¿Por qué elegí esta ilustración?

Ilustracion: Georges de La Tour Magdalena Penitente 1625-1650 Metropolitan Museum Nueva York

¿Por qué elegi esta ilustración?

Una habitación a oscuras, una única fuente de luz, una gran figura que llena todo el cuadro. Una mujer sentada. Aún es joven, ni su rostro que apenas vemos, ni su cuello y escote, ni sus manos delatan todavía la huella destructiva del tiempo. Solo tres colores, los más antiguos, los que han acompañado a los humanos desde la remota prehistoria: el blanco, la luz, el rojo, la vida, el negro, la muerte.
Georges de La Tour (1593 – 1652), pintor lorenés, hijo de un albañil, casado con una mujer de la nobleza, con ínfulas de noble y odioso a sus vecinos, famosísimo en vida. Habitante del terrible siglo XVII, en una tierra disputada entre el Imperio y el rey de Francia. Georges de La Tour no existía, de su producción de casi quinientos cuadros, quedaron veintitrés originales. Georges de La Tour volverá existir a partir de 1932, cuando la Europa del siglo XX, que ya olvidaba lo que era la oscuridad pronto conocerá las tinieblas.
Los cuadros de Georges de La Tour no tienen título, es decir su título original se ha perdido y el que tienen es posterior al redescubrimiento del pintor. Volvamos al cuadro. ¿Esta mujer es María Magdalena? María Magdalena, santa muy popular en la Edad Media, fue un motivo muy repetido desde el Renacimiento, pues en un cuadro de temática religiosa es posible pintar a una hermosa mujer, poder exhibir ricos ropajes, desnudez femenina sin que hubiera censura. Magdalena a partir del Renacimiento es casi siempre rubia, de larga y rizada cabellera. Incluso o sobre todo, cuando de trata de Magdalena penitente, es posible apreciar la sensualidad del personaje. María Magdalena siempre fue una santa incómoda, ambigua, turbadora. No era virgen, no era esposa, no era madre, pero es una de las valientes mujeres que asiste a la Crucifixión y el primer testigo de la Resurrección. La Iglesia no tuvo más remedio que tolerarla.
Magdalena está sola en una habitación despojada como una celda, mira hacia el espejo aunque no vemos su reflejo ¿se ve ella misma? Quizá se mira por última vez. Quizá nunca más volverá a ver su rostro iluminado intensamente por la única fuente luz, ese candelabro con esa vela lujosa de cera, en ese espejo de marco tallado. Ha dejado el collar de perlas sobre la mesa, las perlas que en el siglo XVII indican liviandad, se asocian con las cortesanas y la prostitución. En el suelo hay otras joyas. Magdalena se está despidiendo, en silencio, en soledad absoluta. Pero Magdalena aún es quien ha sido, la mujer que ha conocido el placer y la libertad. Aún calza lujosamente y su falda roja como los zapatos es de rico tejido. Ese color rojo que lleva siglos tiñendo los vestidos de novia, los vestidos de fiesta, los vestidos de las prostitutas. Es cierto que lleva una sencilla camisa, la camisa es esa época una prenda interior, pero su larga melena, no rubia ni rizada, sino oscura y lisa, está cepillada como la de una dama de la época Heian. Y en otras o posterioresversiones, Magdalena, que ya ha renunciado, que ya no se ilumina con velas sino con candiles de aceite, que ya es penitente, mantendrá esa lisa y perfecta cabellera de dama japonesa.
Un universo casi monócromo, una austeridad total, habitaciones despojadas, personas humildes, nada bellas, unos volúmenes geométricos, incluso en los rostros. El ser humano solo, ante sí mismo, a la luz de una vela, de un candil, de una llama. En nuestro mundo de hoy hace mucho que perdimos la oscuridad. No podemos imaginar lo que es vivir solo a la luz de día, que luminarias como candiles, velas, antorchas, solo eran algo para hacer el tránsito a la noche, a la oscuridad total. Dije más arriba que cuando se redescubrió a Georges de La Tour en 1932 Europa estaba a punto de recordar las tinieblas. No las tinieblas metafóricas de vivir una era de guerra como la que vivió el pintor, sino las reales. Durante los años de la Segunda Guerra Mundial la mayoría de las ciudades europeas bajo la amenaza de la destrucción de los bombardeos aéreos, volvieron a ser lo que habían sido durante siglos: lugares de oscuridad, incertidumbre y miedo.
Magdalena, seria, sola en esa habitación desnuda, con los restos de su pasado, con el espejo que el que no se volverá a mirar, rozando con sus dedos el cráneo amarillento de frente huidiza que tiene en el regazo pero al que no mira todavía. Magdalena es la imagen de la melancolía, muy parecida a la deDomenico Fetti, contemporánea suya. La melancolía de quien sabe que no volverá a haber amores, ni fiestas, ni alegría, ni belleza, porque todo es pasajero. Cuando Magdalena apague esa vela y se haga la oscuridad total en la habitación para el sueño de la noche, ese sueño será el hermano de la muerte que están acariciando sus dedos.

martes, 23 de febrero de 2016

El Hombre y la Mujer, reflejo del amor de Dios La maternidad en ‘La Piedad’ y en la mujer desfigurada por el ácido

21 FEBRERO 2016

La Piedad y la mujer desfigurada
La Piedad Y La Mujer Desfigurada
Por: Víctor Fernández
El arte es el resultado de la fuerza creativa del ser humano, que impele a expresar nuestros sentimientos más profundos para compartirlos con la mayor intensidad de que somos capaces. A Dios podemos considerarlo como el más grande artista en cuanto es creador de todo lo existente, cuando admiramos la belleza de la naturaleza y nos reconocemos a nosotros mismos a través de la observación del mundo que nos rodea. Por tanto, la mayor obra de arte que podemos contemplar es el hombre mismo, ya que es el culmen de la obra de Dios, hecho a imagen suya:
“Dios creó al Hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó, macho y hembra los creó” (Gen 1,27).
Dios ha creado al hombre y la mujer con un valor único e incalculable. Cada alma tiene un valor infinito para Él y por ello nos ha hecho partícipe de su belleza. Una belleza que no radica en un canon estético comercial o sensual de la época en la que vivimos, sino que va más allá cuando es capaz de suscitar en nosotros sentimientos de grandeza, de identidad con Dios, de amor y misericordia.
Hay una foto profundamente conmovedora: Una joven madre besando a su hija de pocos años. En un primer vistazo impacta el hecho de ver sus caras completamente desfiguradas por el ácido con el que fueron atacadas.
Ante este tipo de imagen tenemos dos tipos de actitudes que podemos tomar: apartar la mirada y quedarnos en una repulsión superficial, por el acto horrible que les provocó tanto dolor así como por los resultados del mismo; o fijarnos en ellas, empatizar e intentar adoptar esa misma mirada que tienen la una por la otra, limpiar nuestros ojos y admirar –sí, digo bien: admirar– todo lo que nos transmite.
Esa mujer y esa niña nos interpelan en lo más profundo y si las dejamos, suscitarán en nuestro corazón ternura, amor y misericordia, pudiendo ver la belleza del ser humano en toda su pureza, la belleza del amor que se sobrepone al sufrimiento, la belleza innata e infinita de todo ser humano desde su concepción hasta su muerte, sin encorsetarlo en cánones ni prejuicios.
La misericordia de Dios se extiende a pesar del mal que acecha al mundo, lo sana, lo recupera, lo inunda y lo transforma. Aún en la mayor oscuridad del mal en corazón humano la misericordia puede brillar: ese amor de madre e hija, que representa también el amor de Cristo sufriente por la humanidad entera.
Se puede encontrar la redención a través de la belleza, dejándose inundar por la misericordia. Si aprendemos a mirar con los ojos de Dios, con los ojos del amor y la misericordia, con los ojos del milagro, podremos admirar en este beso tanta belleza como en ‘La Piedad’ esculpida por Miguel Ángel.

El padre Rupnik explica el sentido de la misericordia en la vida cotidiana El teológo jesuita ha predicado en el Jubileo de la Curia Romana y las instituciones de la Santa Sede, recordando que la Iglesia se diferencia por una forma de estructurarse, gobernar, dirigir y gestionar que es comunión

22 FEBRERO 2016 

Logo of Jubilee of Mercy
ZENIT - Photo HSM
Una Iglesia libre, disponible, generosa y que se abre. Así es la Iglesia definida por el padre Marko Ivan Rupnik, teólogo jesuita, director del Centro Aletti, durante la meditación que realizó esta mañana en el Aula Pablo VI del Vaticano, con ocasión del Jubileo de la Curia Romana y los trabajadores de la Santa Sede.
La predicación, en la que también estuvo presente el papa Francisco, abordó el sentido de la misericordia en la vida cotidiana. De este modo, recordó que nuestra fe es “acogida de una vida” y esta es la tarea de la Iglesia: “manifestar de qué gracia, de qué bondad hemos sido destinatarios”. Es decir, hacer ver al mundo qué ha hecho Dios en nosotros, caminando “a través de la humanidad”.
Asimismo, explicó que de alguna manera, no la Curia Romana, sino cualquier Curia, corre el riesgo de la tentación de adquirir un carácter un poco para-estatal, para-imperial, como en el pasado. “Y esta una tentación tremenda: porque esto pone en el corazón la función, la estructura, la institución, el individuo ‘que es en función de…’”, advirtió.  
Por esta razón, el padre Rupnik aseguró que sería un “escándalo” hacer ver al mundo que vivimos el cristianismo como una realidad individual. La Iglesia se diferencia por “una forma de estructurarse, de gobernar, de dirigir, de gestionar” que es comunión, que es inclusión.
La gente se pondrá en camino con una Iglesia que dentro de sus gestos y sus palabras haga “emerger a otro, el Hijo y, todavía más, al Padre”. Así, el hombre –precisó– se podrá convertir en “lugar de la vida, como comunión y misericordia”.
Por otro lado, subrayó que la misión de la Iglesia es “cubrir la distancia entre nosotros y nuestro hombre contemporáneo, herido como nosotros, que sufre como nosotros, probado como nosotros: cuanto más probado seamos como todos los hombres, más seremos misericordiosos, porque esto es el sacerdocio de Cristo. Ha sido probado en todo su ser sacerdote misericordioso. Y así, implicaremos a las personas en un deseo de vida nueva”.
También explicó que el Señor es “el único que puede cubrir la distancia que separa al hombre perdido, pecador, muerto, del Dios viviente”.
El hombre por sí solo no puede hacerlo: tal capacidad de Dios de “alcanzarnos” es la misma identidad de Dios “hacia nosotros y hacia la Creación, es decir la misericordia”.

domingo, 21 de febrero de 2016

Si en lugar de soñar, durante la fase MOR (movimiento ocular rápido), se mueve de un lado a otro, se impacienta e inquieta hasta el punto de sufrir de insomnio crónico, usted, sin saberlo, ha comenzado a reducir su capacidad de hacer frente al estrés emocional, lo que aumenta el riesgo de depresión o ansiedad crónicas.

Dormir mal nos pone tristes

Un estudio sugiere que el estrés emocional aumenta cuando hay insomnio crónico en la fase donde se supone deberíamos estar soñando. Otras investigaciones concluyen que cuando se alteran los hábitos de sueño rutinarios, aumenta el riesgo de diabetes y de enfermedades cardiacas.

por AGENCIAS  |  imagen: SHUTTERSTOCK | JUEVES 18 DE FEBRERO DE 2016

Si en lugar de soñar, durante la fase  MOR  (movimiento ocular rápido),  se mueve de un lado a otro, se impacienta e inquieta hasta el punto de sufrir de insomnio crónico, usted, sin saberlo, ha comenzado a reducir su capacidad de hacer frente al estrés emocional, lo que aumenta el riesgo de depresión o ansiedad crónicas.

Esa imposibilidad, además, es acumulativa.  Rick Wassing, candidato doctoral en el Departamento de Sueño y Cognición del Instituto de Neurociencia de los Países Bajos, en Ámsterdam, refiere que los hallazgos actuales indican que con el tiempo esa reserva lleva finalmente a un "círculo vicioso": padece de un estado de activación demasiado alto, sufre de insomnio, lo que fomenta el malestar emocional, lo que a su vez propicia la ansiedad  y el insomnio continuo.

"Estudios anteriores han apuntado a la fase MOR del sueño como la  responsable de la regulación de las emociones", señaló Wassing. "Cuando la fase MOR está empezando,las hormonas clave de la activación (arousal), como la serotonina, la adrenalina y la dopamina, están inactivas. Esto podría indicar que cuando se duerme bien en la fase MOR el impacto emocional de los recuerdos se procesa y resuelve adecuadamente".

Una consideración similar hace Daniel Hernández Gordillo, de la Clínica del Sueño de Jalisco, México. El experto señala  que hay una relación directa entre  dormir mal y estar tristes. "Cuando nuestro sueño es continuo, ininterrumpido y sano en las diversas fases del descanso se liberan hormonas como el cortisol que ayudan a controlar el estrés durante el día. En los pacientes deprimidos esta sustancia está baja", explicó.

Según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Estados Unidos dormir conlleva entrar en fases diferentes, lo que de forma amplia es el paso del sueño ligero, al sueño profundo y al sueño MOR. Este ciclo se repite varias veces a lo largo de la noche.

La última fase, MOR, se caracteriza por una respiración rápida y superficial, un movimiento ocular rápido, y un aumento de la frecuencia cardiaca y la presión arterial. También da lugar a los sueños. Los expertos creen que la fase MOR activa los centros cerebrales que son fundamentales para el aprendizaje, y podría ser vital para el desarrollo saludable del cerebro de los niños.

Para explorar la importancia de dormir bien en la fase MOR, tomando en cuenta los aspectos emocionales, los investigadores holandeses realizaron un estudio en dos partes.

La primera parte consistía en que  1,200 participantes (con un promedio de 52 años de edad), inscritos en el Registro Holandés del Sueño,  respondieran un cuestionario. Pidieron a todos que hicieran un autorreporte sobre la gravedad de su insomnio, además de su malestar emocional, su nivel de activación y/o los pensamientos perturbadores que tenían por las noches.

En la segunda parte contaron con el aporte de 19 mujeres y 13 hombres (con un promedio de edad de casi 36 años). La mitad de este grupo no presentaba problemas previos para dormir y la otra mitad sí sufría de insomnio.

Durante 2 noches durmieron monitoreados en un laboratorio. En un electroencefalograma se registró la actividad de las ondas eléctricas cerebrales, con el fin de identificar las fases del sueño. Todos rellenaron un formulario sobre sus propias experiencias con los pensamientos perturbadores que tenían por las noches.

El resultado: después de comparar los registros de la actividad cerebral con los informes de malestar por la noche experimentados por las personas de ambos grupos, los investigadores concluyeron que cuanto más alterado estuviera el sueño en la fase MOR, más problemas sufrían los participantes para dejar de lado el malestar emocional.

A su vez, a medida que el malestar aumentaba, también lo hacía el nivel de activación, lo que hizo que fuera cada vez más difícil descansar al dormir por la noche.

"La posible solución sería estabilizar el sueño MOR", dijo Wassing. Pero, añadió, "investigaciones futuras deben indagar en si esto es cierto y si la terapia cognitivo-conductualpuede ser útil".

Janis Anderson, profesora asociada de psicología en el Hospital Brigham and Women's de Boston, sugirió que ambas cosas todavía deben aclararse.
"Las complejas interrelaciones entre el sueño y el estado de ánimo, incluyendo los problemas clínicos en el estado de ánimo, como una depresión mayor y un trastorno bipolar, se conocen bien", señaló. "Esta sigue siendo un área importante de investigación, pero también es un área en la que las sugerencias especulativas dadas a los pacientes pueden dejar atrás rápidamente a las evidencias".

Siga un horario rutinario
Otras investigaciones apuntan a la importancia de seguir rutinas, cuando se trata del sueño. Despertarse temprano en los días de trabajo y dormir más en los días libres quizá no sea tan reparador como se cree: un estudio nuevo sugiere que cuando se alteran los hábitos de sueño rutinarios, aumenta el riesgo de diabetes y de enfermedades cardiacas.

El estudio incluyó a 447 hombres y mujeres, de 30 a 54 años de edad, que trabajaban al menos 25 horas a la semana fuera de casa. Cada uno de ellos llevó una muñequera que registró su sueño y sus movimientos 24 horas al día durante una semana. Se usaron formularios para evaluar el ejercicio que hicieron y sus hábitos alimentarios.

Casi 85 % de los participantes durmió más tiempo en sus días libres que en los laborables, observaron los investigadores. El resto se levantó antes en sus días libres que en los que trabajaban.

Cuando había una gran diferencia entre lo que dormían en los días que trabajaban y en los días libres, esas personas tendían a tener unos peores niveles de colesterol y de insulina en ayunas, una mayor resistencia a la insulina, un tamaño de la cintura mayor y un índice de masa corporal (IMC) mayor, según los hallazgos. El IMC es un estimado de la grasa corporal basada en la estatura y el peso.

Este vínculo entre lo que los investigadores llamaron el "jetlag social" y los factores de riesgo para la salud se mantuvo incluso después de que tomaran en cuenta otras medidas del sueño y conductas del estilo de vida, como la actividad física y la ingesta de calorías. Los hallazgos del estudio se publicaron en la revista Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.

"El jetlag social se refiere a la disparidad entre el ritmo circadiano biológico [el reloj corporal] de un individuo y los horarios de sueño impuestos socialmente. Otros investigadores han hallado que el jetlag social está relacionado con la obesidad y algunos indicadores de la función cardiovascular", comentó la autora del estudio, Patricia Wong, de la Universidad de Pittsburgh, en un comunicado de prensa de la Sociedad Endocrina (Endocrine Society).

"Pero este es el primer estudio que se extiende a partir de esos trabajos, y muestra que incluso entre los adultos conun buen estado de salud, que trabajan y cuyos horarios de sueño no sufren cambios tan extremos, el jetlag social puede contribuir a que tengan problemas metabólicos", indicó Wong.

"Estos cambios metabólicos pueden contribuir a la obesidad, la diabetes y a las enfermedades cardiovasculares", explicó.

Pero la asociación observada en este estudio no demuestra una relación directa de causa y efecto entre los hábitos inconsistentes de sueño y la aparición de estas enfermedades.

"Si se replica lo que hemos observado aquí en futuros estudios, entonces quizá tengamos que pensar como sociedad en el modo en que el trabajo moderno y las obligaciones sociales están afectando a nuestro sueño y nuestra salud", dijo Wong.

"Podría ser beneficioso que las intervenciones clínicas se centren en los problemas circadianos, en una educación en el lugar de trabajo que ayude a los empleados y a sus familias a tomar decisiones informadas sobre la estructuración de sus horarios, y en políticas que animen a las empresas a pensar en estos asuntos", concluyó Wong.

jueves, 18 de febrero de 2016

Hoy se celebra el día Internacional del Síndrome de Asperger

Día mundial del Síndrome de Asperger
Día mundial del Síndrome de Asperger
Esta fecha fue decretada por la Organización Mundial de la Salud en 2007, en recuerdo del nacimiento del psiquiatra austriaco Hans Asperger, quien descubrió la condición que lleva su nombre

Este jueves 18 de febrero se celebra en todo el mundo el día internacional del Asperger, patología que se encuentra dentro de los Trastornos del Espectro Autista y que se caracteriza por el déficit de herramientas sociales que presentan los individuos para interactuar con otras personas. 
Esta fecha fue decretada por la Organización Mundial de la Salud en 2007, en recuerdo del nacimiento del psiquiatra austriaco Hans Asperger, quien descubrió la condición que lleva su nombre.
Desde el decreto en 2007, el síndrome ha obtenido más reconocimiento en la sociedad y, a su vez, ha colaborado para que las personas con esta patología no sean intimidadas por la falta de empatía, entre otros aspectos, que presentan a la hora de interactuar. 
En Venezuela, el término comenzó a conocerse desde 2010, gracias a la novela escrita por Leonardo Padrón La Mujer Perfecta, protagonizada por la fallecida Mónica Spear, que encarnaba a una joven con Síndrome de Asperger. Su papel fue alabado no solo por los televidentes, sino por las personas con esta condición.
En el país hay fundaciones destinadas a ayudar y brindar apoyo a personas con Aspeger, entre ellas  se encuentra: La Sociedad Venezolana Para Niños y Adultos Autistas (Sovenia) y la Fundación Asperger de Venezuela (Fundasperven), esta última es la primera fundación creada exclusivamente para las personas con Síndrome de Asperger hace pocos años y  aún no cuenta con un sede oficial debido a la falta de recursos económicos. 

miércoles, 17 de febrero de 2016

Una nueva herramienta de análisis que mide los estados emocionales desarrollada por investigadores de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona demuestra empíricamente que los humanos están perdiendo capacidad emocional de excitación frente a contenidos como la violencia o el sexo.

Los humanos son cada vez más insensibles a contenidos violentos o sexuales

Una nueva herramienta de análisis que mide los estados emocionales desarrollada por investigadores de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona demuestra empíricamente que los humanos están perdiendo capacidad emocional de excitación frente a contenidos como la violencia o el sexo.

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La violencia está en la televisión (Archivo)
EL UNIVERSAL
miércoles 17 de febrero de 2016  12:01 PM
Barcelona.- Una nueva herramienta de análisis que mide los estados emocionales desarrollada por investigadores de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona demuestra empíricamente que los humanos están perdiendo capacidad emocional de excitación frente a contenidos como la violencia o el sexo.

Según informó esa universidad, este hecho se ha demostrado en el proceso científico de validación de una escala para medir estados emocionales, como el placer y la excitación, en tiempo real, denominada "The Affective Slider" (AS).

Los investigadores Alberto Betella y Paul Verschure constataron, en un estudio publicado en la revista científica PLoS ONE, que "las personas son cada vez más insensibles a los estímulos altamente excitantes que van desde la violencia al sexo", reseñó Efe.

Betella y Verschure han explicado que el trabajo tenía un doble propósito: "Por un lado había que probar la fiabilidad de la nueva escala AS y, por otra parte, queríamos saber si podíamos replicar las calificaciones proporcionadas por el International Affective Picture System (IAPS)".

El IAPS consiste en un banco de imágenes con múltiples categorías semánticas utilizado como estándar en estudios de psicología que permite obtener datos individuales a partir de la respuesta de los sujetos ante los estímulos.

En cuanto al primer objetivo, la escala AS se compone de dos controles deslizantes que miden emociones básicas en términos de placer y excitación, siendo así una herramienta "más simple e intuitiva" para la autoevaluación en tiempo real que se basa en la escala Maniquí de Autoevaluación (SAM), una de las más usadas en psicología para el autoinforme.

Una de las conclusiones del estudio fue la demostración de que la escala AS puede sustituir la SAM en la autoevaluación de placer y excitación, "con las ventajas adicionales de ser un método autónomo y que se puede reproducir fácilmente en dispositivos digitales".

Los autores de la investigación afirman que "la AS es una herramienta más moderna que puede ser adoptada libremente por otros investigadores bajo una licencia abierta", ya que, a diferencia de la SAM, funciona exclusivamente a través de señales no verbales consistentes en la interacción con una interfaz con barras de desplazamiento.

Ante el segundo objetivo, los investigadores concluyeron que existe una respuesta afectiva significativamente menor a los estímulos emocionales, es decir, que los autores muestran empíricamente que "hoy en día las imágenes IAPS no impactan tanto como en el pasado".

Los resultados del estudio apuntaron a una "desensibilización de los contenidos que provocan excitación", que según los autores está causada "muy probablemente a la gran presencia de este tipo de contenidos en los medios de comunicación".

Sobre este hecho, los autores advierten de que "si se utilizan las imágenes de la base de datos IAPS, junto con sus clasificaciones de los años 90, sus resultados pueden ser imprecisos ya que estas imágenes, calificadas originalmente de altamente excitantes, hoy en día tienen una carga emocional disminuida y son menos excitantes".

Betella y Verschure apuntaron que esos resultados "plantean la reflexión sobre en qué medida la experiencia emocional y la expresión humana pueden ser mayormente moldeadas por la experiencia, y más específicamente en lo que concierne al placer y a las situaciones excitantes".

Los experimentos sobre las respuestas afectivas en los seres humanos constituye una de las líneas de investigación del Centro de Sistemas Autónomos y NeuroRoboticos (NRAS) de la UPF, dirigido por Verschure.

martes, 16 de febrero de 2016

Ojalá mi hija mayor, pueda leer y entender algún día ésto...La hija que desprecia a su madre desprecia la VIDA...

"Despertar y Crecer"

Abriéndonos a un nuevo mundo de alabanza, gratitud y amor. Ha llegado el momento de DESPERTAR y darnos cuenta de quienes somos realmente: HIJOS DE DIOS CREADOS A SU IMAGEN Y SEMEJANZA a través de una madre y un padre. "Todos ustedes son Hijos de la luz" 1Tes 5,5 "Eres un ser espiritual inmerso en una experiencia humana" Pierre Teilhard de Chardin (1881 - 1955)

lunes, 10 de diciembre de 2012

La hija que desprecia a su madre desprecia la VIDA...

A no engañarse... pues la SOBERBIA se DISFRAZA 

SUTILMENTE ... quien desprecia la VIDA, la pierde.

Tomar a la madre es un proceso de purificación 
espiritual que requiere tiempo, mucha humildad y 
es el inicio del Camino del Amor Sano y Maduro que 
estamos TODOS llamados a recorrer...

Vale aclarar que se trata de una actitud interior de agradecimiento y 
honra por la Vida recibida de nuestros padres, no se trata de estar 
físicamente con ellos, ya que la misma Vida nos impulsa a ir más allá, 
a dejar nuestros padres para formar nuestra propia familia, hacer 
nuestro propio camino. El filósofo alemán Bert Hellinger observó que sentir 
ese agradecimiento nos da fuerza vital para seguir hacia adelante; mientras que 
si hay resentimientos en nuestro inteior producto de nuestros vínculos primarios 
(nuestros padres), esto nos impide una vida libre y liviana; por el contrario, se 
nos presentan situaciones que nos ratifican ese resentimiento; y esto sucede al 
servicio que podamos liberarnos de esa carga del pasado. Insisto, es una actitud 
interior que nos vuelve fuertes y libres para hacer nuestra propia Vida. 
Por otro lado, en casos de vínculos dolorosos con los padres, el proceso de 

liberación será más difícil de transitar; pero es el desafío de quien le haya tocado 
ese destino, dejarlo atrás con agradeciendo por la vida recibida y seguir hacia 
adelante, sirviendo a la Vida, pues es lo que nos hace felices y plenos. 
Esta reflexión y ejercicio basado en las enseñanzas de Bert Hellinger, tienen como 
propósito vivir desde la verdad de nuestra historia, con aceptación de aquello 
que nos haya tocado como destino en nuestra familia, y a través de este "Si a la 
Vida tal como fue y tal como es", recibiremos la fuerza vital necesaria para hacer 
nuestro propio Camino de Vida, y cumplir el propósito que nuestro Ser 
Esencial vino a experimentar a este planeta. ¡Así sea!

Una actitud que conduce a enfermedades graves es la negación del hijo de tomar a 
sus padres con amor y de honrarlos como sus padres. Tales hijos se elevan sobre 
la tierra porque ante un cielo u otra instancia superior se consideran mejores y 
elegidos. Así, por ejemplo, existen casos de enfermos de cáncer que prefieren 
morir antes que inclinarse ante su madre o su padre.
Bert Hellinger 

Ejercicio poderoso para re-conectar con la VIDA a través de re-conectar con 
nuestra MADRE
Vas a tomar una foto de tu mamá o una hoja con su nombre, y la colocas en una silla 
delante tuyo, como a unos 2 o 3 metros, y vos la miras, estás de pie.
Y vas a mirar a tu mamá mucho tiempo, hasta poder dar un pasito hacia ella, y otro y otro, 
hasta poder acercarte a la foto y ponerla en tu corazón.
Mientras le miras, le puedes decir:
mamá
te extraño
me has dejado muy sola
mamá
estoy muy enojada contigo
muy enojada
te necesito tanto
mamá...

Si hay odio, siéntelo profundamente, y luego lo dejas ir... lo sueltas... lo entregas a Dios:


"Por favor Padre libera las memorias de dolor, rechazo, abandono, soledad, odio, venganza, miedos, ira, celos, envidias, divisiones, enfermedades......... en mi, en mi familia, en la familia humana... gracias.... por favor.... si...."

Y sigo entregándome a la vida como es...


“Llevar la cabeza en alto cansa. La felicidad la encuentra quien se inclina”. 
Bert Hellinger

Meditaciones de Bert Hellinger
-Cómo mirar a nuestra madre

Pocos entre nosotros han mirado a su madre de cerca. ¿Quién  puede decir que ha visto a su madre, realmente visto, así como es? 
Haré con ustedes un ejercicio, cómo mirar a nuestra madre, cómo aprender a mirarla. Cierra los ojos. 
Nuestra madre fue niña una vez, igual que nosotros. Tuvo padres, nacida en una familia determinada, con sus destinos particulares, que a ella la han afectado y formado. A veces, alguien murió demasiado pronto, tal vez la madre o el padre o un hermano. O quizá estuvo alguien muy enfermo y todos se han preocupado. De niña ella también se preocupó y quizás dijo: estoy dispuesta a hacerme cargo de esto para que a otro le vaya mejor. Ya de niña fue acarreada por un destino ajeno.
Así la miramos. Y de repente nos percatamos de lo siguiente: nuestras expectativas o nuestras pretensiones con respecto a ella ignoran por completo lo que su alma ha movido, lo que su alma ha tomado de ella a su servicio para otro propósito. ¡Qué extraño resulta entonces el exigir y desear interiormente, y decirlo también, que ella esté totalmente aquí para nosotros, que no piense en nada más que en nosotros! ¡Qué pobres somos pues en nuestra alma! ¡Qué alejados del amor y de la felicidad!
Lo primero que nos queda por hacer es mirar a nuestra madre cómo a una mujer corriente con una historia, con una larga historia por parte de su familia. Esta historia la ha hecho humana, es decir imperfecta y justamente esta imperfección la hace especialmente bonita y simpática.
El comienzo de la felicidad es poder ver a nuestra madre con su humanidad y quererla tal como es. Entonces prácticamente nada se opone más a la felicidad.
Esto es el comienzo de la felicidad que permanece.

La madre es la relación divina más grande para nosotros, no tiene la menor importancia como sea ella. Cómo madre es una revelación divina y nosotros nos quedamos frente a ella con devoción.

Y la vida detrás de la madre. 
¿Cuál es su rostro?
Es el rostro de DIOS 
El rostro de de la vida detrás de nuestra madre es el rostro de Dios.
Ambas, la vida y la madre,  son una grandeza inconmensurable. 
Y nosotros como criaturas, en sintonía con nuestra madre y con la vida, nos hacemos grandes, con una grandeza indoblegable en el AMOR
En el amor grande… OK

¿Un secreto más de la grandeza?
ESTA GRANDEZA ES  “ALEGRE”  

El crecimiento personal es también un aprendizaje base para poder luego trabajar 
Y ahora la aplicación práctica de éste ejercicio. Si un cliente se acerca con un problema ¿cómo comienzan?
Ustedes se imaginan extendiendo los brazos hacia su mamá y más allá de ella, hacia la vida. Y tal vez entonces tengan que hacer muy poco.
¿Por qué? porque los juegos de la muerte terminan entonces.

-Amar a los padres desde el espíritu
Haré con ustedes algunas meditaciones para entrenarnos a una visión desde el espíritu. Les propongo que miremos a nuestros padres desde esta perspectiva. Es algo muy distinto de lo que, quizás, acostumbramos hacer. Empecemos entonces.
Pueden cerrar los ojos si lo desean. 
Les propongo que miremos a nuestra madre, así como es, exactamente como es. Sólo de esta forma, es nuestra madre. ¿Pero, es realmente “nuestra” madre? ¿Tengo acaso el derecho de decir “mi madre”, como si fuera mi propiedad? ¿O acaso ella me es regalada por otra fuerza, que la ha tomado a su servicio, tal como es ella? Así es como fue escogida para ser mi madre. Sólo así, tal como es, puede ser ella realmente mi madre y, sólo así, puedo llegar a ser como el espíritu lo desea. Su destino y mi destino están inseparablemente unidos.
Mientras la miro tal como es, miro también más allá de ella hacia algo más grande. Miro más allá, hacia sus padres, los que le fueron destinados, así como fueron, exactamente así. Nadie pudo ser distinto de lo que fue porque el espíritu, conforme con su movimiento, ha concebido y guiado a cada cual tal como fue. Detrás de sus padres están sus padres y un sin fin de generaciones. Todos ellos han sido movidos por el espíritu, todos tuvieron un destino surgido de un movimiento de este espíritu, todos fueron tomados a su servicio, desde el principio hasta mí. Estoy vinculado a todos ellos, por el espíritu y su movimiento.
Por encima de todos ellos miro hacia muy lejos, hacia la infinitud que lo mueve todo así como es, y que lo acepta todo así como es y que me acepta tal como soy, con mi madre tal como es.
Entonces, abro grande mi corazón. Miro a mi madre y la tomo en mí, como un regalo de este espíritu eterno, la tomo así como es y le digo “Gracias”. Mirando a todas las generaciones detrás de ella, digo también “Gracias”. Miro aún más allá al infinito, recogido y dedicado, frente a lo que nos queda ocultado. Y digo: “Sí, me entrego a ti con todos los que están conmigo. Juntos, estamos a tu servicio. Gracias”. Permanezco en este lazo con amor, con respeto para todos, con la consciencia de ocupar el último lugar. Y desde este lugar, miro hacia delante. Siento a mis antepasados detrás de mí, y a esta fuerza detrás de todos nosotros. Doy más lejos lo que me ha sido confiado y brindado. Lo doy más lejos con respeto y con amor, en armonía con todos los que estaban antes que yo, en armonía con el movimiento de este espíritu. 
De la misma manera, miro a mi padre tal como es, con el destino que tuvo, con todo lo que hizo. Le miro y le veo tal como era y tal como es ahora. Así me corresponde, para mi destino. Gracias a él, pude crecer. Soy como soy porque él es como es. Miro también por encima de él, hacia sus padres. Ellos fueron como pudieron ser, solamente así. Y porque eran así, eran los correctos para mi padre. Más allá de ellos miro a sus destinos, a sus padres y al sin fin de generaciones. Todos estaban al servicio de este espíritu, así como eran, precisamente así.
Me tocan a mí, tal como son. Me coloco en el linaje con ellos, abajo, en el último lugar. Y sé que doy más lejos lo que me ha venido de ellos. Tomo mi lugar en una cadena ininterrumpida de generaciones, sabiéndome movido igual que ellos, por algo infinito.
Miro a mi padre y abro mi corazón. Lo tomo en mí tal como es, tal como me es regalado, el correcto para mí.
Cuando miramos a nuestros padres de esta forma, con un amor del espíritu, con un amor más allá del sentimiento, armonizado con un movimiento del espíritu, vemos también lo que nos han dado con tanto cariño paternal durante tantos años.  ¡Es increíble lo que nuestros padres nos han dado, de acuerdo con este movimiento! Lo aceptamos todo tal como fue, sin más ni más, incluso las supuestas dificultades, el dolor y los desafíos. La forma en que se comportaron  fue diseñada así por este espíritu. Ellos fueron movidos así por él, para nosotros.
¿De qué sirve entonces lo demás, nuestro deseo de serles, tal vez, superiores, de hacerles reproches y presentarles quejas?
¿Qué hacemos pues, frente a este espíritu? ¿Qué nos pasa cuando nos atrevemos a desearlos de otra forma de lo que fueron? ¿Estamos todavía en el amor hacia ellos, tal como son? ¿En el amor hacia sus padres, así como eran? ¿En el amor hacia su destino tal como fue?
Preguntémonos si aún estamos en el amor hacia todos los que estuvieron antes que ellos y cuya vida, con sus experiencias y sus sufrimientos nos benefician en un movimiento común, que nos abarca a todos con igualdad y donde todos se encuentran aún presentes.

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La teología del cuerpo (versión completa) Profundizando en el legado de Juan Pablo II

23 MAYO 2010 

ROMA, domingo, 23 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos laLectio magistralis pronunciada por el obispo Jean Laffitte, secretario del Consejo Pontificio para la Familia, en la Facultad de Bioética del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma, el pasado 22 de abril.
* * *
El cuerpo humano y sus significados
Quisiera comenzar esta intervención mía con una primera observación sobre el título elegido: “Teología del cuerpo”. Verdaderamente la expresión es paradójica. El discurso sobre Dios,teo-logía, se refiere a la persona humana considerada en su totalidad y no sólo en una dimensión de su ser, aquí, el cuerpo. Por tanto, cuando se habla de teología del cuerpo, es necesario entender desde el principio en qué acepción se entiende la palabra cuerpo. Se trata de toda la persona humana, considerada en su dimensión corpórea. Hablamos así de un cuerpo animado, cuyos fenómenos pueden ser estudiados en el campo de varias ciencias: fisiología, anatomía, todos los sectores de las ciencias biomédicas. No es en este restringido sentido fisiológico como la palabra cuerpo debe ser entendida en nuestra perspectiva. De hecho, el cuerpo humano tiene otros significados. En la medida en que hace presente y visible a toda la persona humana, es portador de valores simbólicos: el cuerpo es la modalidad en la que la persona se hace presente. Cada persona se deja contemplar en su cuerpo; el cuerpo es único, singular, personal. Es ciertamente una realidad carnal. Con todo, está animado no de la forma en que un robot estaría animado por movimientos mecánicos y estereotipados, sino de un modo tal que será en seguida identificado como el cuerpo de esta persona precisa. En este sentido, todos los cuerpos son distintos, porque las personas son distintas.
Si nos queremos limitar a la antropología de San Pablo, como la encontramos expresada por ejemplo en la primera carta a los Tesalonicenses, donde el Apóstol se refiere al hombre “todo entero espíritu, alma y cuerpo” (1 Ts 5,23), vemos que una realidad invisible, indicada por los dos términos “alma” y “espíritu”, sobre los que diremos luego algo, se completa con un dato material, visible, expresado por la palabra “cuerpo”. Como lo hizo observar justamente Denis Biju-Duval (Biju-duval D.; La profondità del cuore. Tra psichico e spirituale (Prefacio de J. Laffitte), Effatà Editrice, Cantalupa (To) 2009, pp. 29-41).
], esta antropología no debe oponerse a la clásica distinción entre alma y cuerpo, más familiar a los espíritus occidentales. Según este autor, las dos antropologías (alma-cuerpo y espíritu-alma-cuerpo) han sido opuestas artificialmente, sustantivando los términos semíticos, expresados en la Biblia en forma de adjetivos: lo espiritual (pneumatikos), lo psíquico (psychikos). Las realidades espiritual y psíquica remiten a la interioridad del hombre, al corazón, lugar simbólico tanto de la decisión (espiritual) sea de los sentimientos y de la afectividad (psíquica). La interioridad del hombre se comprende sólo en la tensión con su exterioridad. La carne expresa lo que de algún modo sucede en el corazón del hombre. Esto es tan cierto que, para designar la realidad interior del hombre, se usan a menudo símbolos e imágenes inspiradas en la exterioridad (además del lenguaje espacial, como para el binomio interior-exterior, encontramos elementos orgánicos, el “corazón”, el “aire puro”, las “vísceras”, o incluso elementos naturales, hablando del corazón como de una “tierra fértil” o “estéril”, como de un templo”, de una casa, etc.).
Además de esta función de revelar algo escondido, el cuerpo tiene el papel de mediar entre el hombre y el mundo. Existe una cierta ambigüedad del cuerpo en la medida en que se encuentra por así decirlo a medio camino entre un objeto recibido (Körper) y un hecho asumido (Leib), entre, si queremos, el haber y el ser: “tengo” un cuerpo que me causa sufrimiento o placer, pero al mismo tiempo, “soy” un cuerpo, de forma que quien ataca o hiere mi cuerpo ataca o hiere a toda mi persona. Soy mi cuerpo. Mi cuerpo exige naturalmente respeto.
Me parece que las distinciones hechas ayudan a entender que la palabra “cuerpo” es una realidad compleja. Queda ahora algo que decir sobre el otro término de nuestro título, “teología”.
El cuerpo tiene un valor teológico por tres motivos fundamentales:
– El primero es el hecho de que ha sido querido por Dios y creado por él. Esta observación implica necesariamente que es portador de algunas finalidades intrínsecas.
– El segundo motivo es que Dios ha elegido el cuerpo humano como mediación para revelarse a los hombres: es el dato de la Encarnación. El Verbo se hizo carne.
– A estos dos elementos, Creación y Encarnación, debe añadirse un tercero, la Resurrección, que se refiere al destino final del cuerpo humano; es un dato que especifica la fe cristiana: la resurrección de los cuerpos. A pesar de su crecimiento, sus sufrimientos, su envejecimiento hasta la muerte, y su descomposición orgánica, el cuerpo humano está destinado a resucitar. En una visión de fe, este dato ha sido acreditado por el acontecimiento histórico fundamental que ha sido la resurrección de Jesús de entre los muertos. Es sobre la base d este acontecimiento que el cristiano cree verdaderamente que habrá una resurrección de los muertos; un acontecimiento fundamental para él y para todos los hombres, que serán integrados a la fuerza del Resucitado. Podríamos en otro lugar profundizar en el hecho de que la resurrección del cuerpo, lejos de ser una creencia irracional, se funda al contrario en la eminente coherencia de la fe, expresada en este campo por el destino común entre el cuerpo de cada bautizado y el cuerpo del Señor resucitado.
Es imposible fundar una “teología del cuerpo” sin integrar la certeza de la resurrección. Nos ayuda en este sentido el texto esencial d san Pablo en la primera carta a los Corintios: “El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo. Y Dios, que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros mediante su poder (1 Cor 6, 13-14). En el contexto d una enseñanza sobre el uso equivocado y pecaminoso del cuerpo que es la fornicación, el Apóstol saca las consecuencias morales de esta forma: “¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? Y ¿había de tomar yo los miembros de Cristo para hacerlos miembros de prostituta? ¡De ningún modo! ¿O no sabéis que quien se une a la prostituta se hace un solo cuerpo con ella? Pues está dicho: Los dos se harán una sola carne. Mas el que se une al Señor, se hace un solo espíritu con él (1 Cor 6, 15-17). En verdad, para ser completos, deberíamos prolongar la lectura de san Pablo, en particular recordar estas dos ideas secundarias de que el cuerpo es “templo del Espíritu Santo”, y de que el hombre ya no se pertenece, desde el momento en que ha sido “comprado a caro precio por el Señor”. El caro precio ha sido el del Calvario, de la pasión y de la muerte de Jesús en el leño de la cruz.
Para resumir en pocas palabras estos fundamentos de la “Teología del cuerpo”, es necesario no olvidar ninguno de los elementos apenas evocados: creación del hombre por Dios y por tanto creación de su propio cuerpo, asunción del cuerpo humano del cuerpo humano por el Hijo eterno del Padre, resurrección de Jesús y resurrección de los hombres en su persona, presencia del Espíritu de Dios como en un templo, dando al cuerpo humano una dignidad excelsa.
Elementos estructurales de la teología del cuerpo de Juan Pablo II
Sólo desde esta perspectiva de la fe cristiana se puede comprender la teología del cuerpo de Juan Pablo II. Como se sabe, la teología del cuerpo designa el contenido de las 129 “Catequesis sobre el amor humano” que el Papa pronunció de 1979 a 1984, con motivo de las audiencias públicas del miércoles. Todos conocéis al menos una parte de estos textos que personalmente considero que constituyen una aportación fundamental al magisterio ordinario del pontífice polaco, y estoy convencido de que estamos sólo al inicio de su difusión.
La fecundidad de las Catequesis se debe al hecho de que no sólo integran el conjunto de la visión bíblica y magisterial tradicional de la Iglesia, algo que ya hemos tratado de mostrar brevemente al inicio de esta conversación, sino que además lo explicitan de una manera extraordinariamente original. La originalidad está en la manera de presentar el contenido de la fe sobre la persona humana, en el dinamismo propio del sujeto. De este modo, el auditor o el lector se siente personalmente comprometido en esta visión, que asume un carácter existencial intenso. Me parece que es una clave central para comprender la novedad de la aportación de Juan Pablo II.
a) el carácter concreto de la experiencia
Quisiera ofreceros ahora un primer criterio esencial de la teología del cuerpo según Juan Pablo II, pues le permite evitar desde el inicio todo riesgo de ideología: se trata de su concepto de experiencia. En vez de ser reducida a la observación de fenómenos científicamente observables, la experiencia del amor no descuida ninguna de las dimensiones de la existencia humana. Todos los elementos de la percepción humana y de los dinamismos volitivos del hombre están presentes, así como su capacidad para entrar en relación con Dios. La comunión de personas, según las Catequesis, no se contenta con la aportación del personalismo de Martin Buber o de Max Scheler, sino que le da su auténtico alcance trascendente, después de haber identificado la fuente en Dios: ser en comunión significa estar unidos a Dios, fuente y fin de toda comunión humana auténtica. La experiencia es una vivencia (Erlebnis), lo que significa desde esta perspectiva que Dios no es ajeno a la experiencia: el hombre y la mujer experimentan la presencia y la acción de Dios y Dios les da la capacidad para vivir una comunión de personas que se convierte en mediación de lo absoluto y camino hacia él. En este sentido, la comunión de personas es una vocación y permite a quien ama santificarse verdaderamente. En otras palabras, crecer en la comunión con Dios.
Quiero subrayar que el planteamiento de las Catequesis no es moralista o voluntarista, sino que se trata de una actitud auténticamente mística, en el sentido de que se concentra en el misterio imposible de aferrar de la unión entre Dios y el hombre, en el que se integra la relación nupcial hombre-mujer.
b) la soledad original
La primera parte de las Catequesis está dedicada a la clásica lectura de las dos narraciones de la creación del hombre y de la mujer en los primeros capítulos del libro del Génesis (1, 26-27). “Y dijo Dios: ‘Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra… Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, hombre y mujer los creó” (Génesis 1, 26-27). La segunda narración (Génesis 2, 18-25) muestra la creación de la mujer a partir de la costilla de Adán y la aceptación por parte de este último del don del creador: “Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne”. El Papa no tiene miedo de ofrecer una lectura de carácter filosófico de estas fuentes tradicionales: utiliza un concepto normalmente psicológico, la soledad, y lo transforma en una realidad ontológica de creación. Nace así la genial expresión soledad originalque define el estado objetivo en el que fue creado el primer hombre, Adán, que se realiza plenamente en su humanidad, cuando se le ofrece una ayuda adecuada. La segunda narración presenta desde esta perspectiva al hombre bajo el aspecto de su objetividad.
La primera relación que experimenta el hombre es su relación con Dios que le ha creado directamente a partir de arcilla. De Dios recibe la orden de no probar el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Por tanto, esta relación de dependencia fundamental de Dios da a entender la condición ética del hombre, que se encuentra por primera vez ante una opción moral: obedecer o desobedecer.
La soledad original explica la expectativa del hombre de esa ayuda adecuada, que permite integrar de manera coherente el deseo fundamental que siente el hombre de unirse con una mujer. De este modo se integra toda la dimensión del deseo y de su expresión sexual: de este modo, los dos forman una sola carne.
La soledad tiene dos significados esenciales: el hombre descubre que es diferente de todo el mundo que le rodea y experimenta el carácter específico de su ser en relación con todas las criaturas.
El segundo elemento afecta más de cerca a nuestro objetivo. Juan Pablo II se refiere a la relación hombre-mujer cuando habla desoledad original: el hombre experimenta sus propios límites, simbolizados por las fronteras naturales de su propio cuerpo. La contemplación del cuerpo de la mujer le introduce en una experiencia singular, la de la belleza del cuerpo. A través de esta mediación, que involucra a toda su naturaleza, experimenta de manera más fundamental aún la experiencia de la comunión. Como vemos, el cuerpo sirve también para descubrir, a través de la ambigüedad del deseo, la vocación profunda del hombre y de la mujer a la comunión.
c) la communio personarum
Otro ejemplo es el de la comunión de personas (communio personarum). La comunión representa también un dato de experiencia personal: estar en comunión con Dios, estar en comunión con el otro. La segunda originalidad de Juan Pablo II consiste en haber visto en la comunión de personas un dato creatural que ha sido perfectamente ilustrado por un texto del magisterio: Mulieris Dignitatem. Me refiero a los primeros números de la carta apostólica. Cito: “El hecho de que el ser humano, creado como hombre y mujer, sea imagen de Dios no significa solamente que cada uno de ellos individualmente es semejante a Dios como ser racional y libre; significa además que el hombre y la mujer, creados como «unidad de los dos» en su común humanidad, están llamados a vivir una comunión de amor y, de este modo, reflejar en el mundo la comunión de amor que se da en Dios, por la que las tres Personas se aman en el íntimo misterio de la única vida divina”. En este texto, en realidad, encontramos un eco de lo que Juan Pablo II había introducido en una de las Catequesis, ampliando de manera extraordinaria el concepto tradicional de imagen de Dios. Él había escrito con audacia que “el hombre no es tanto imagen de Dios en el momento de la soledad, sino más bien en el momento de la comunión. Desde el inicio, no era sólo una imagen en la que reflejaba la soledad de una Persona que gobierna el mundo, sino también y esencialmente una imagen de una comunión de Personas divina e inescrutable (Juan Pablo II, Catechesi XIXIbid., pp.91).
La implicación de esta visión permite a Juan Pablo II subrayar la complementariedad sexual, en la medida en la que expresa precisamente la comunión de personas como un dato original. La novedad absoluta de la Teología del Cuerpo, en este sentido, estriba en el hecho de que, en el acto creativo del hombre por parte de Dios, está inscrita la corporeidad del hombre y de la mujer como una llamada a la comunión.
Permitidme invitaros a meditar en la tendencia que se da hoy a abandonar el criterio absoluto de la comunión para comprender el verdadero sentido de la sexualidad; se da, de hecho, un lazo entre esta tendencia y la ideología actual, que consiste en descuidar la diversidad sexual con la negación explícita de la masculinidad y de la femineidad. Me refiero a la ideología delgender, que no tiene otra opción que reducir miserablemente el misterio de la sexualidad humana a un dato meramente cultural, que fundamentaría el carácter indiferenciado de las opciones de comportamiento en el campo sexual. Es interesante constatar que esta visión ideológica está acompañada por una falta de esperanza en la capacidad del hombre y de la mujer para vivir para siempre una comunión de personas en su forma conyugal, lo que supone respetar los caracteres esenciales de unidad e indisolubilidad.
d) el deseo y el descubrimiento de la dimensión esponsal del cuerpo
Antes hablaba de ambigüedad del deseo en el sentido de que, en su estructura, el deseo sexual, como lo demostrarán algunas Catequesis,implica al mismo tiempo una dimensión gratificante orientada a la dilatación del propio ser en la unión del hombre con la mujer, pero también un cierto pathos, un sufrimiento de quien experimenta que no puede darse a sí mismo la alegría que sólo la comunión con el otro (o la otra) puede suscitar.
La riqueza de este planteamiento me parece evidente. Constatamos que encuentra su origen en una larga contemplación por parte del filósofo Karol Wojtyla del fenómeno del amor, así como de su profundización en su manifestación conyugal en el misterio de la sexualidad. Una lectura de sus obras filosóficas y antropológicas, por ejemplo, “Amor y responsabilidad, persona y acto”, los numerosos artículos publicados en Polonia de los que contamos desde hace unos años con una traducción al italiano, manifiesta la influencia de varios autores pertenecientes a las corrientes fenomenológicas y personalistas. No es posible desarrollar aquí lo que el filósofo Karol Wojtyla debe a cada uno de estos autores de los que sólo podemos citar los principales: Edmund Husserl, Max Scheler, Edith Stein, Dietrich von Hildebrand.
El deseo manifiesta un valor inscrito en el cuerpo: su dimensión esponsal. El cuerpo está orientado al don de la persona. Según las palabras del Papa [Juan Pablo II, Catechesi XIV, XV e XVI, in Uomo e Donna lo creò, Catechesi sull’amore umano, Città Nuova Editrice-Libreria Editrice Vaticana, Roma 1985, pp 74- 83]: “el cuerpo expresa la femineidad a la masculinidad y viceversa la masculinidad a la femineidad, manifiesta la reciprocidad y la comunión de las personas. Precisamente en el amor, la persona se convierte en don. Juan Pablo II se inspira en la antropología desarrollada por la constitución pastoral Gaudium et Spes, según la cual, “el hombre como persona, creatura que Dios ha querido por sí misma, sólo puede encontrarse a sí mismo plenamente en el don de sí” (Ibid., p 80.).
El hombre puro de corazón descubre el significado esponsal del propio cuerpo orientado hacia el don de toda la persona y la recepción de toda la persona de la otra. El amor presupone este doble movimiento, en una reciprocidad del don que los dos cónyuges ofrecen de sí mismos al otro (otra). Esto implica que los dos estén unidos por la conciencia del significado del cuerpo. El respeto del significado del cuerpo determina un ethos del don, que permite integrar los diferentes dinamismos de la persona.
e) El lenguaje del cuerpo
Sabemos que el joven perito, en el Concilio Vaticano II, Karol Wojtyla, había participado en la reflexión y en los debates sobre lo que se convertiría en el contenido de la encíclica Humanae Vitae en 1968. La encíclica de Pablo VI dio pie a una contestación contra la enseñanza y la argumentación de la moral conyugal enseñada en ese texto. El arzobispo de Cracovia había comprendido que el corazón de la argumentación debía fundamentarse sobre la afirmación del carácter inseparable de las dos dimensiones del acto conyugal: unitiva y procreadora. Ya la constitución Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II había desarrollado este análisis de la naturaleza del acto sexual, que debía reflejar el sentido completo de la entrega mutua y de la procreación humana. El acto conyugal posee una íntima estructura que debe ser respetada: es al mismo tiempo un acto de profunda unión entre los esposos y un acto que, en la medida en que está abierto a la vida, puede tener como consecuencia la venida a la existencia de una nueva persona humana. Este posible efecto no sólo depende de la voluntad de los esposos, como lo demuestra el hecho de que no todos los actos sexuales dan origen a la concepción. Esta observación nos ayuda a recordar que el verdadero artífice de la vida es Dios creador. Sin embargo, los esposos tienen el poder de hacerse disponibles a la eventual acogida de esta nueva vida, actuando de este modo como colaboradores del Creador. Por este motivo, se les llama procreadores. La transmisión de la vida es, por tanto, una forma de servicio. Las dos dimensiones del acto que une profundamente a los esposos no pueden separarse de un acto deliberado de los cónyuges. En su teología del cuerpo, Juan Pablo II recuerda que la Humanae Vitae hacía referencia a las leyes inscritas en el ser mismo del hombre y de la mujer. La íntima estructura del acto sexual es llamada por el Papa la verdad ontológica del acto. Ahora bien, los actos de los esposos deben expresar esta verdad. Los cónyuges la asumen al quedar abiertos a la transmisión de la vida; es una actitud interior que se hace posible gracias a la virtud de la castidad conyugal. El cuerpo humano es el medio de expresión de todo el hombre, de la persona que se revela a sí misma a través del lenguaje del cuerpo. Este lenguaje, dice Juan Pablo II, tiene un importante significado interpersonal, especialmente cuando se trata de las relaciones recíprocas entre el hombre y la mujer. El Papa añade, sin embargo, que en un determinado nivel el lenguaje del cuerpo debe expresar la verdad del sacramento. La participación en el designio eterno de amor de Dios le permite convertirse en una especie de profecía del cuerpo. Juan Pablo II trata de unir de este modo la dimensión sacramental del don de los esposos con la dimensión personalista. De este modo, nos encontramos ante una auténtica revelación del cuerpo que, en el acto conyugal, no sólo significa el amor sino también la posible fecundidad. No es lícito separar el significado unitivo del significado procreador porque tanto uno como otro pertenecen a la verdad del otro: uno se vive junto al otro y, en cierto sentido, el uno a través del otro. No puedo desarrollar aquí toda la fuerza de argumentos de la encíclica Humanae Vitae releída e interpretada por Juan Pablo II, ni las implicaciones éticas que afectan a la paternidad y a la maternidad responsables y al recurso a los métodos naturales para limitar los nacimientos, cuando hay motivos serios (iustae causae). Para Juan Pablo II, la malicia esencial del acto anticonceptivo, es decir, cuando es deliberadamente infértil, se debe al hecho de que viola el orden interior de la comunión conyugal.
f) El sacramento del cuerpo
La relación nupcial entre los cónyuges es el lugar de la presencia de Cristo. La reflexión de Juan Pablo II sobre la sexualidad siempre ha tenido una perspectiva cristológica. Cristo es fuente y modelo de las relaciones entre los cónyuges. El misterio nupcial de amor entre Cristo Esposo y la Iglesia Esposa fundamenta el misterio del matrimonio cristiano. En una visión de fe, la comunión de amor y de vida entre los cónyuges tiene como misión propia, por su naturaleza profética, expresar y hacer actual la unión entre Cristo y su Iglesia. Deberíamos reflexionar sobre la manera en que la Iglesia es verdaderamente una comunión de vida y de amor. Por una parte, en la Iglesia se transmite la vida eterna, pues está fecundada por el don del Espíritu Santo. Por otra parte, la Iglesia es esencialmente una comunión de amor, en la medida en la que el amor infinito la ha hecho nacer del costado traspasado del Redentor. Es interesante observar que en los escritores sagrados y en la gran tradición de los Padres, la unión entre Dios y la Iglesia siempre ha sido descrita en términos inspirados por el amor nupcial. Por ejemplo, en el contexto de una enseñanza conyugal, Pablo hace referencia al modelo de Cristo que cuida de su Iglesia. La Iglesia se alimenta de la espera escatológica de estar eternamente unida a su Señor. De este modo, la unión entre Cristo y la Iglesia se presenta como la celebración de las bodas eternas del Cordero. La analogía entre el amor del Señor por la Iglesia y el amor del esposo por su esposa es una piedra angular de la teología cristiana del matrimonio en san Pablo. Sin embargo, también en este campo de los sacramentos la aportación de la teología del cuerpo de Juan Pablo II es muy original. Comienza con el lazo que une al cuerpo con el sacramento. Como es sabido, todo sacramento presupone una realidad corporal: el sacramento es signo de algo, es una realidad visible que hace referencia a otra realidad escondida. El Papa medita en la Carta a los Efesios. Observa que la realidad invisible que tiene que significar el sacramento es la caridad de Cristo, su amor infinito. Ahora bien, ¿acaso el signo visible del amor de Cristo no es su cuerpo muerto y resucitado? El cuerpo muerto en la Cruz puede ser interpretado sin dificultad como la consecuencia del amor de quien ha entregado la propia vida por la salvación del mundo. Sin embargo, el hecho de que el mismo cuerpo haya resucitado muestra que es también sacramento del amor del Padre, pues el Hijo se ha ofrecido como sacrificio al Padre. La resurrección de Jesús testimonia que su oración al Padre ha sido escuchada. 
El misterio eclesial del amor de los esposos puede ser ampliado, como hace Juan Pablo II, hacia una dirección eucarística. San Pablo recuerda el deber de los maridos de amar a las mujeres como a su propio cuerpo. De este modo, el esposo que ama a su mujer se ama a sí mismo, alimenta su propia carne y, como dice el apóstol, “la cuida con cariño, lo mismo que Cristo a la Iglesia, pues somos miembros de su Cuerpo. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne. Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia” (Efesios, 5 29-32).
En su sentido propio, la palabra cuerpo indica el cuerpo sexuado del hombre y de la mujer, que les permite, al unirse, conformar una sola carne. En sentido metafórico la Iglesia es llamada Cuerpo de Cristo. Esto sugiere el lazo profundo que une a todos los hombres con el Hijo de Dios. Ya hemos evocado cómo la unión sexual entre el hombre y la mujer debe ser entendida como el don recíproco que cada uno de los dos hace al otro. Sin embargo, la frase de Pablo, según la cual, “nadie aborreció jamás su propia carne; antes bien, la alimenta y la cuida con cariño”, hace referencia implícitamente a la Eucaristía: con su cuerpo Cristo alimenta a la Iglesia. El Papa observa que la analogía entre la relación hombre-mujer y la relación Cristo-Iglesia contribuye a iluminar el misterio divino, en el sentido de que nos enseña algo sobre el amor recíproco que une a Cristo con la Iglesia. Al mismo tiempo, sin embargo, nos enseña también la verdad esencial del matrimonio, cuya vocación consiste en reflejar el don de Cristo a la Iglesia junto al amor de la Iglesia por Cristo. Si el sacramento tiene como fin expresar este misterio divino, tenemos que admitir que no podrá hacerlo nunca completamente. El misterio, de hecho, siempre sobrepasa al sacramento. Pero Juan Pablo II completa su análisis con la observación de que el sacramento, en realidad, va más allá de su significado. No se contenta con proclamar el misterio de manera significativa; está destinado a realizarlo en el hombre.  Y de este modo, en virtud del bautismo de los esposos, su íntima comunión de vida y de amor fundada por el Creador, como ha mostrado Juan Pablo II, es elevada y asumida por la caridad nupcial de Cristo que la apoya con su fuerza de redención. La luz de la Redención consiente al Papa dar a la teología del cuerpo su dimensión más profunda. El centro de la atención se concentra aquí en la Última Cena. En el momento de la comunión más intensa con los discípulos, Jesús anticipa la entrega libre que hace de sí mismo. No sólo afirma que el pan y el vino que les da de comer y de beber son su cuerpo y su sangre, sino que expresa el valor de sacrificio, haciéndolo sacramentalmente presente. El cuerpo entregado y la sangre derramada ya no sólo tienen el significado de un símbolo: se ofrecen como comida y bebida para los discípulos que, unidos a Jesús y entre sí, se unen corporalmente con él. Quedar unido corporalmente con Cristo quiere decir estar asociado a su propio sacrificio redentor. La unidad en la caridad es exigida para recibir digna y eficazmente el cuerpo y la sangre de Cristo. Este don se hace a toda la Iglesia, Esposa de Cristo. El Papa muestra de este modo que la esencia de la Eucaristía es nupcial, pues es el don que el esposo hace a  su esposa y que la esposa acoge en la fe. 
Sin esfuerzo podéis imaginar el interés de esta reflexión para una auténtica espiritualidad conyugal. Sólo presento algunas sendas de exploración: la Eucaristía refuerza y regenera la comunión entre los esposos; revela a los esposos cristianos la verdadera identidad eucarística del matrimonio; es en cierto sentido memoria del don que los esposos se han hecho uno al otro; la luz eucarística permite concebir la unión de los esposos en su dimensión adecuada de entrega total, abierta a una fecundidad que la trasciende.  
[Traducción del original italiano realizada por Inma Álvarez y Jesús Colina]