecta al sistema osteoarticular en las articulaciones
del hueso por lo que el tejido afectado corresponde a la capa germinativa del
Mesodermo Nuevo. Los órganos y tejidos de esta capa reflejan conflictos de
desvalorización, con creencias de ¨no ser apto”, o de “tener que hacer algo
que no quiero”. La connotación de esta enfermedad es también de vivir el
conflicto con ira y rabia (el sufijo¨ itis¨ indica “inflamación” y la inflamación
indica ira o rabia).
El Sentido Biológico de esta enfermedad corresponde al tejido óseo afectado
proveniente del Mesodermo Nuevo, y se encuentra al final de la fase PCL-B,
en la fase de cicatrización, cuando el tejido es más fuerte que antes.
En la fase de CONFLICTO ACTIVO los ligamentos, cartílagos y tendones
pierden proteínas, reducen su masa, deformándose y no se suelen presentar síntomas.
Es en la fase de REPARACIÓN PCL-A cuando aparecen los síntomas de
fatiga, inflamación y dolor articular por la distensión de los tejidos. En esta
fase aparece la artritis, de modo que con el dolor podemos desvalorizarnos
de nuevo surgiendo una reciciva, un bucle que produce la cronicidad
del conflicto
Los factores que impiden el paso a PCL-B en la enfermedad autoinmune o
crónica son los engramas, con las pistas que se relacionan con .el, las recaídas
del conflicto cuando se vuelve a vivir la misma experiencia y la presencia
del “síndrome” tal como lo menciona el Doc. Hamer: Un conflicto en fase
PCL superpuesto a otro conflicto en fase activa de existencia, refugiado,
sobrevivir, puede impedir la curación y causar complicaciones.
COMO PUEDE REACTIVARSE EL SÍNTOMA.
Cuando se ha vivido un impacto emocional
nuestro Sistema Nervioso grava toda la
información visual, auditiva y cenestésica del
entorno, de tal manera que todos los componentes
sensoriales que rodean la situación desencadenante
están involucradas sustancialmente en el conflicto.
Así, cada elemento del engrama es una pista o ancla que puede activar el
conflicto en cualquier momento.
El callo óseo y cicatrización de la articulación que se deformó en la fase
activa del conflicto provoca un deterioro funcional debido a las repeticiones
cíclicas de ese conflicto.
PARA LLEGAR A LA FASE CICATRICIAL CON NORMALIZACIÓN
DE LA FUNCIÓN debe haber un APRENDIZAJE O TOMA DE
CONCIENCIA EN LA QUE YA NO SE DA EL CONFLICTO
Escrito por:
Heridas emocionales y su accion sobre la Fibromialgia...Es mi caso
16 Junio, 2017
Heridas emocionales
Los conflictos que vivimos en la infancia predicen cómo será nuestra calidad de
vida cuando seamos adultos. Estos problemas influyen en nuestras actuaciones y
en cómo se afrontan las adversidades.
Podemos hablar de cinco heridas emocionales o experiencias dolorosas de
la infancia que han contribuido a formar una parte de nuestra personalidad.
Estas heridas son:
1- El miedo al abandono
La soledad es el peor enemigo de quien vivió el abandono en su infancia. La persona
abandonada vive constantemente esa carencia y está en vigilancia permanente, lo
que provoca una reacción de abandono en casi todo lo que comienza o emprende.
El miedo a ser abandonad@ provoca un salvoconducto falso en su vida, algo así como:
“te dejo antes de que tú me dejes a mí”, “nadie me apoya, no puedo soportarlo”,
“si te vas, no vuelvas”.
La forma de sanar este sentimiento es
trabajar el miedo a la soledad, al temor
a ser rechazad@ y las barreras al contacto
físico.
La herida causada por el abandono no es
fácil de curar. Persiste tenazmente en el ser
humano y la única forma de aplacarlo es
cuando sientes que el temor a la soledad
va desapareciendo y comienza un diálogo interior positivo y esperanzador. Es
un darse cuenta constante de todos los apoyos que se reciben del exterior y un
agradecimiento interno.
2- El miedo al rechazo
Es una herida muy profunda, pues implica el rechazo a nosotros mismos, a lo que
somos, a nuestro interior. Es decir, a nuestras vivencias, pensamientos y sentimientos.
El rechazo de los progenitores, de la familia o de los iguales son los factores que
provocan su aparición. Esta herida genera pensamientos de rechazo, de no ser
deseado y de descalificación hacia uno mismo.
El miedo a ser rechazado, provoca en la persona que lo padece un sentimiento
de falta de afecto, de comprensión y para no conectar con ello, se aísla en su
vacío interior. Son personas huidizas y para sanar este sentimiento se deben
trabajar los temores, miedos internos y las situaciones que nos generan pánico.
Si te sientes identificado con este sentimiento, es necesario que te ocupes de tu
lugar, de arriesgar y de tomar decisiones por ti mismo. Cada vez te importará
menos que los demás se olviden de ti en algún momento o que la gente se aleje.
3- La humillación
La humillación se genera cuando recibimos mensajes en la infancia como qué
torpes eres, eres malo o pesado, comentan nuestros problemas a los demás
invadiendo nuestra intimidad, consiguiendo destruir nuestra autoestima infantil.
Esta herida nace cuando sentimos la desaprobación del otro y la crítica.
El tipo de personalidad que se genera, normalmente, es una personalidad
dependiente. Además, estas personas pueden haber aprendido a ser tiranos y
egoístas como mecanismo de defensa, e incluso a humillar a los demás como
escudo protector.
Sufrir este tipo de experiencias requiere trabajar la independencia, la
comprensión de nuestras necesidades y temores, así como nuestras prioridades.
4- La traición o el miedo a confiar
El resultado de haber soportado estas situaciones en la infancia crea personas
controladoras, que quieren tenerlo todo atado y reatado. Es probable que sientan
la necesidad de ejercer cierto control sobre los demás. Son personas con carácter
fuerte.Esta herida surge cuando el niño se ha sentido traicionado, frecuentemente,
por alguno de sus padres, no cumpliendo sus promesas. Este comportamiento
ha generado desconfianza en el niño que se puede transformar en envidia o en
otros sentimientos negativos, por no sentirse merecedor de lo prometido y de lo
que otros tienen.
Es conveniente trabajar la paciencia, la tolerancia y el saber vivir, así como
aprender a estar solo y a delegar responsabilidades.
5- La injusticia
Con unos progenitores o cuidadores fríos y autoritarios donde al niño se le exige
mucho generará sentimientos de ineficacia y de inutilidad.
La rigidez es una consecuencia directa en la conducta de quien lo padece. Estas
personas tratan de ser importantes y obtener un gran poder. Probablemente sean f
anáticos del orden y del perfeccionismo y sean incapaces de tomar decisiones
con seguridad.
Es necesario trabajar la desconfianza, la rigidez mental para generar la mayor
flexibilidad posible y poder confiar en los demás.
¿Te identificas con alguna de ellas? Pues es el momento de empezar a trabajar.
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